A duras penas, claro: igual que siempre

Me enorgullece ver a toda mi generación, contra todo pronóstico, abandonar su condición de proyectos de futuro para ser ya presente

Foto busto

Filólogo, autor de varios libros de poesía

Abraham Guerrero, autor de 'Las luces de Hannover'.
Abraham Guerrero, autor de 'Las luces de Hannover'. JOSEMA MATEOS

Últimamente escucho una banda de metal que se llama Bad Omens. Me gusta cada integrante, son estupendos músicos todos; pero el vocalista me llama especialmente la atención. Me parece un talentazo, y, posiblemente, uno de los mejores vocalistas que haya escuchado dentro de su género. El otro día, buscando información sobre este grupo, me topé con la fecha de nacimiento del cantante y quedé sorprendido: 1995. Dos años menos que yo, pensé. Y lejos de sentir envidia por su éxito, por su admirable voz y porque encima es guapo a rabiar, me alegré. Es más, sentí orgullo. El mismo que sentí hace un mes en Sevilla viendo a Johnny Garso (1991) cuando nos brindó a todos un directo lleno de verdad, emoción  y supo –como solo los maestros saben– tocar con sus dedos la belleza. Exactamente, la misma que sentí al saber que Las luces de Hannover, la magistral novela del gaditano Abraham Guerrero (1989), alcanzaba su tercera edición, convirtiéndose ya en un escritor de pleno derecho, una de las voces de mi generación. O la misma cuando voy al médico y me atiende alguien joven que, al explicarle mis síntomas, da con la tecla enseguida de lo que me pasa, me lo explica a las mil maravillas y me receta unos medicamentos que, al poco, me curan. 

Me enorgullece ver a toda mi generación, contra todo pronóstico, abandonar su condición de proyectos de futuro para ser ya presente. Nosotros, esos millennials maleados por las leyes educativas, esos blanditos criados entre algodones, esas manos frágiles que nuestros mayores miraban con desconfianza; ahora, al fin, comienzan a sostener el mundo haciéndolo lo mejor que pueden, pese a los recientes obstáculos (crisis de 2008, pandemia...) y el actual contexto, cuanto menos hostil. Y, pese a todo, salen adelante. Y el mundo se sostiene. A duras penas, claro: igual que siempre.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios (1)

Jose Hace 5 días
Cortita y al pie pero cargada de emoción. Me pasó algo parecido con la reciente retirada de Muguruza. 30 años, uno menos que yo. A veces uno piensa que el mundo pasa sin tenernos a nosotros en cuenta. Buena columna, Alejandro, sigue así.
Lo más leído