En este bar te vi por vez primera

Porque la hostelería no tiene por qué ser distinta de otras actividades económicas a la hora de incorporar mano de obra extranjera y más concretamente del país vecino

Un camarero en un bar en una foto de archivo.
Un camarero en un bar en una foto de archivo. MANU GARCÍA

Sirvan estas palabras de la canción que popularizó Antonio Machín para ofrecer mi opinión sobre el último debate sociolaboral de la actualidad en nuestra provincia. Lejos de entrar a polemizar con unos u otros, los que defienden la llegada de camareros desde Marruecos y los que a ello se oponen, creo que una vez más se falsea un debate por otro lado tan necesario en una provincia que en bastantes ocasiones lidera las estadísticas nacionales del desempleo.

Sinceramente pienso que la propuesta no ha sido bien planteada o tal vez mal explicada, por cuanto el mercado laboral de la hostelería, en Cádiz y en toda España, cuenta desde hace bastante tiempo con un buen numero de trabajadores de nacionalidades distintas de la española. De ahí que no entienda algunos de los argumentos de quienes se oponen a la llegada de trabajadores marroquíes a la hostelería gaditana.

Está claro que el mercado laboral de la hostelería, más allá de los consabidos abusos en cuanto a horarios y salarios, cuando llegan los periodos de máxima afluencia turística precisa de profesionales  que cuesta la misma vida encontrar, sean camareros o profesionales de la cocina. La semana pasada desayunando en un bar en Sevilla nos atendía un chico nacido en Barranquilla sin ir más lejos.

Queda claro que la hostelería española lleva ya muchos años ocupando a profesionales venidos desde otros países europeos, latinoamericanos y africanos. Y si esto es así, porqué la polémica surgida en la provincia de Cádiz por el anuncio de la patronal Horeca, sencillamente por falta de información y sobre todo de consenso de la propuesta con las organizaciones sindicales del sector, cansadas de denunciar una y otra vez la existencia, no generalizada pero sí frecuente, de incumplimientos de la normativa laboral en lo referido a horarios y sueldos en el sector.

Porque la hostelería no tiene por qué ser distinta de otras actividades económicas a la hora de incorporar mano de obra extranjera y más concretamente del país vecino. Estamos acostumbrados desde hace tiempo a ver la llegada de trabajadoras y trabajadores agrícolas desde Marruecos durante la temporada de la fresa sin ir más lejos y eso no ha provocado revuelos informativos como lo ocurrido en Cádiz con los trabajadores de la hostelería.

Por eso, leyendo a unos y otros, pienso que ha faltado dialogo previo entre la patronal y los sindicatos del sector y que la propuesta ha podido ser entendida, por falta de ese dialogo antes mencionado, como un instrumento amenazante sobre los derechos laborales de las trabajadoras y trabajadores nativos. Por lo tanto toca reconducir el proceso alejándolo de posibles actitudes caciquiles, pocas pero haberlas hailas, y también de argumentos al borde de perder su componente razonable por mor de un cierto tinte xenófobo.

Cumplan unos con sus obligaciones para con las trabajadoras y trabajadores y permitan otros que el mercado laboral de la hostelería en la provincia cuente con una mano de obra profesional y capaz de prestar un gran servicio más allá de su partida de nacimiento par que en este bar nos veamos por vez primera y mil veces más, salud..  

 

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