Macarena Olona, posible candidata de Vox en Andalucía, en un acto celebrado en Cádiz.
Macarena Olona, posible candidata de Vox en Andalucía, en un acto celebrado en Cádiz.

Por desgracia la quinta ola del virus es ya una realidad incuestionable en nuestra provincia donde la mitad de sus municipios sobrepasa el quinientos por cien de incidencia a catorce días. Es de suponer que el periodo vacacional en el que nos encontramos con la llegada de un buen número de veraneantes y la relajación de las medidas de prevención han contribuido a que la incidencia haya llegado a esos niveles que empiezan a ser preocupantes.

Pero algunas zonas de nuestra provincia han sufrido en paralelo otra ola, la de la extrema derecha que representa en todas sus esencias Vox. Abrió fugo días pasados el señor Rosety, arquetipo del militante perfecto de Vox, al que no sabemos si su avanzada edad u otra razón oculta le hace perder con demasiada frecuencia la sensatez en sus manifestaciones públicas hasta el punto de que la vieja máxima de que sólo los borrachos y los niños dicen las cosas como las piensan precise de una urgente revisión para ampliarla a los exmilitares que militan en Vox.

Decía Rosety, santo y seña gaditano de las intrigas palaciegas en el partido de la extrema derecha donde ha protagonizado ya varias razias contra el disidente, que el golpe de estado del treinta y seis no fue tal sino más bien una disputa de media España contra la otra media por defender la libertad. Sólo alguien alienado de la realidad histórica puede afirmar tal cosa a no ser que la hora en la que publicó ese tuit no fuese la más recomendable atendiendo a los efluvios de una comida veraniega bien acompañada de vino de la tierra.  Ver para creer que diría el clásico, y después dicen que la edad avanzada no nubla la razón cuando se abusa de las sobremesas.

Y por si no tuviéramos bastante con Rosety aparece por Cádiz doña Macarena Olona, espíritu libre de la extrema derecha, dispuesta a platicar con los gaditanos y gaditanas a las puertas de San Juan de Dios, cuartel general de Kichi, como si ella encarnase la figura de Guaidó a las puertas del Palacio de Miraflores, sede de la Presidencia venezolana. Otro espectáculo más de los que tanto gustan a Abascal y sus secuaces buscando la provocación de cualquier demócrata que pasara por allí.

Por si no fuese poco un periódico provincial le concede entrevista en la que Olona no termina de contradecir a Rosety en relación con la cuestión del golpe de Estado sino que más bien intenta vender una versión lacrimógena cuyo fondo nada difiere de lo manifestado por el general nostálgico del golpismo franquista, y es que como dice el refrán Dios los cría y ellos se juntan.

Y mientras esto ocurría en Cádiz, a pocos kilómetros, en San Fernando, otro nostálgico de los tiempos negros en la vida de nuestro país, el señor Zambrano, Diputado nacional y portavoz en el Ayuntamiento de la ciudad, completaba este grotesco episodio de disparar hasta el pianista con una moción para reprobar a Nando López Gil por su contratación como asesor del equipo de Gobierno para temas de desarrollo sostenible. Consiguió Zambrano arrastrar con él  a toda la oposición, Partido Popular y Ciudadanos, sus socios de Gobierno en la Junta y que con decisiones como esta terminaran cediendo todo sus espacio a la extrema derecha.

El oscuro objeto de deseo en que se ha convertido López Gil para las derechas ha terminado siendo el elixir que convierta  al exsenador socialista y su contrato en algo bien visto por la ciudadanía en general, eso es lo que tiene que te conviertan en víctima.

Por si no teníamos bastante con la quinta ola en Cádiz ahora también tenemos el chiringuito de verano de Vox donde el virus del odio se propaga a la velocidad de la luz. Salud y suerte, sean felices pero sobre todo sensatos

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