La reforma laboral de Casero

Lo que de verdad me apena es que la 'Reforma Díaz' vaya a pasar a la historia como la 'Reforma Casero' en honor de quién salvó la Reforma muy a su pesar y al del Partido Popular

Yolanda Díaz en la aprobación de la reforma laboral.
Yolanda Díaz en la aprobación de la reforma laboral.

El jueves fue un día en el que todas las infusiones relajantes se agotaron en el Congreso de los Diputados. Se debatía la aprobación del Decreto de Reforma laboral que la Coalición de Gobierno había puesto en marcha tras su aprobación por el Consejo de Ministros y que desde su aplicación antes del trámite parlamentario había supuesto ya más de 280.000 contratos fijos  que supone un 92% más con respecto al tiempo anterior a su aprobación.

Pero para una parte de los partidos que apoyaron la investidura de Sánchez, cada uno con sus propias motivaciones fundamentalmente de carácter electoralista, la Reforma Laboral del Gobierno no era un plato de buen gusto, y para la derecha extrema y la extrema derecha la ocasión la pintaban calva para dinamitar el Gobierno de Coalición y precipitar la convocatoria electoral que se ha convertido en el oscuro objeto de deseo de Casado.

La irresponsabilidad de ambos, los partidos que apoyaron la investidura y las dos derechas, ha desembocado en un mar de confusiones que amenazaba en convertirse en tsunami en el momento de la votación, haciendo bueno aquello de que en demasiadas ocasiones los extremos se tocan. A ninguno de ellos les importaba que el Decreto a ratificar hubiese obtenido magníficos resultados desde el primer minuto de su aplicación demostrando que el objetivo de luchar contra la temporalidad y estabilizar la creación de empleo fuese algo que formara parte de sus estrategias políticas.

Tampoco importaba que la Reforma Laboral fuese un requisito imprescindible para consolidar los más de 140.000 millones de euros que se habían conseguido en fondos europeos a pesar de los obstáculos que Casado había puesto en el camino del Gobierno con su tournée europea. Saben bien quienes han votado en contra de la Reforma que la mejor manera de cortocircuitar la llegada de esos fondos era el voto negativo y a ello se pusieron utilizando incluso, una vez más, la estrategia del transfuguismo  a la que han sucumbido los dos diputados de UPN incapaces de resistir las presiones del Partido Popular, llegando incluso a desobedecer las instrucciones de su dirección en el sentido de apoyar la ratificación del Decreto de Reforma.

El Partido Popular ha vuelto a utilizar tránsfugas sin ningún pudor confirmando que actuaciones como ésta son ya un clásico en su proceder y demostrando que el juego limpio nunca ha sido merecedor de tener en cuenta. En ese sentido, de haber triunfado el no a la reforma, la derecha y la extrema derecha habrían llevado a cabo otro golpe a la democracia sin importarles lo más mínimo los trabajadores y trabajadoras de este país ni la paralización de los fondos europeos tan necesarios para la recuperación económica y social tras la pandemia ni mucho menos el acuerdo histórico de empresarios y sindicatos que tanta falta hacía en este contexto político de crispación  y sálvese el que pueda. Sólo la falta de formación en materia de votación telemática, cuestión de primero de primaria para cualquier diputado o diputada, ha dinamitado la estrategia de Vox y el Partido Popular elevando a categoría de trending topic al diputado Casero muy a su pesar, nunca una gastroenteritis produjo efectos tan benéficos.

Pero con ser preocupante la actitud reiterada de destrucción del Partido Popular y Vox en esa convergencia tan frecuente en sede parlamentaria, más sorprende la actitud de los socios de investidura, muchos de los cuales son a los que la extrema derecha y la derecha extrema llaman con frecuencia etarras, separatistas, independentistas en incluso terroristas según el momento del que se trate. Resulta paradójico que la extrema derecha y la derecha extrema hayan coincidido en esta votación con aquellos a los que tanto desprecia, cuestión que deberían hacerse mirar tanto unos como otros.

Lo que de verdad me apena es que la Reforma Díaz vaya a pasar a la historia como la Reforma Casero dada la habilidad de la ciudadanía española para coger el rábano por las hojas, olvidando el buen trabajo llevado a cabo por la Vicepresidenta, pero todo sea en honor de quién salvó la Reforma muy a su pesar y al del Partido Popular, larga vida a Casero.

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