Paco de Lucía en el 'Vito Jazz Festival' en julio de 2010. FOTO: Wikipedia.
Paco de Lucía en el 'Vito Jazz Festival' en julio de 2010. FOTO: Wikipedia.

 Tal día como hoy, en plena efervescencia festivalera, se cumplen dos años de la muerte de Paco de Lucía.

Lame sus heridas (sangrantes y profundas) el Teatro Villamarta, a golpe de tacón y quejío en la celebración de un Festival que se ha convertido en referencia mundial de la mayor aportación artístico-cultural de Andalucía al resto de la humanidad.

Pasadas las horas oscuras que nos hacían intuir un final trágico para tan insigne coliseo, y ante una puerta abierta a la esperanza de continuidad de “uno de nuestros jerezanos más ilustres”, la sociedad se recompone degustando la “creme de la creme” del flamenco que lleva todo el año esperando este momento para presentar su novedad última, siempre la mejor y definitiva en sus respectivas carreras.

Unos saborearán las mieles del triunfo entre aplausos enfervorecidos y vítores del respetable. Otros abandonarán las tablas cabizbajos ante una respuesta fría o menos gratificante de lo esperado. Pero tanto los unos como los otros, volverán a su cotidianeidad con el orgullo de haber actuado en el mejor de los escenarios posibles. Como Maracaná para los futboleros… como la Maestranza o las Ventas para los taurinos.

Pero entre telón y telón, no debemos olvidar a los que se fueron y no volverán. A los que pusieron la primera piedra, y puede que la última, para el reconocimiento del legado flamenco al mundo de la cultura. Tal día como hoy, en plena efervescencia festivalera, se cumplen dos años de la muerte de Paco de Lucía.

Ganador de todos los galardones posibles no solo en el mundo del flamenco, sino también en la música en general (Grammys) y de las artes (Premio Príncipe de Asturias), su mayor legado fue la de colocar el flamenco en un escaparate del que ya nunca se retiró. Sin duda, el más grande con una guitarra en las manos; capaz de eclipsar a genios de la talla de Manolo Sanlúcar (coetáneo a su pesar) y de ser Grande haciendo Grande a su vez a otra leyenda como Camarón.

Sería hermoso que, ante la coincidencia de esta triste efeméride, se rindiera un sincero homenaje a la mayor figura del flamenco, al menos la más reconocible a nivel internacional. Pero no me refiero a homenajes enlatados, no. Nacido del corazón, el alma y las entrañas.

Que surgiera de manera espontánea y natura… tal y como era Paco.

Salud allá donde estés.

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