El sumo pontífice institucional de Andalucía acaba de sentenciar la actual legislatura afirmando que es un secreto a voces que está agotada, gracias Juanma por sacarnos de esa incertidumbre que tenía en vilo el alma de la ciudadanía andaluza que seguro que cada noche al acostarse y cada mañana al levantarse era en eso en lo que pensaba. Pero más allá de la sesuda reflexión de nuestro beatífico presidente, que ha resuelto nuestra duda vital, algo habíamos intuido ya la ciudadanía de a pie llevados por el sentido común y el calendario político a pesar del pataleo del vicepresidente Marín, que se ve fuera de San Telmo más pronto que tarde, que con su discurso plañidero nos asentaba a marchas forzadas en la seguridad del adelanto electoral.
A ningún partido político andaluz, con la excepción del finiquitado Ciudadanos, se le escapaba desde hace tiempo que la fecha del adelanto de las elecciones andaluzas estaba grabada a fuego en la agenda de Moreno para antes del verano. Por si alguien tuviera dudas bastaba con seguir la estrategia de comunicación del consejero de Presidencia para ver cómo el horizonte electoral se divisaba cada día con mayor nitidez a pesar de las calimas que nos han azotado en los días previos a la Semana Santa. Y es que Bendodo, el oráculo del Guadalhorce, es como el profeta de Vikingos que tiene línea directa con los dioses a los que interpreta según su conveniencia en cada momento, la gran diferencia es que a los dioses de Vikingos les pagaba la Metro-Goldwyn-Mayer y a los de Bendodo les pagamos con los impuestos de los andaluces y andaluzas.
Valga esta extensa introducción para centrarnos en algunos procesos previos y sobre todo en el de composición de las candidaturas. Una vez resuelto que los dos partidos con mayor representación parlamentaria en la actualidad van a tener como candidatos al presidente Moreno y a Juan Espadas y que Vox ha optado por Olona, la influencer nostálgica, le toca el turno ahora a la izquierda “radical” como ellos mismos gustan de llamarse. Parece, según ha hecho público el propio interesado, que quien liderará el Podemos auténtico será Juan Antonio Delgado que en esta ocasión, una vez más, se deja guiar por su autoconfesada voluntad de servicio público, cuestión esta muy controvertida en los comentarios de su comunicado en la red social Twitter. Y Teresa seguirá al frente de su Adelante inasequible al desaliento con diez cañones por banda y a toda vela como el bergantín de la Canción del Pirata de Espronceda.
Pero lo que sorprende hoy es la afirmación de Espadas, en su encuentro de ayer en Jerez con alcaldes y portavoces de grandes ciudades, y digo que sorprende porque lo que conocemos a día de hoy sobre la candidatura socialista de Cádiz no responde en absoluto al principio de una fuerte presencia municipalista en las candidaturas. Si cumple la cabecera de la lista filtrada con el segundo de los condicionantes que no es sino la tan traída y llevada de aquí para allá renovación del partido que cifra en un 70% y que en Cádiz tan obediente en los últimos tiempos podría llegar al 100%. Una cabeza de candidatura que como viene siendo habitual ha sido convenientemente filtrada a la prensa por los de arriba a pesar de que las asambleas de los de abajo están en pleno proceso de votación de posibles candidatos y candidatas. Esto se está convirtiendo en un rasgo distintivo del socialismo de un tiempo a esta parte, quiero recordar al respecto que en las últimas elecciones generales los de abajo del socialismo gaditano apostaron por unos candidatas y candidatos, entre ellos el que esto escribe, que fueron pasados a cuchillo en la noche madrileña por los de arriba, nada nuevo bajo el sol.
Desde el respeto a todos los nombres que se han conocido y el cariño sincero a algunos de ellos pienso que la cabecera de la candidatura filtrada, grave error este, adolece no ya del fuerte municipalismo del que hablaba Espadas sino también de la más elemental lógica de esperar al pronunciamiento de las asambleas. Tampoco la distribución territorial del socialismo gaditano puede soportar que la presunta numero uno de la candidatura y el número dos sean de la Costa Noroeste, cuestión que hace chirriar la necesaria solidaridad interterritorial en la confección de cualquier candidatura socialista que en el mundo ha sido. Agrupaciones importantes como Jerez y la propia capital deben estar pensando que algo huele mal en Dinamarca tal como cantaba Siniestro Total. Ya, caso de Jerez, se han oído las primeras voces pidiendo para la ciudad un puesto determinante en la candidatura como corresponde a un equilibrio territorial justo.
Pero estoy convencido de que el descontento interno se puede apoderar de la primera decisión difícil de Juan Carlos Ruiz Boix que conoce bien los fundamentos de la composición de una candidatura, sobre todo el elemento territorial del que siempre ha sido un abanderado. Por el bien del socialismo andaluz cabe recordar aquello de que rectificar es de sabios.
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