Cosas muy preocupantes en La Granja

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Están ocurriendo cosas muy preocupantes en La Granja. En sus plazoletas, en sus calles, en el pabellón Kiko Narváez…

Están ocurriendo cosas muy preocupantes en La Granja. En sus plazoletas, en sus calles, en el pabellón Kiko Narváez… en todos los rincones de esta popular barriada jerezana se está gestando algo terrible. En Diario de Jerez, Gloria Moreno, con la que tengo amistad y no albergo duda alguna de su profesionalidad, se ha hecho eco de la situación sin que se hayan producido reacciones desde las Administraciones públicas, que por ahora guardan un sospechoso silencio. ¿Cómo es que 250 personas de media van los domingos y festivos a las Urgencias de La Granja? ¿Qué ocurre? ¿Por qué el SAS y el Ayuntamiento no activan una alerta sanitaria, los protocolos previstos al respecto, no sé… hospitales de campaña, distribución de mascarillas e incluso, llegado el caso, la evacuación selectiva de los colectivos habituales de riesgo, caso de niños y personas mayores?

Por ahora solo se ha pronunciado un sindicato sectorial y lo ha hecho para dudar, sin aportar pruebas fehacientes, de la urgencia real de alguna de estas 250 asistencias dominicales, pero la persistente falta de información oficial facilita que hayan comenzado a correr distintas teorías a través de las redes sociales y de las barras de los bares sin que nadie pueda calificarlas abiertamente como bulos. Hay quien piensa que se trata de un brote de carbunco o que, en plan clásico, ha vuelto la peste bubónica, ese signo del fin de los tiempos… Pero también se han escuchado teorías más prosaicas, como que se trata de gente que vive en el centro de Jerez y que va a las Urgencias de La Granja huyendo de las Zambombas, vecinos del propio barrio que se acerca a ver si ponen el fútbol, pueden recuperar la clase de pilates que se saltaron —ay, pillines— el viernes o, simplemente, que han oído que a determinada hora dan jamón Joselito…

Esperemos que próximamente el SAS y, en la parte que le toca el Ayuntamiento, sean capaces de dar una explicación razonada que arroje luz sobre este enigma para que la tranquilidad se restablezca lo antes posible entre la ciudadanía de Jerez…

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