Estos días hemos escuchado multitud de voces comentando lo ocurrido en Andalucía. Desde los periodistas que han señalado el papel de los medios de comunicación en el auge de VOX a los politólogos explicando cómo la quiebra de la hegemonía socialista se ha acelerado. También hemos asistido al juego político, protagonizado por Susana Díaz y los líderes nacionales del bloque de derechas. Toca acostumbrarnos a que las decisiones sobre Andalucía se empiecen a tomar en Madrid. En medio de este ruido, hay una voz que ha destacado por su oportunismo. No podía ser otra que la del Camacho de Podemos, Juan Carlos Monedero.
Al día siguiente de las elecciones, con el golpe aún caliente y las heridas abiertas, Monedero publicó su opinión sobre las causas del resultado electoral andaluz. Estas notas han sorprendido a propios y extraños, no ya tanto por las formas, sino por su contenido. Desde la petición de dimisiones a la petición de más centralismo y “pablismo” en Podemos. Juan Carlos sacó toda su malafollá de paseo. Vayamos por partes:
Monedero señala el número de votos perdidos, tanto por el PSOE como por Adelante Andalucía. Cifras brutas. Estos números sólo confirman que la suma de Podemos + Izquierda Unida no funciona. En las elecciones nacionales de 2016, Unidos Podemos perdió 217.379 votos respecto a la suma de IU y Podemos en las nacionales de 2015. De hecho, también perdió respecto a la suma de ambas formaciones en las andaluzas de 2015. Concretamente 74.543 votos. Todo ello en unas elecciones con casi ocho puntos más de participación que los comicios andaluces celebrados el pasado domingo
Señala también el fundador del partido morado la necesidad de recuperar la marca Podemos. Según el último EGOPA, realizado a inicios de año, encontramos varios datos interesantes. A la pregunta, ¿con cuál de los siguientes partidos te sientes identificado?, Podemos no solo se sitúa lejos del PSOE, sino que incluso está por debajo de IU. Solo un 2,1% de andaluces se identifican con Podemos. El 7% si miramos entre los que se consideran simpatizante de alguna formación. A la pregunta, ¿con cuál de los siguientes partidos te sientes más cercano?, sólo un 3,7% de andaluces se sienten cercanos a Podemos, un 9,4% entre los que se consideran cercanos a alguna formación. El declive de la marca Podemos en Andalucía es tal, que la identificación con ella ha caído en ¡14 puntos!, mientras la simpatía lo ha hecho en 8 puntos. No parece que el problema de Adelante Andalucía haya sido la dilución de la marca Podemos. ¿Lo habrá sido su presencia?
Monedero reclama más presencia para la figura de Pablo Iglesias. Si, la del líder nacional menos valorado para los andaluces. Un líder que ha perdido 1,15 puntos en la valoración, hasta un 2,55 (2,5 en el último barómetro del CIS). Imaginamos que Monedero pide más presencia de Iglesias frente a Teresa Rodríguez, valorada con 4,14 puntos. La diferencia entre la valoración del líder nacional y autonómico encontrada en Podemos es la más importante, con 1,59 puntos. De nuevo, no parece que el liderazgo haya sido el problema de Adelante Andalucía.
Habla el profesor de la falta de “astucia” de Adelante Andalucía, comparada con la que siempre ha tenido Podemos. ¿No será que a Podemos se le acabó ser la moda? “En realidad lo que hace Vox no es nuevo. Recuerda a la misma estrategia que utilizó Podemos en sus primeras propuestas económicas cuando la formación morada no tenía más que un manifiesto. Igual que el partido de Pablo Iglesias ganó notoriedad cuando empezaba a darse a conocer hace cuatro años prometiendo medidas imposibles.” Varios economistas y expertos señalan este punto. No será un servidor el que les quite razón.
“La situación era compleja ideológicamente.” Y lo era por la polarización de la izquierda andaluza. Si Monedero hubiera dedicado una relectura a sus notas, se habría dado cuenta de que uno de los puntos clave es el enfrentamiento de Susana Díaz y Teresa Rodríguez. Pese al esfuerzo de separar susanismo y socialismo durante la campaña (¿astucia?), el votante socialista desencantado no emigró a Adelante Andalucía, obteniendo solo 100.000 votos procedentes del PSOE.
Según el estudio de Sigma Dos, la mitad de los votantes de Podemos en 2015 eligieron la abstención. 298.000 votantes, 44.000 más que el aporte a la abstención migrante del PSOE. IU también ha nutrido a la abstención con casi la mitad de su electorado de 2015, tal como ocurrió en la primera cita electoral de Unidos Podemos. Podemos genera abstención en los sus votantes… y en los de IU. Adelante Andalucía no parece ser culpable de esta abstención, sino que ha cumplido con el trámite de tropezar por segunda vez con la misma piedra. ¿Habría acudido el votante de IU a las urnas sin la marca Podemos de compañera?
Todos estos datos apuntan a que los acusados en el juicio público de Monedero son más víctimas que delincuentes, responsabilizados que irresponsables. Los feudos de la izquierda, con aumentos de la abstención sobre 8 y 10 puntos, también apuntan en esta dirección. Los emigrantes andaluces en Cataluña, que desencantados con el PSC se fugaron a Ciudadanos, ya nos dijeron que hoy por hoy los tradicionales votantes del PSC se decantan por Ciudadanos y no por Podemos. Para concluir con Adelante Andalucía, al margen de la polarización y la abstención, debemos comentar la repetición de un error tradicional en las formaciones con carácter andalucista. No se ha logrado construir un andalucismo para nuestra parte oriental, justo donde VOX ha entrado con más fuerza. Sigue siendo una tarea histórica para construir una Andalucía integradora.
Por último, Andalucía no ha sido ajena a Europa. La extrema derecha presente en nuestros países vecinos ha tardado en llegar, pero finalmente está aquí. Pese a ello, extraemos varias lecciones positivas. Abascal, por mucho que algunos se empeñen, no es Salvini ni Le Pen, sino Bolsonaro. Los votantes de clases medias-altas han constituido su base electoral, junto a aquellos preocupados por la unidad de España y la inmigración. En cambio, las clases populares, pese a las invenciones de miembros de VOX sobre la distribución del voto en las 3.000 viviendas, han resistido la llamada de la extrema derecha. Respecto al papel de Adelante Andalucía, solo cabe decir que el oportunismo ha cegado a Monedero, quien ha apuntado el tiro según una visión sesgada y no desde el conocimiento de la realidad andaluza. ¡No es Andalucía, estúpido!
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