Del núcleo irradiador a cooperar mejor que competir

Mario Ortega

Estoy casado y tengo una hija. Licenciado en Ciencias Químicas y Doctor en Ciencias Ambientales.

El público, de pie y con el puño en alto. FOTO: MANU GARCÍA.
El público, de pie y con el puño en alto. FOTO: MANU GARCÍA.

Desde las elecciones europeas de 2014 hasta las municipales de 2019 han pasado muchas cosas y muy rápido, el sistema político español se ha deformado como un plástico elástico fruto de esfuerzos de cizalla en distintas direcciones. Como un plástico elástico podía romperse pero no se ha roto. Si alguno de los esfuerzos de cizalla desaparece la tendencia del sistema será recuperar la forma bipartidista original con las variables nacionalistas catalana y vasca.

Simplificando, tres elementos, espacios políticos, son extraños a la forma original del régimen democrático del 78. El espacio Podemos (fruto del retroceso democrático y de justicia social), el espacio Ciudadanos (fruto reactivo, utilizando Ciutadans, a la irrupción de Podemos y como salvamento del espacio PP) y el espacio independentista catalán (fruto de la sentencia anti estatut de 2010 del Tribunal Constitucional, de la huida hacia adelante de CIU salpicada de corrupción y, ahora, de la existencia real de presos políticos y exiliados políticos). No hablo del espacio Vox porque es en pureza Partido Popular, ha surgido el último como si desde un trasatlántico que se hunde se arrojase una barca de salvamento de las esencias.

Todos estos esfuerzos de cizalla (el Podemos del 15M, el antipodemos de Ciudadanos y el independentista) son la forma específica en que se manifestó políticamente en la España de la constitución del 78 la crisis financiera del capitalismo especulativo global, fruto de la huida hacia delante de los límites del crecimiento por la escasez y agotamiento de materias primas, el envenenamiento ambiental de los ecosistemas por todo tipo de residuos, la crisis climática por el calentamiento global y el ataque sostenido a las democracias. Para la ecología política todas las crisis son la misma crisis, de modo que la crisis del régimen democrático del 78 es la forma en que se ha manifestado en España la crisis ecológica. Y la causa del combate mundial entre totalitarismo y democracia.

El 26 de mayo de 2019 se ha cerrado un ciclo electoral. Pero no se han cerrado los cuatro grandes problemas en la España democrática. La cuestión de la justicia social, la cuestión de la igualdad de género y el machismo, la cuestión de los efectos del cambio climático y las crisis territoriales (la tensión independentista y la España vaciada), siguen ahí. El 26 de mayo de 2019 percibimos además que se ha cerrado el momento populista, o mejor, desde las cloacas del estado hasta los grandes medios en manos del gran poder financiero, todo el régimen del 78 ha actuado, y lo ha conseguido, para cerrar el momento populista que abrió la repolitización rebelde del 15M. Mientras se cerraba o no la ventana de oportunidad, entre vendaval y vendaval, las mayores mejoras prácticas para la vida de la gente las han realizado las llamadas alcaldías del cambio y a nivel de estado, tras la moción de censura que le pergeñó Pablo Iglesias a Sánchez llevándolo a la presidencia, la subida del SMI a 900 euros arrancada por Unidas Podemos.

¿Qué queda, tras el 26 de mayo de 2019 de todo el movimiento político de cambio que inaugura Podemos en términos prácticos a nivel institucional? Mucho, pero dos cosas son herramientas poderosas. La primera se substancia en el Congreso: cuarenta y dos diputadas y diputados de Unidas Podemos, nueve de ellas andaluzas, el mayor contingente territorial del espacio unitario progresista y de izquierdas que representa la suma de Podemos, IU, EQUO, En común y Mareas. Insisto el grupo más numeroso en el congreso dentro del espacio de Unidas Podemos es el andaluz. 

La segunda, el hecho de que los mejores resultados comparativos tanto autonómicos como municipales del espacio progresista de izquierdas al que me refiero, se han obtenido en Andalucía y han sido fruto de una unidad estratégica llamada Adelante Andalucía. Ahora es el momento de decirlo con absoluta claridad, sumemos el referente de la alcaldía de Cádiz y la evidencia será más palpable.

No digo que el espacio que aglutina Unidas Podemos y Adelante Andalucía no haya perdido muchísimo apoyo desde el punto álgido de las elecciones generales de diciembre de 2015, no hecho campanas al vuelo. Digo lo que queda después de un trayecto tormentoso por causas propias y ajenas. No han sido pocas.

Por tanto, más allá de un debate que puede ser ahora, una vez más, fratricida, sobre si gobierno de coalición, como defiende Unidas Podemos o gobierno a la portuguesa como defiende el propio PSOE (por otro lado imposible con los actuales números como expliqué en un artículo anterior en este mismo medio, porque el partido socialista portugués no tiene alternativa de acuerdos parlamentarios por la derecha porque no le dan los números y el de Sánchez sí la tendría porque le dan los números con Ciudadanos, pudiendo dejar a Unidas Podemos cuando quisiese arrinconado y acusado de pinza inútil con PP y Vox como en un tiempo ocurrió en Andalucía), más allá de ese debate , y desde Andalucía, lo importante es hacer valer al máximo las dos herramientas más poderosas que quedan, visto desde Andalucía, tras el 26 de mayo de 2019, las 42 diputadas de Unidas Podemos en el congreso, 9 andaluzas y Adelante Andalucía como forma política estratégica de unidad en Andalucía.

Cooperar mejor que competir, romper las dinámicas fratricidas, crear espacios de cooperación política y complicidad táctica y estratégica entre la organicidad andaluza y estatal y las y los parlamentarios de Adelante Andalucía y las y los nueve diputados andaluces de Unidas Podemos en Madrid. Queremos verlos juntas y juntos de vez en cuando. Poner delante desde Andalucía los problemas específicos de Andalucía y darles voz y vida en cualquier negociación en Madrid. Hacer partícipe a Andalucía de las soluciones a la cuestión territorial, que sin duda habrá un momento en que tenga que tratarse políticamente y no a base de represión y judicialmente.

Construir, cooperar mejor que competir, los tiempos del núcleo irradiador, bueno o malo, ya no son posibles. Elegancia, prudencia, paciencia y democracia. Ni guerras ni vendetas, por favor.

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