La cuenta de un ciudadano indignado, al que en Formentera han 'sablado' más de 300 euros por la 'patilla', se ha convertido en nuevo hashtag en Twitter. Para lo que pidió -apenas dos ensaladas, pescado para dos, botella de vino, agua, café y postre- me parece un 'clavazo' en toda regla, aunque la verdad que viendo que era un sitio supuestamente frecuentado por Di Caprio o De Niro, '¿pa qué te metes, Manolete?' Sin contar que para eso están los precios en la carta.
El debate está servido en las redes sociales y yo no he podido evitar acordarme cuando, hace unos años, me sablaron una cantidad ostensiblemente menor -apenas la mitad- por una comida para dos, dicho sea de paso, bastante ridícula. La escena ocurría en agosto en un restaurante de Valdelagrana, de cuyo nombre no quiero acordarme. Mi error, que asumo como propio, fue no preguntar los precios, ya que en la carta no venían señalados. Mi disculpa, que jamás me imaginé que por un par de doradas y cuatro copas de vino -sin postre, lo juro- la cuenta fuera a llegar a ese punto.
Cuando vi al camarero haciendo el pescado en cuestión delante mío, con toda la parafernalia, comencé a tragar saliva y empecé a sospechar algo. Y cuando me anunció finalmente el importe, ni siquiera acerté a esbozar una queja, atónito como estaba y vencido por la timidez. Además, no tenía nada que hacer, excepto lo más inteligente: abonar la 'dolorosa' y no volver ni para tomar un refresco. En aquella época no existía ni Facebook, así que tampoco se me pasó por la cabeza la idea de denunciarlo por las redes. De todos modos, creo que habría abierto aún más la herida.
Años después, reconciliado ya con aquella cuenta y tras ver lo que le ha ocurrido al amigo de Formentera, dicha herida se ha reabierto. Y, como un antiguo amor, recuerdo el momento con agridulce nostalgia. Ya no duele, incluso podría decir. Lo dicho: no tengan miedo de mirar la cuenta o pregunten. Como decía mi abuelo, "más vale tener vergüenza unos segundos, que vivir una vida llena de preguntas”.
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