Canchero contra Sumito, qué bonito, por rimar yo también…
-Buenos días, mi’hija. Yo querría hablar con la señora Mamen, la doña del Ayuntamiento de Jerez.
-Pero, esa voz… ¿usted es César Millán, el encantador de perros?
-Sí, mi’hija, sí, soy yo…
-No me lo creo, soy su secretaria… ¡Voy corriendo a llamar a la alcaldesa!
-Vaya, mi’hija, vaya…
-¡Mamen, César Millán por la línea uno!
-Vaya, la llamadita de marras de todos los sábados… ¿Dígame? Soy Mamen Sánchez, la alcaldesa de Jerez.
-Mamen, cómo está usted. Soy César Millán, el encantador de perros…
-Ay, sí, te he visto por la tele. Me gusta mucho tu programa… Pues tú dirás, que no sé si sabrás, pero estoy aquí muy liada en Jerez, que los socialistas sacamos siete concejales, pero una se me fue a Diputación…
-Ya, ya lo sé, en el mundo canino no se habla de otra cosa…
-Para canina, la situación del Ayuntamiento de Jerez, César…
-Eso está bien, no pierda el sentido del humor, mi’hija…
-Gracias… Pues dime, César, no tenemos mucho tiempo, que de aquí a un rato está programada la próxima pitada del personal del Ayuntamiento. Lo digo porque va a ser difícil mantener la comunicación…
-Bueno, bueno… Mamen, yo le llamaba por la campaña ‘Cuida lo que tanto quieres. Cuida Jerez’…
-¿Qué campaña es esa, César? ¿Una para preservar el centro histórico? Ahora mismo no caigo…
-Hombre, mi’hija, es la de las cacas de perro, por ir resumiendo…
-Ya, ya, la de mojón y sanción…
-Sí, sí, esa. Una rima muy fina, por cierto. Ni Octavio Paz…
-Bueno, César, estas campañas tienen que tener su punto efectista. Ya ves, sin ir más lejos aquí estás tú llamándome desde un L.A. o un D.F., que no sé exactamente dónde vives…
-Desde un Los Ángeles, un L.A. como usted dice, mi’hija. Bueno, lo importante es concienciar, eso está claro. Pero no sé, en la campaña del Ayuntamiento de Jerez los perros salen hablando sobre cuestiones que, al fin y al cabo, solo les conciernen a sus pinches propietarios…
-Son animales inteligentes…
-Okey okey, yo no le digo nada, doña. Solo le quiero comentar que está bien la campaña para que no haya cacas de perro en las aceras y los parques de su bonita ciudad, pero los perros no pueden nunca ser responsables de lo que hace o deja de hacer su dueño, el líder… Está bien todo eso del ADN, pero ya le digo que el perro nunca puede ser el responsable de nada, ni andar alertando de nada, el solo forma parte de la manada…
-Bueno, César, es solo algo gráfico, para llamar la atención, algo efectista, como te he dicho antes…
-Y esa rima ‘mojón-sanción’…
-Ya, que no te gusta…
-… No opino de poesía, no opino de lo que no sé, mi’hija… Si a ustedes, los socialistas de Jerez, les gusta pues… En realidad, yo querría ir más lejos… Lo que le quiero decir es que usted es la líder de la manada. La Hembra Alfa. Y ahí es donde quería llegar, no acabo de ver un año después cómo estamos en este punto… Esto se le está escapando de las manos, doña…
-Ya veo adonde quieres llegar…
-Antes de poner a hablar a los perros en los carteles de la caca y de la gran rima ‘mojón-sanción’ hay que poner orden en la manada pequeña y en la grande. Usted es la Hembra Alfa, insisto… ¿Qué es eso de que uno de los concejales de su manada se querelle contra uno de sus asesores, un asesor precisamente de su manada? Canchero contra Sumito, qué bonito, por rimar yo también… ¿Pero esto dónde se ha visto? ¿Aquí quién manda? Hay que poner orden y ya, doña, esto no son temas personales, como usted va diciendo pero seguro que en realidad no lo piensa, estos son temas de la manada y usted, ya digo, es la Hembra Alfa, que a usted los electores le dieron una manada muy pequeña para gestionar una ciudad y esa manada al menos tiene que estar perfectamente unida…
-Sí, creo que tiene razón, César. Ya me lo apunto para estudiarlo luego en casa… Ah, y por cierto, ¿cuál es la manada grande?
-Hombre, doña, ¿y los dos mil y pico empleados municipales sobre los que usted manda, qué?
-Ah, vale, bien visto. Andan revueltos, sí…
-He oído que para variar…
-Es que aquí, en Jerez, pasa siempre…
-Ya, ya, me hago cargo… Creo que definitivamente me voy a acercar a Jerez a hacer uno de mis programas, mi’hija…
-Pues nada, ya me firmas en el libro de oro de la ciudad, si no es molestia. Debajo de los reyes magos de las pasadas Navidades. Puedes firmar al lado de tu tocayo César Saldaña, por cierto, pero fíjate que no ponga Antonio con el mismo apellido, ¿eh? Pon lo que quieras, claro, pero me gustaría algo así como “A mi querida Hembra Alfa de Jerez, con afecto…”
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