Susana Díaz, secretaria general del PSOE andaluz, en una comparecencia reciente.
Susana Díaz, secretaria general del PSOE andaluz, en una comparecencia reciente.

Uno de los hechos más notables del hundimiento del Titanic es el referido a su orquesta, que en los momentos previos al total hundimiento del famoso trasanlántico continuaba impasible tocando el premonitorio Más cerca, oh Dios, de ti, en un intento suicida y baldío para que los pasajeros no perdieran la esperanza. Todos los integrantes de la orquesta con su director, Walace Hartley, al frente perdieron la vida en aquel histórico naufragio inasequibles al desaliento como aconseja la conocida flema británica ante situaciones extraordinarias como la que ellos mismos estaban viviendo.

Vienen estos hechos a cuento en esta semana en la que un destacado miembro andaluz del pedrismo, Felipe Sicilia, comparecía en el programa de la Cadena Ser que conduce el periodista Fernando Pérez Monguió, La Ventana Andalucía, para afirmar una obviedad irrefutable: el tiempo de Susana Díaz ha terminado y es necesaria una alternativa en el liderazgo del PSOE-A, tal como yo mismo, poco sospechoso de pedrismo, sanchismo u otros ismos, vengo afirmando en los últimos meses.

Fue visto y no visto, aún no había terminado la entrevista de Sicilia cuando ya la orquesta de Susana interpretaba los primeros sones de su particular Más cerca, oh Dios, de ti, al grito de “cómo se le ocurre a este hombre, en un día como hoy, hablar de esto...”. Lo de menos es la carga de cinismo del mensaje propagado urbe et orbe por la orquesta pretoriana del susanismo, lo realmente patético es el escaso número de músicos que la integran y cómo chirrían cada vez más los instrumentos. Se echa de menos a solistas importantes que poco tiempo atrás interpretaban esa música celestial y que ahora se apresuran a felicitar antes de que den las diez, hora del toque de queda pedrista, a María Eugenia Limón, nueva presidenta de la Diputación provincial de Huelva con gran pesar de Susana y los músicos de su particular Titanic socialista.

Porque ese hecho, la elección de Limón como presidenta de la Diputación onubense ha sido la primera en la frente de otras muchas que vendrán en el momento procesal oportuno. La dimisión de Ignacio Caraballo abría todo un mundo de posibilidades orgánicas e institucionales en una de las provincias históricamente más solidas del socialismo andaluz. Su doble condición, secretario general del partido en la provincia y presidente de la Diputación, eran frutas codiciadas a un lado y otro del PSOE de Andalucía. La sustitución de Caraballo en una y otra posición era la señal esperada por los tibios para tomar partido y por ello Susana Díaz se empleó a fondo en una batalla que ha terminado siendo el principio del fin del sultanato. Faneca, enemiga histórica de Susana tras su decapitación por San Telmo en tiempos pasados, en lo orgánico y Limón, referencia de otro decapitado, Mario Jiménez, en lo institucional, simbolizan el hecho de que para Susana cualquier tiempo pasado fue mejor tal como canta el poeta sevillano Rafael Montesinos en su poema, lleno de triste melancolía, La primera batalla: “Aunque las mejores armas tuve yo, perdí mi primera batalla de amor”.

Y en Cádiz, como en el resto de las provincias, la alianza de agraviados por Susana empieza a tomar cuerpo tal como ponía de manifiesto en su página de Facebook Javier Pizarro, alcalde de Alcalá de los Gazules, miembro de la ejecutiva provincial e hijo del histórico Luis Pizarro, la mejor agenda de contactos del PSOE andaluz. Utilizaba Javier Pizarro una metáfora, casi jeroglífica, para manifestar su adhesión con el cambio en Andalucía. Una fotografía del cartel que recuerda el hermanamiento de su pueblo con Bisacquino, población siciliana, le sirve de pretexto para manifestar lo siguiente: “Alcalá hermanado con SICILIA, ea pues eso mismo”. Blanco y en botella…

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