La nube tóxica que envuelve la política española parece estar provocando graves delirios en algunos de sus más señalados protagonistas. Hasta tal punto se puede estar deteriorando la salud mental de personajes como Miguel Tellado que no resulta extraño pensar que se trata de una enfermedad la que afecta a la derecha y la extrema derecha española. Y digo esto porque Tellado se ha convertido ya, con sus estridencias difamatorias, en un simple profeta de su líder amado, Alberto Núñez Feijóo, que, como piensa el ladrón, cree que todo el mundo es de su condición.
Y viene todo esto a cuento de la última boutade que se le ha ocurrido al nuevo gurú del Partido Popular y que no es otra cosa que llamar organización criminal al Gobierno y capo mafioso a su presidente y todo ello repetido como un mantra por cada terminal humana y mediática de la derecha popular. Cualquiera con dos dedos de frente podría pensar ante semejantes afirmaciones que es a la Justicia a quien corresponde otorgar tal condición y que hasta el momento el señor Tellado no es el jefe de la UCO ni Feijóo el presidente de la Audiencia Nacional. Y aquí es donde corresponde recordar la cita que titula esta columna porque si alguien ha tenido vinculaciones con un capo mafioso, convicto y confeso, no es otro que quien tal cosa afirma de Sánchez y que disfrutó de la amistad intima del señor Dorado.
Pero más allá del y tú más que parece haberse apoderado del debate político español, conviene recordar el paralelismo histórico de esta terrible campaña de la derecha española con aquella otra que acabó con la presidencia de Felipe González. Y es que detrás de este nuevo sindicato del crimen están los mismos que ya estuvieron entonces y que ahora responden al latiguillo de “todo el que pueda hacer que haga”.
Pero también conviene reconocer que a la toxicidad de esta política carroñera está contribuyendo la opacidad del Partido Socialista a la hora de explicar determinadas cuestiones, sean wasaps o audios clandestinos, que nada bueno dicen de la organización. Resulta curioso además que los protagonistas a los que apuntan todas estas filtraciones fueron en su momento elementos fundamentales de la guardia de corps del candidato a las primarias Pedro Sánchez. Resulta poco comprensible que quien no ha dudado en cesar y destituir a quienes la más mínima sombra de duda cubría, sea incapaz ahora de proponer tan siquiera la expulsión de la señora Leire Diez del Partido Socialista.
Lo cierto es que con razón o sin ella la conjunción planetaria que se viene cerniendo sobre el Gobierno y el Partido Socialista está deteriorando gravemente las expectativas electorales y la continuidad de la coalición progresista. Ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos, explicar y explicarse, y cambiar el estado de cosas que asfixian la labor de gobierno porque ya no es suficiente con eludir la patata caliente y crear realidades idílicas que cada vez más se parecen a Alicia en el País de las maravillas. Evasión o victoria y cambiando que es gerundio para que no piense el ladrón que todo el mundo es de su condición.


