Cuando las barbas de tu vecino veas cortar

Vox pide hoy la derogación de las leyes de violencia de género y memoria histórica, mañana solo Dios sabe qué

Artículo de opinión 'PatETICAl Politik', por José Carlos Pérez Arias. En la imagen, un acto de campaña de Vox en Castilla y León
Artículo de opinión 'PatETICAl Politik', por José Carlos Pérez Arias. En la imagen, un acto de campaña de Vox en Castilla y León

Este domingo, el principio del escrutinio de Castilla y León lo vi con un par de amigos. Tras el primer avance, mi amigo Luis me aconsejó: “Si yo fuera tú empezaría a ir escribiendo que el PSOE no lo hace tan bien, que tiene de vez en cuando cosas que apestan y luego pues iría diciendo que en verdad Vox no está tan mal. No vaya a ser que de aquí a cuatro años te encuentres frente a un pelotón de fusilamiento.” Lo que no sabía Luis es que ya tengo un par de planes de contingencia por si eso alguna vez pasa, así que de momento seguiré en mi línea. Por lo tanto, comentaré el panorama como si fuera antibalas.

Mientras volvía a casa puse la Cadena Ser, no me cuadraba lo que estaban diciendo con Castilla y León. Efectivamente, estaban hablando de Andalucía. Cuando llegué, inmediatamente puse La Sexta, que cómo no podía ser de otra forma, también estaban debatiendo sobre Andalucía. No soy politólogo ni mucho menos, pero diría que hay quien se ha tomado lo de este fin de semana como un ensayo, un experimento, Castilla y León como un campo de pruebas. Si esto es cierto y el resultado fuera completamente extrapolable, la situación en Andalucía no pinta nada bien. Creo que ya he escrito alguna que otra vez sobre que Vox no se desinfla. La incógnita ahora está en si seguirá creciendo o no.

Por momentos, un gobierno autonómico mitad neoliberal mitad ultraderechista se ve más claro. Todo ha salido mal hasta ahora, demasiados tiros por la culata. Se intentó cargar contra Jesús Aguirre, pero no por sus políticas en Sanidad, sino por sus formas campechanas para ponerle un cartel de incompetente, y lo único que se ha conseguido ha sido que aumente su popularidad como consejero entrañable y bonachón. Atacar a Juan Marín ha sido un esfuerzo en vano, cuando Cs ya iba a caer por su propio peso. Paso de comentar todos los fallos que se han cometido respecto a Vox, sobre todo por parte de la izquierda alternativa, que no solo ha sido incapaz de canalizar el descontento de la clase obrera, sino que ha construido un perfil repelente que le sirve a la extrema derecha como diana.

Poco importa ya si las elecciones son en abril, septiembre o noviembre, el resultado ya está bordado en el telar del destino. Viendo el golpe venir, lo importante es que no caigamos en los mismos fallos, puede que solo así se evite el desastre. Para empezar, se debe recuperar la vieja escuela de atacar a las políticas y hechos concretos, no a la persona. En lo que respecta a política interna, reforzar la unidad. Que cuatro formaciones de izquierdas concurran a las elecciones es triste, patético y suicida. Es hora de arreglar diferencias, no aumentarlas. Hay en juego demasiado. Hoy piden la derogación de las leyes de violencia de género y memoria histórica, mañana solo Dios sabe qué.

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