Fachada del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, en Jerez.
Fachada del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, en Jerez.

Desde el año 1994 trabajo en la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, en el hoy llamado Centro Andaluz de Documentación del Flamenco. Desgraciadamente, pertenezco a cuatro de los ocho grupos vulnerables por el covid-19, por sufrir asma, diabetes, hipertensión y ser mayor de 60 años. Soy, pues, un trabajador polivulnerable, que dentro de cinco meses cumplirá 62 años, y espero pasar entonces a la jubilación parcial. Desde el pasado 13 de marzo he venido, durante siete meses, realizando teletrabajo desde casa, como medida de prevención, pues además de mis patologías, mi puesto de trabajo no tiene atención al público, ya que me dedico a la gestión de redes sociales, y esto se hace obviamente en internet.

El pasado 15 de octubre, leo una entrevista con la gran científica Margarita Salas, donde le preguntan:

¿Cuáles son esas medidas que tenemos que implantar este otoño e invierno, entonces?

Respuesta: Una es hacer más trabajo en casa, nada de empresas con trabajo presencial, que sea el mínimo necesario, si es posible, nada.

(Margarita del Val, viróloga y directora de la plataforma Salud Global, entrevista en eldiario.es, 15 de octubre)

El mismo día 15 de octubre leo esta nota de la Agencia EFE: "El Pleno del Congreso ha convalidado este jueves 14 los decretos leyes que regulan el teletrabajo en el sector privado y en el público, así como el que prorroga las condiciones extraordinarias de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), acordados con patronal y sindicatos".

El mismo día 15, a continuación –sincronicidades de la vida– al abrir mi correo corporativo de la Junta de Andalucía, me encuentro con la siguiente comunicación del Jefe del Servicio de Programas e Instituciones Culturales de la Delegación Territorial en Cádiz de la Consejería de Cultura, que me ordena: "el cumplimiento de tu obligación de reincorporación inmediata", aduciendo para ello un informe del Secretario General de la Delegación Territorial en Cádiz de la Consejería de Cultura, quien a su vez aduce un informe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, que sobre mi persona concluye: "el trabajador puede continuar su actividad sin contacto con personas sintomáticas", frase que suena a broma, pues jamás podrían decir "trabajar en contacto con personas sintomáticas".

El servicio de Prevención de Riesgos laborales, al parecer, ha examinado mi despacho y el entorno de trabajo, pero no he sido examinado nunca personalmente por dicho Servicio: solo pidieron –y envié– un certificado de mi médico de familia, que acredita que sufro asma, diabetes, hipertensión, y soy mayor de 60 años.

Deduzco, con todo esto, que a nadie en la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico deben estar concediéndole teletrabajo por causa del covid-19, salvo a enfermos terminales.

En mi caso, además, no se ofrece ninguna motivación en relación a rendimiento o productividad de mi puesto de trabajo: difícilmente podría haberla, pues no solo no ha disminuido sino que he duplicado –matemáticamente– la productividad en los meses de teletrabajo, como puede comprobarse al revisar la redes sociales del CADF de marzo a octubre 2020, donde he realizado un intenso trabajo de alimentación de contenidos, incluyendo los sábados, domingos y festivos, y publicando también los días que me correspondían de vacaciones. Todo ello es comprobable públicamente en el facebook y twitter del CADF.

El 15 de octubre de 2020, en plena segunda ola creciente del coronavirus, hacer regresar al trabajo presencial a un trabajador polivulnerable que se dedica a redes sociales, solo es un tic más de los viejos políticos que aspiran a alcanzar la vieja normalidad, y de los burócratas que intentan que todo parezca normal, según los parámetros de la vieja normalidad, que en mi opinión no volverá –para bien o para mal–, pese a las nostalgias de algunos.

Me he incorporado, pues, al trabajo presencial en el CADF el viernes 16 de octubre, día en que se produce en Andalucía "un nuevo récord diario de casos de coronavirus Covid-19 en la segunda ola con 2.928 positivos, según datos consultados por Europa Press en el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), que contabilizan 29 fallecidos en 24 horas".

Por tanto, cada día, tras esta orden recibida, realizaré como trabajador el mismo trabajo para el CADF, pero añadiendo –con el trabajo presencial– un plus de riesgo a mi salud, que a mí sí me importa y preocupa, por su carácter complejo y quebradizo.

He querido dejar comunicada públicamente esta decisión, errónea por inútil para la productividad, y solo útil para el incremento de mi riesgo de salud, y con su publicación en lavozdelsur.es dejo constancia legal de la misma, para cualquier futuro.

José Joaquín Carrera Moreno. Departamento de Promoción y Difusión Centro Andaluz de Documentación del Flamenco

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Comentarios (2)

Ignacio López Hace 3 años
Como enfermero especialista en enfermería del trabajo, máster en prevención de riesgos y experto universitario en urgencias y emergencias y con amplia experiencia en epidemiologia me parece de una sinrazón aberrante pero desgraciadamente muy común en estos días donde se imponen razones políticas a cualquier otra razón científica, sanitaria o de simple sentido común.
francisco de cuartilo Hace 3 años
Buena reflexión general partiendo de una situación personal. Adelante, es tu derecho.
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