De la mar el mero y de la tierra Cañamero

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

diego-canamero.jpg
diego-canamero.jpg

La irrupción en la campaña electoral del candidato de Podemos por Jaén, Diego Cañamero, ha sido brutal como se podía esperar de alguien que toda su vida ha hecho de la democracia un traje a su medida.

La irrupción en la campaña electoral del candidato de Podemos por Jaén, Diego Cañamero, ha sido brutal como se podía esperar de alguien que toda su vida ha hecho de la democracia un traje a su medida. Me contaba ayer una amiga, mientras apurábamos las últimas horas de campaña, lo publicado en una red social sobre este singular personaje de la política andaluza. Me decía que ni en Google se ha podido encontrar una sola foto de Cañamero trabajando a lo largo de toda su vida, lo que resulta aún más increíble si tenemos en cuenta que en ese buscador se ha podido encontrar hasta la famosa aguja perdida en un pajar.

El candidato jiennense de Podemos que había sido escogido para sustituir a otro “mártir” de la lucha campesina, condenado y encarcelado por agredir físicamente a un teniente de alcalde socialista, reposaba “del salón en el ángulo oscuro, de su dueño tal vez olvidada” como el arpa de la rima de Bécquer, esa especie de baúl de los recuerdos de dimensiones inimaginables donde Pablo, el “gorrión supremo”, ha ido guardando todos los símbolos que pudieran empañar su nueva imagen presidencialista y que van desde las banderas republicanas o los idearios bolivarianos hasta los zombis heroicos del rupturismo democrático de hace algunas décadas y el referéndum por la independencia de Cataluña al que pueden unirse otras comunidades históricas.

Pero el “héroe telúrico”, si por telurismo entendemos la influencia que ejerce el suelo de una región sobre las personas que habitan en él y Cañamero tiene suficientemente acreditada tal condición, no pudo aguantar más el irredento que habita en su interior y desoyendo las instrucciones vomitó el odio que alimenta su verdadera personalidad traduciendo al peor de los lenguajes panfletarios la “cal viva” que Iglesias derramó sobre los escaños socialistas del Congreso en la primera sesión de investidura de Pedro Sánchez, y es que nunca mejor dicho aquello de “que de tal palo, tal astilla”.

Me imagino la sonrisa tipo Gioconda de Teresa –“chúpate esa..”– cuando escuchó las palabras del patrocinador oficial de las jornadas de “puertas abiertas” de los supermercados Mercadona en Andalucía, acusando a los socialistas de pegar tiros para matar gente. Escuchando barbaridades de tal calibre uno tiene la convicción de que el proceso de regeneración democrática requiere también de la realización de un psicotécnico que determine el estado mental de quien concurre a unas elecciones en democracia. Pero ni Pablo, el “gorrión supremo” de los siete reinos de las confluencias, ni Teresa “chúpate esa..” se han atrevido a desautorizar a su lugarteniente andaluz, así que ahora más que nunca cobra valor aquello de que “de la mar el mero y de la tierra Cañamero”, el “nuevo socialdemócrata” que toma café con los nobles terratenientes andaluces y usurpa en beneficio propio el patrimonio de la ciudadanía andaluza.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído