La imparable subida del precio del dinero

Algunos economistas de prestigio se posicionan en contra de la política monetaria ortodoxa que mantienen los bancos centrales contra la inflación, ya que estiman que no se trata tanto de un problema de la demanda de dinero como de la incidencia de la subida de la energía en el resto de precios

Un billete de veinte euros y unas monedas.
Un billete de veinte euros y unas monedas. MANU GARCÍA

El Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a subir los tipos de interés. En este caso, la subida del precio del dinero ha sido de 0,25% –un cuartito, en el argot economicista–, hasta dejarlo en el 3,75%, que era más o menos lo esperado. Dos días antes, la Reserva Federal de Estados Unidos, su equivalente, había hecho lo propio, hasta dejar los tipos del dólar en el rango del 5-5,25%, por lo que se daba por hecho que habría una nueva subida en Europa, tal y como se ha producido.

Los expertos esperan, a la vista de lo que está ocurriendo con el 'billete verde', que el BCE mantenga el ciclo de subidas hasta dejar el euro en el entorno del 5%, por lo que creen que la subida del precio del dólar está llegando a su fin y la del euro entra, previsiblemente, en un período de subidas más pausadas. La subida de tipos que comenzó hace aproximadamente un año es una de las principales medidas que se han adoptado para luchar contra la inflación y está teniendo un éxito relativo, ya que la inflación en Estados Unidos, Unión Europea e incluso Reino Unido se mantiene alta, sobre todo la subyacente.

Subir los tipos para luchar contra la inflación es una medida, digamos, de manual, pero que puede agravar la desaceleración económica y, en consecuencia, actuar negativamente en lo que se refiere a la creación de empleo, e incluso terminar por generar crisis financieras (ya hemos visto en los últimos meses la caída de tres bancos medianos de Estados Unidos y del segundo mayor banco suizo, Credit Suisse).

Son varios los economistas, algunos tan afamados como los Premios Nobel Joseph Stiglitz o Paul Krugman, que han alzado la voz contra la política ortodoxa que están manteniendo los bancos centrales y estiman que puede que las medidas no sean las más acertadas atendiendo a la naturaleza de este proceso inflacionista. La tesis parte de que este ciclo no está generado tanto por un exceso de demanda –léase dinero circulante–, la causa clásica, sino por la subida del precio de la energía y de algunos alimentos básicos que han terminado por contagiar al resto de la compra. Por eso estiman que la actual política monetaria restrictiva –el remedio– puede ser peor que la enfermedad.

En España, esta continua subida está teniendo una importante incidencia en la renta de la que disponen las familias, ya que la mensualidad de la hipoteca no para de subir, igual que la cesta de la compra, que se mantiene en una inflación de dos dígitos, pese a todas las medidas establecidas. Con todo, la economía está resistiendo, y se considera que sería con los tipos en el 5% cuando comenzaría a resentirse gravemente la actividad, el crédito y el empleo.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído