cerveza_playa.jpg
cerveza_playa.jpg

¿Y qué es al fin y al cabo un periodista delante de su ordenador sino una mínima redacción, con sus normas, virtudes y defectos?

No entiendo muy bien a los que dicen eso de que ahora que estamos plenamente conectados —telefonía móvil, Whatsapp, internet, redes sociales, lo que se da en llamar nuevas tecnologías— se puede hacer cualquier trabajo desde cualquier sitio. Como mínimo cabría hablar de trabajos y de sitios. Yo, la verdad es que me voy unos días a la playa (no voy a decir dónde, pero es al norte de El Palmar y al sur del Sancti Petri) y ya… ya como que me cuesta. Un montón. No sé si es la simple formalidad de tener que encender el ordenador o que las noticias susceptibles de un comentario —como todos sabemos— no se ven bien en la otra opción, el móvil, pero es ver el mar, la arena (vale, y el chiringuito) y empezar a sentirme lejos, muy lejos, bien lejos del sitio del que me propuse escribir casi en exclusiva cuando me propusieron ocupar estas líneas, que no es otro que Jerez.

Sé que hay gente perfectamente capaz de opinar de las cosas de Jerez —el Ayuntamiento, las bodegas, la ciudad: en realidad es fácil, con decir que todo va mal…— igual que podría hacerlo de la cría del gusano de seda, de quién debe ganar Supervivientes o dilucidar si en el rock actual The Kills es mejor que Wolf Alice o viceversa, y bordarlo además mientras toman un mojito con hielo natural en Groenlandia o hielo artificial en Madagascar… pero a mí me cuesta mucho. De verdad. Y no es molicie, que podría haber sido. Tampoco es que pierda una objetividad que, a dios gracias, nunca he tenido, sino que lo que pierdo es la subjetividad. O mi mismidad, para ser más exactos. Lo cierto es que entro en una especie de a mí que me estás contando que un estupendo periodista y amigo, Manolo Barea, resumía en un definitivo me la trae al pairo, guía de cualquier redacción que se precie de ser tal. ¿Y qué es al fin y al cabo un periodista delante de su ordenador —aunque sea en su casa o en la habitación de un hotel— sino una mínima redacción, con sus normas, virtudes y defectos?

Delante del mar, de la arena (vale, y del chiringuito) el resto me la trae al pairo con letras de molde, no puedo decir otra cosa. No sería una buena manera de vivir (al menos no para mí, lo doy por supuesto), así que, qué bueno estar otra vez en Jerez… 

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído