Son, insisto, igual que tú, lector; pero no es fácil reconocerlos, percatarse de todos estos pequeños detalles y entender que, sin importar aquello que diga en su DNI, su nacionalidad es el dolor
Y luego están los que, ante el dato de que somos seis millones de opositores, tienen la misma reacción que tendría una vaca viendo pasar, mientras rumia su pasto, a lo lejos, un tren