El rey Felipe VI en una imagen de archivo.
El rey Felipe VI en una imagen de archivo.

Cómo será el discurso del rey Felipe.

 Como todos los años en Nochebuena cuando ya estemos preparando la mesa para la cena  saldrá en nuestras pantallas de televisión mirando a cámara,  aparentemente sereno durante la grabación, se dirigirá a los españoles para decirnos lo que ya sabemos; año difícil, pandemia, crisis del coronavirus con la salud, la economía muy dañada y bajo mínimos, etc., etc. Pero… ¿hablará del rey emérito?

  ¿Qué va a decir?  Cómo y de qué manera se referirá  a la grave situación que ha creado su padre. A su censurable conducta.  Debe dejar claro la posición de la Zarzuela.

Quién iba a decir que el primer republicano fuera el propio Juan Carlos, sí, no me miren así, los hechos mandan.

A ver… el que ha puesto en duda la utilidad de la monarquía parlamentaría es él.  El que ha puesto al límite, en la cuerda floja, el que ha abierto el melón por un referéndum  sobre la monarquía, es él.

Regaló 65 millones, nada más y nada menos que sesenta y cinco millones de euros a su “amiga”. Recibió otros tantos millones de otro amigo dadivoso y súper generoso sin declarar a la Hacienda pública como estamos sujetos todos y cada uno de los españoles.  

 Y ahora quiere devolver cierta cantidad para regular su situación. ¿Ahora Alteza Real campechana? ¡Ahora! Pero esto lejos de eximir, confirma.  Y si se ratifica, como se viene informando,  que algunos familiares como la reina Sofía, sus hijas y algunos de sus nietos también gastaban a manos llenas de esa tarjeta opaca, es de traca. Traca de la buena.

¡Qué  familia! Da para una serie de televisión como The Crown.

 En los guiones habría de todo, bien hecha sería un bombazo, pero en España no hay bemoles para hacerlo por el miedo a las criticas y repercusiones.

 Capítulo a capítulo veríamos interpretar los amoríos del Rey emérito, sus infidelidades, amantes, corrupción, banquillo para la Infanta Cristina, cárcel para su marido, el que durante aquellos tiempos de reverencias, fue el yerno favorito. Luego resultó ser un avaricioso como su familia política. Cacerías de elefantes, disculpas televisadas.

Las novias de un joven Felipe que no fueron aceptadas, como tampoco lo fue en su día Letizia, reticentes porque era la nieta de un taxista y tenía tras de sí un pasado.

Dios, cuánta hipocresía con la vida que llevaban todos y cada uno de ellos. Lo que habrá tenido que soportar esta mujer con los desprecios dentro de la familia, pero también de tanta prensa y público. Ella la que siempre estaba a tiro cuando los demás robaban, pasaban por la justicia o, como parece ser, serán también investigados.

A Letizia le reprochaban que hablaba demasiado y  le quitaba protagonismo a Felipe e incluso a la propia Sofía. Ante estas tan malsanas criticas; calló y dejó de sonreír pero también se la vapuleó por ello. Sabía demasiado y veía que para la prensa y el pueblo ella era la mala. La que sobraba porque, a ojos de un tal Peñafiel, calzaba tacones demasiado altos y vestía como una estrella. Odioso y frívolo todo.

Volviendo a lo de ahora, y a lo que de verdad importa, esto pinta complicado para el futuro de la monarquía si el Rey Felipe no toma partido, más de lo que ya ha hecho.

Se espera de él un pronunciamiento claro, al margen de los comunicados de Casa Real. 

Sería muy positivo ver su preocupación, sus sentimientos. Los españoles queremos ver un Rey emocionado, todos lloramos cuando hablamos de nuestros padres… ¿por qué no? Lo haría más humano, está en juego su futuro y por consiguiente el de su amada hija. 

Entiendo que los republicanos tienen todo el derecho del mundo a serlo y  sin ser estigmatizados por sus ideas consecuentes, como el mismo derecho lo tienen a su vez los monárquicos.

Sin embargo entiendo, a su vez, que no es el momento de pedir un referéndum sobre la monarquía por la grave crisis sanitaria y económica que está atravesando el país. Además de los enfrentamientos y confrontación constante de la derecha y ultra derecha con el actual Gobierno.  Sin olvidar Cataluña y su especial situación. No, no es el momento.

 Pero sí es el tiempo de que oigamos al Rey Felipe VI, con su propia voz,  qué piensa de todo esto. Incluida la supuesta carta que le enviaron los militares jubilados con sus mensajes de muerte. Es gravísimo y no se puede pasar por alto las ideas de estos militares, que hasta hace poco estaban en activo.

El rey Juan Carlos no puede vivir al  margen de la ley, eso lo saben todos, a pesar de que muchos de estos monárquicos, ciegos de certezas, sigan defendiéndolo, exculpándolo por su papel en la transición y por sus servicios a España. Naturalmente, ese era su trabajo como Rey  faltaría más, era lo único que debía hacer y hacerlo con honradez, con  honestidad. Siendo un ejemplo para todos como el primer español que era.  A pesar de que la presidenta de la Comunidad de Madrid  asegura que el rey emérito no es igual ante la ley que el resto de los ciudadanos. Es más, desde su ineptitud ha añadido “los ciudadanos regularizan su situación cuando les da la gana” .  Esto daría para otro post, con lo cual lo dejo ahí para que ustedes lo digieran.

Por otro lado, con esto de devolver la cantidad de 678.393,72 euros, no está todo hecho.

Si  se le da un trato de favor volverá a sobrevolar la sospecha, y  es fundamental que se actúe con total transparencia para que beneficie quien es, hoy por hoy, el rey de España.

Y termino apuntando, lo que todos sabemos, pero no está de más recordar. En  la transición se hizo una serie de mecanismos para la inviolabilidad del Rey. Nadie la discutió, nadie lo vigiló. Y así hizo y deshizo a su antojo. Además para los que insisten en su papel de la transición, nada le exime de esta conducta personal que le ha llevado a lo que es ahora.

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