La teniente de alcaldesa Laura Álvarez, en rueda de prensa hablando del supuesto acceso a información en el Ayuntamiento.
La teniente de alcaldesa Laura Álvarez, en rueda de prensa hablando del supuesto acceso a información en el Ayuntamiento. MANU GARCÍA

Menuda se ha liado en el edificio más noble de la calle Consistorio, por lo pronto hay denuncia ante la Fiscalía, ante la Agencia de Protección de Datos y un expediente interruptus por la presión sindical a dos empleados municipales quienes presuntamente pudieron llevar a cabo casi 5.000 accesos indebidos e ilegales a los servicios informáticos del Ayuntamiento según ha declarado la teniente de alcaldesa Laura Álvarez, y sobre todo hay ruido, mucho ruido.

El ruido generado, primero por los expedientes y posteriormente por las declaraciones de Álvarez, supera los decibelios de cualquier zambomba jerezana que se precie en estas fechas tan próximas a la Navidad. Y no es para menos si tenemos en cuenta que la sagrada intimidad, reconocida por ley, de las relaciones de miles de jerezanos y jerezanas con su administración más cercana, su Ayuntamiento, ha saltado por los aires por obra y gracia de esta presunta operación puesta en marcha, no se sabe a ciencia cierta con qué fines, por una delegada sindical de CSIF y otro compañero o compañera.

Pero con ser grave este acceso ilegal, repetido casi 2.000 veces en el tiempo, más grave aún puede resultar el acceso a los expedientes de contratación municipal por cuanto podría haberse obtenido información privilegiada susceptible de ser utilizada  en favor de intereses privados vinculados a organizaciones políticas fuera del Gobierno municipal. De ser así estaríamos más cerca de un Watergate que de un Wikileaks jerezano, por cuanto presuntamente no se ha intentado airear a los cuatro vientos la información obtenida sino beneficiar a un partido político determinado.

Aunque corresponderá a la Justicia y a la Agencia de Protección de datos determinar la existencia de actuaciones delictivas, ya de sí los hechos contrastados por la investigación del Gobierno municipal son de extraordinaria gravedad por lo que suponen no sólo de violación de las leyes que rigen la relación ciudadana en sus distintas formas, particulares, empresas, asociaciones o instituciones, con la administración Municipal, sino porque también arrojan la sombra del presunto delito sobre el Partido Popular jerezano en el que todo gira alrededor de su portavoz municipal, el incombustible que no inmatable, Antonio Saldaña.

Y de dónde surgen estas sombras, del hecho incontestable de que la presunta hacker es una militante cualificada de dicho partido, en el que ocupa cargos relevantes y por el que fue candidata en las últimas elecciones municipales. Algunos, vistos estos datos, podrían afirmar aquello de blanco y en botella pero es a la Justicia a la que corresponde determinar el contenido lácteo del envase. Mientras tanto la prensa amiga y mundana intenta que miremos hacia el dedo y no hacia la luna donde brilla en todo su esplendor el nombre, de ascendencia mitológica, de la hija del rey faecio Alcinoo, que rescató a Ulises en la playa tras su naufragio. Por lo pronto esta otra Odisea continúa su trama camino de los tribunales que parece ser, en este caso, su Ítaca perdida.

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