Se acerca el momento de la verdad. ¿Cataluña va a gozar –o goza ya– de una financiación especial? ¿En qué medida afecta una decisión de este calado a Andalucía? Son preguntas que hay que responder muy pronto y que tienen el añadido de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, va a ser la próxima candidata del PSOE a presidir la Junta de Andalucía, por lo que, si es así y, sobre todo, si desde Cataluña el mensaje que lancen Junts y ERC, socios del Gobierno en Madrid, es ese, la ministra-candidata se va a ver en una posición muy delicada para sus aspiraciones políticas.
Desde distintos medios de comunicación nacionales se ha avanzado ya que, en efecto, según sus cálculos, la financiación autonómica de Cataluña es de unos 400 euros anuales más por habitante que en el resto de España, una manera de 'calentar' –la publicación del dato– las derivadas políticas que pudieran desprenderse de esta cantidad.
Si, por un lado, el PP andaluz valora la infrafinanciación de la Junta en unos 1.500 millones de euros anuales y por el otro están esos 440 euros habitante/año es evidente que hay materia para establecer, en el debate político, un poderoso contraste entre esas dos cantidades.
Por ahora, desde la Junta, los mensajes son generalistas, incluso en clave más bien nacional, enfatizando el posible privilegio catalán, pero sin entrar en grandes contrastes con Andalucía... pero la munición está servida. De cuadrar cifras y entrar en una lectura en clave estrictamente andaluza –no queremos hablar todavía de un posible adelanto electoral–, del uso de dicha confrontación de cifras el PP obtendría un importante balón de oxígeno –y un arma arrojadiza, todo hay que decirlo– que le permitiría justificar, o al menos tratar de hacerlo, los evidentes problemas que la Junta tiene en la gestión de temas clave como el de la sanidad pública que, probablemente es el único que podría hacerle perder la mayoría absoluta de la que disfruta y abocar al partido a soluciones como un pacto con VOX que nadie desea en el partido.