'Coffee break' sin sorpresas tras casi una hora de conversación, café de por medio en una sala del Congreso (se imaginan en la cafetería), entre Alberto Núnez Feijóo y Pedro Sánchez. Se sabía que el café iba a estar aguado, con leche desnatada y sin azúcar y así ha sido –en caso de que lo hayan tomado finalmente–, por lo que lo único que cabe decir es que la reunión, los resultados de la reunión, han sido previsibles, no se ha movido un ápice de lo que cabía esperar. El candidato popular ha ofrecido a Pedro Sánchez una seria de pactos de Estado y una legisltura corta, a dos años vista, tal y como avanzó como opción muy probable lavozdelsur.es justo en el anterior editorial e incluso uno publicado la semana pasada, cuando Feijóo se mostró dispuesto a hablar con todos los partidos (excepto Bildu) después de que el jefe del Estado le pidiera que intentara formar gobierno. Sánchez, por supuesto, se ha negado a aceptar la propuesta de Feijóo y ha 'contraatacado' pidiéndole que se comprometa, hablando de grandes pactos nacionales, a renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) antes del 31 de diciembre.
Hasta aquí los hechos, todos previsibles. La propuesta de Feijóo tiene sentido político en tanto en cuanto sigue habiendo la posibilidad de que haya que acudir a las urnas pronto, el 14 de enero, según el calendario fijado por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, o dicho de otra manera, si el PP no obtiene los apoyos que le faltan ni el PSOE los de Junts, por resumir la situación. Pactar equis grandes temas al margen de los partidos nacionalistas y volver a vernos la cara en un par de años no era mala idea por parte del PP, otra cosa es que no se la compre el PSOE por motivos obvios: los socialistas dan por supuesto que llegan a los 176 diputados necesarios para la investidura y poder formar gobierno, si bien, hay que recordarlo, en las conversaciones al respecto con Felipe VI tampoco Pedro Sánchez le pudo asegurar que contara con dichos apoyos.
El PSOE sigue con el palo y la zanahoria en su trato con el PP, diciendo, por un lado, que tiene todo el derecho a buscar esos cuatro votos que le faltan para la absoluta, tal y como le ha encargado Felipe VI, e incluso con Pedro Sánchez acudiendo rápidamente a la reunión con su contrincante y, por otro lado, fustigar a Feijóo diciéndole abiertamente que está perdiendo el tiempo, que el país está perdiendo un mes y que esos cuatro votos, que parecen tan cercanos, tan a la mano, son una distancia insalvable.
Tras al anunciado fiasco con el PSOE y el reiterado anuncio del PNV de que no van a ir más allá de la cortesía hay que esperar los nuevos pasos del PP, que da la sensación de que su estrategia pasa ya más por estar listo para una eventual repetición electoral en enero que otra cosa.
