Como pollos sin cabeza

La expresión pollos sin cabeza hace referencia a cuando una serie de personas rivalizan sin una estrategia concreta, actuando desde el comienzo de la contienda de una manera delirante, errática y desordenada

Como pollos sin cabeza. Pedro Sánchez, en un mitin reciente en Valencia.
Como pollos sin cabeza. Pedro Sánchez, en un mitin reciente en Valencia.

La expresión pollos sin cabeza hace referencia a cuando una serie de personas rivalizan sin una estrategia concreta, actuando desde el comienzo de la contienda de una manera delirante, errática y desordenada. Tal cual puede definirse la táctica de casi todas las formaciones políticas y sus respectivos grupos mediáticos de cómo ganar las elecciones municipales y autonómicas matando con todos los medios a Podemos y con los prismáticos orientados a las próximas elecciones generales.

Por supuesto, al tiempo ventilan sus propias cuitas, saltando de vereda en vereda; desmintiéndose a sí mismos, queriendo ocupar el espacio de otros, brincando de un mitin a otro, con frases hechas, huecas o soltando millones por aquí o para cuyá, pasando de querer aniquilar a la formación morada a salvarla, siendo que Pedro Sánchez se ha dado cuenta ahora que sin Podemos no va a más lugar que a su casa. Será que ha reflexionado sobre lo dicho por Enric Juliana cuando dijo, irónicamente, que le gustaría conocer a la persona iluminada que había ideado tan brillante idea y preguntarle por tan sesuda estrategia. 

Esa obsesión dislocada de los desmochados gallos y gallas del gallinero general lleva al CIS, que se sale en la curva porque reacciona tarde ante la orden dada de salvar al soldado Podemos y le lleva a decir una cosa y la contraria, a adjudicar unos apoyos electorales a quienes no los tiene, pero los suponen como hace Vargas Llosa interpretando la distribución de la intención de voto, y así, de la nada, sale una tercera fuerza política, sin despeinarse, sin hacer ruido, todo un hito. 

Pero si observamos a los pollos sin cabeza por separado y según que gallinero, comprobamos que los del partido popular, ante la falta de propuestas concretas, vemos que, a razón de la inclusión por Bildu de personas en su día condenadas por pertenecer a banda armada en sus candidaturas municipales, por un lado, la Sra. Ayuso (para empezar) ordena a Feijóo la ilegalización de los partidos independentistas, para qué proponer, por ejemplo, soluciones a la lamentable situación de la sanidad pública en Madrid. ¡Ah claro! eso es como la vergüenza que era verde y se la comió un burro. El Sr. Feijóo, descompuesto, da por zanjado el asunto al considerar “poco seria” la opción jurídica de la ilegalización de EH Bildu. La respuesta de la pollo sin cabeza de la todavía presidenta del partido popular en Madrid ha sido irse a hacer campaña a Bilbao contra ETA, a la que considera viva, cuando como es sabido fue derrotada hace doce años y fue disuelta. Todo desoyendo a las propias víctimas del terrorismo. 

Cambiemos de pollos y nos encontramos con los líderes socialistas en Aragón y Castilla la Mancha, que cantando el soneto de ETA afean a Pedro Sánchez que con Bildu no se puede pactar, ni tener relación alguna con Bildu, con la que no se puede ir ni a la vuelta de la esquina, salvo que los votos de esa organización nacionalista vasca sean necesarios para aprobar leyes tan importantes como la reforma laboral o la ley de la vivienda. En qué quedamos.

Otro ejemplo de pollo descabezado lo ha protagonizado el propio presidente del gobierno cuando tendió la alfombra roja a la líder de la coalición electoral “Sumar” y esta se auto segó la cabeza en el mitin de Magariños y en la entrevista con Évole y ambos, no obstante, presidente y vicepresidenta se lanzaron a matar a la formación morada, llegando afirmar la segunda que no sería un fracaso sumar sin Podemos. Eso, por supuesto, no es ruido.

Seguidamente, vista la debacle que se avecinaba por esa errática y desordenada estrategia, Pedro Sánchez, según se ha publicado, ordena la operación ‘salvar a Podemos’, reconociendo así que él fue quien dio la orden contraria. Era burdo, pero fue con ello. La deslealtad del líder del PSOE es solo comparable con la que a él le espera por los mismos que ahora dicen que lo apoyan. Simultáneamente, la líder de Sumar va saltando de mitin en mitin: por la mañana apoyando a los partidos que se han negado a pactar con Podemos (Más Madrid y Compromís) y por la tarde respaldando las coaliciones lideradas por Podemos y todo, dice, sin hacer ruido. Más pollos sin cabeza, imposible. 

Podemos mientras, resiste y conserva la cabeza, bien asentada por el liderazgo de Ione Belarra, consciente que no hay suma sin su organización y que esta es la única posible que asegura que la izquierda siga gobernando en España y en importantes comunidades autónomas y ayuntamientos, a pesar de los descabezados pollos.

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