Alberto Núñez Feijóo, en Cádiz, este pasado martes.
Alberto Núñez Feijóo, en Cádiz, este pasado martes. MANU GARCÍA

Parece que en el Partido Popular la tienen tomada con Correos cada vez que llega una campaña electoral. Primero fue Díaz Ayuso en las autonómicas del mes de mayo y ahora le ha tocado el turno al candidato Feijóo en esta campaña de las elecciones generales. Tanto las insinuaciones de la presidenta madrileña sobre un posible pucherazo electoral como las afirmaciones del candidato Feijóo buscan el mismo efecto, desacreditar el sistema electoral, provocando en la ciudadanía dudas sobre la legitimidad del proceso, nada que no hayamos visto ya en la propaganda trumpista que es la fuente de la que beben tanto la presidenta como el candidato.

De lo que se trata siempre es de embarrar el campo de juego, la estrategia preferida de aquel Javier Clemente que llevó al Athletic de Bilbao a sus más altas cotas. Porque de eso es de lo que se trata de ganar el campeonato, aunque el buen juego brille por su ausencia y aún más el juego limpio. De lo que se trata es de llenar el campo de juego de la política de obstáculos para que el contrario no acierte a desarrollar su mejor juego y para ello nada mejor que afirmar las falsedades sobre las que se ha construido el sistema.

Buena muestra de ese ejercicio de sabotaje permanente de la verdad fue el cuerpo argumental utilizado por el candidato Feijóo en el debate electoral del pasado lunes, al que ha querido dar continuidad días más tarde, sembrando dudas sobre la eficiencia de Correos en el procedimiento del voto por correo. Y esa utilización perversa y consciente de la mentira y de las medias verdades se ha convertido en la idea central del equipo de campaña de Feijóo, convertido así en el principal beneficiario del debate electoral.

Dicen los analistas que el candidato popular utilizó la técnica conocida como el Galope de Gish, una técnica según la cual uno de los participantes en un debate usa el turno de palabra para lanzar una sucesión de medias verdades, mentiras y tergiversaciones que emitidas de forma rápida no dan tiempo a ser contestadas por el oponente. La técnica también es definida como ametralladora de falacias por la enumeración tan rápida de esas falsedades.

Fuese por el Galope de Gish o por la falta de verificación de las falsedades por parte de los moderadores, lo cierto y verdad es que independientemente de quien se pueda considerar ganador del debate, desde el día siguiente el Partido Popular y su candidato han actuado como si lo fueran y han conseguido imponer la imagen de vencedores. Y es esto último, sea verdadero o falso, lo que le ha llevado a mejorar en las encuestas fundamentalmente a costa de su presunto socio de gobierno, la extrema derecha de VOX.

De cualquier manera, la última semana de campaña se presenta muy interesante porque en contra de lo que quiere hacer creer la propaganda popular todavía hay partido y hasta el rabo todo es toro que dicen los taurinos. Es indudable que se está produciendo una mayor movilización de los votantes de izquierda, pero también es verdad que el electorado de derechas está especialmente motivado por aquello de ahora o nunca. Esa y no otra, la capacidad de movilización del electorado tradicional de cada espacio político, va a ser el elemento determinante capaz de producir la victoria de uno u otro bloque, independientemente de que el cartero llame dos veces.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído