Hombre… la Comisaría de Jerez, en sus próximos presupuestos, además de evitar la pulmonía a la que se arriesgan en invierno los ciudadanos que van a poner una denuncia, debería solucionar definitivamente el tema de la báscula, necesaria para pesar las partidas de droga que se decomisan. O no. Debe resultar casi enternecedor, como ocurrió el otro día en la farmacia de la calle Larga, lo de ver a los agentes pesando con mimo una planta de maría en la báscula para bebés, que es la que facilita —la báscula de bebés— el imprescindible ticket que aportar a su atestado, ya que por ahora los farmacéuticos no son fedatarios públicos, que todo podría hablarse, claro.
Con todo, lo más curioso es que no es la primera vez que agentes del Cuerpo Nacional de Policía se pasan por el establecimiento de la calle Larga para pesar, eso sí, paquetes de hachís, que lo de la planta de marihuana de diez kilos —vamos, porque estamos en verano, si llega a ser Navidad el tamaño del ‘arbolito’ da para otro artículo— ha sido por ahora una excepción.
Cabe plantearse si la Comisaría, ubicada al fin y al cabo en una ciudad proclive al disparate en los últimos años, podría plantear al Ministerio del Interior llevar a cabo alguna experiencia piloto a nivel nacional relacionada con esta anécdota. Por ejemplo, se podría establecer un día al mes, uno tonto, no sé, el primer martes, en el que se llevara a cabo el pesaje en la farmacia de todas las partidas aprehendidas durante el mes anterior en Jerez. Sería una actividad abierta al público, una más de las muchas que realiza la Policía Nacional al cabo del año para que la ciudadanía conozca de primera mano su labor y, desde luego, mucho más barata que andar sacando motos o coches, descolgando a los GEO por las paredes o realizando exhibiciones caninas. Además, seguro que se llenan luego los bares del centro e incluso la farmacia durante unas horas dejaría de oler a… ¿a qué decir? a farmacia y olería un poco más a… ¿cómo decir? a ‘herbolario’…
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