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Si se dan cuenta, votar a Ciudadanos no cambia nada. Cambia a determinadas personas. Pero no cambian nada.

Con la llegada de la famosa crisis (que llegó para quedarse y que por mucho que nos lo repitan, no se va) la sociedad española reaccionó de dos maneras: una, llenando las plazas con ese fenómeno llamado 15M y otra con la aparición de nuevos partidos que una vez llegadas las elecciones generales rompieron el clásico bipartidismo de la historia de la democracia postfranquista que vivimos actualmente.

Los dos partidos emergentes han sido Podemos y Ciudadanos. El primero, toma prestado los votos (siempre digo "toma prestado" para que nadie cometa el error de creer que los votos son suyos para siempre) de mucha parte del 15M y de mucho desencantado por las políticas del PSOE además del voto "útil" proveniente de Izquierda Unida, con el que al final fueron en coalición.

Podemos es pues el referente de la "nueva izquierda" frente a la izquierda clásica que representaba el PSOE y que ahora ocupa el centro político.
Por otro lado, nos encontramos con Ciudadanos, un partido que nace con la imagen de un señor desnudo desde Cataluña y que lleva por bandera la lucha contra la corrupción y un mensaje nacionalista y liberal igual al del PP, un mensaje que cala entre el electorado del Partido Popular, de derechas pero decentes, que no soportan la corrupción que acosa al Partido fundado por Don Manuel Fraga y también bebe de los votos de la parte más derecha del PSOE.

A Podemos le hemos visto pactar siempre para favorecer gobiernos de izquierdas y si no pactar, dejarlos gobernar con tal de que no gobierne el Partido Popular, cosa lógica desde su posición. Pero ¿Y Ciudadanos? Hablo con gente sorprendida de que Ciudadanos pacte igualmente con el Partido Popular y el PSOE, lo que indica que ese eslogan tan conocido y malsonante, de que PSOE y PP la misma cosa es, no es tan raro. Sin embargo, a mí Ciudadanos me tiene sorprendido por una cuestión. Como decía, llevan por bandera el fin de la corrupción, objeto harto loable pero sus acciones se limitan a pedir la dimisión de tal persona si es imputada.

A ver. La corrupción política en España no es un problema de personas. Es un problema político; es un problema de partidos. Lo estamos viendo. Y no es que los responsables de los partidos sean corruptos, no. No lo son y no digo eso. Pero sí digo que los responsables de los partidos deberían haber estado más finos en sus controles internos y haber evitado todo lo que está sucediendo.

Son los partidos enfermos de corrupción los que tienen que cambiar. Volver a la oposición. Curarse de corrupción. Les será fácil. Cuando un partido está en la oposición y no tiene poder, el posible corrupto no tiene campo de acción y no se acercará. Pero Ciudadanos no hace eso. Curiosamente, hace lo contrario. Mantiene a los partidos de siempre, a los afectados por la corrupción. Si se dan cuenta, votar a Ciudadanos no cambia nada. Cambia a determinadas personas. Pero no cambian nada.

¿Quién gobierna en España? El mismo. ¿Quién gobierna en Andalucía? La misma. ¿Han notado ustedes algún cambio en sus vidas?

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