Carlos III, nuevo monarca del Reino Unido

La ceremonia de coronación de la monarquía más popular del mundo abre una reflexión sobre la naturaleza y la vigencia de estas instituciones en Europa en pleno siglo XXI

Según ha informado la Casa Real británica, el servicio de Coronación de este sábado tendrá lugar en el 'Teatro de la Coronación', en el corazón de la Abadía de Westminster. Estos son los elementos clave del escenario para la primera coronación en casi 70 años.
Según ha informado la Casa Real británica, el servicio de Coronación de este sábado tendrá lugar en el 'Teatro de la Coronación', en el corazón de la Abadía de Westminster. Estos son los elementos clave del escenario para la primera coronación en casi 70 años.

Carlos III será coronado hoy formalmente como rey del Reino Unido. Se trata, sin duda, de la monarquía –la de los Windsor– con más tradición de toda Europa lo que, unido al largo y popular reinado de su madre y antecesora, Isabel II, concite la atención –a veces un tanto exagerada– de los medios de comunicación de todo el mundo, sobre todo de las televisiones. En España, sin ir más lejos, informativos y magacines no han dejado de retransmitir durante toda la semana detalles de cómo va a ser la ceremonia.

En realidad, actos de este tipo sirven para abrir debates sobre la pervivencia en pleno siglo XXI de instituciones de carácter medieval como son, por definición, el conjunto de las monarquías europeas y las de otros continentes que han emulado esta forma de gobierno y sus rituales. Durante su larguísima etapa como príncipe de Gales, Carlos se esforzó –rodeado de un nutrido grupo de asesores, todo hay que decirlo– por ofrecer la imagen de ser un heredero moderno, preocupado por el Medio Ambiente o por todo tipo de causas benéficas a través de una fundación a tal efecto creado en 1986. Carlos siempre quiso marcar perfil propio respecto a su madre, una mujer muy tradicional pero, de alguna manera, con motivos para serlo, una mujer que vivió la II Guerra Mundial, que tuvo de primer ministro ni más ni menos que a Wiston Churchill y vio como bajo su reinado el otrora poderosísimo Imperio Británico, en descomposición, iba dando paso a la Commonwealth...

Sin embargo, esa imagen de modernidad, de puesta al día, choca frontalmente con rituales de la Coronación como el del ungimiento en aceite, entre otros, que nos retrotraen no ya a la Edad Media, sino mucho más atrás, ya que se relacionan directamente y en un plano incluso físico –el propio ungimiento– con la gracia de Dios, que es la que va a guiar su reinado, independientemente de que, como monarca, además sea la cabeza visible de la Iglesia de Inglaterra...

Esa es las realidad. Hay capas y capas de (interpretable) puesta al día para llegar finalmente al nudo de la cuestión sobre esta institución en todos países de Europa en que se mantiene. La tradición, la 'gracia de Dios', la unidad, el 'embajador'... son expresiones recurrentes para no cuestionar la naturaleza de la que se nutre la monarquía. Una institución que, desde luego no está en peligro en el Reino Unido, aunque no goce la máxima popularidad en Escocia después de las turbulencias que se han producido tras el ajustado resultado del referéndum de independencia y el posterior 'brexit' –en Escocia ganó seguir dentro de la Unión Europea– y tampoco entre los británicos más jóvenes, ya que cerca de la mitad son partidarios de que se instaure una república. El tiempo dirá...

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