Populares vuelven a ser portada de telediarios y periódicos tras destaparse el último bombazo de corrupción: el caso Kitchen. De los creadores de las tarjetas black, el no me consta y la Gürtel, entre muchísimos otros, llega el caso Kitchen; una trama criminal que sería más lógica en una película de mafiosos que en política, pero claro, estamos hablando del Partido Popular…
Este nuevo hecho delictivo trae como protagonista al ya famoso extesorero del PP, Luis Bárcenas. Según el juez García Castellón hubo “órganos superiores del estado” implicados en un espionaje a Bárcenas que implicó la utilización de medios policiales y fondos reservados para evitar que se destapara información “sensible” para el Partido Popular.
Anticorrupción ya tiene nombres y declaraciones: Piden la imputación de la exministra de defensa María dolores de Cospedal por tener “interés personal” en el espionaje; la piden también del exministro del Interior Fernández Díaz, del que ven pruebas “muy numerosas y concluyentes” de su culpabilidad. El ex secretario de Estado y número dos de Interior ha dado la campanada con sus declaraciones: “Mi gran error fue serle leal a miserables como Mariano Rajoy, Cospedal o Fernández Díaz”.
¿Estos son los sinvergüenzas que pedían a grito pelado en el Congreso la dimisión del ministro Ábalos por reunirse con Delcy Rodríguez? ¿Estos son los que piden la cesión del vicepresidente Iglesias por un caso de corrupción que a día de hoy se habla de “rumores y especulación”? No tienen vergüenza.
Ahora se escudan en que son una generación nueva y que no tienen nada que ver, lo que parece una oda al “no me consta, no sé”, pero todos sabemos que aunque haya condenas judiciales en firme, el ejecutivo de Casado no va a asumir ninguna responsabilidad política, pero bien que irán a pedirla al presidente o al ejecutivo completo por los efectos de una pandemia mundial.
Una prueba más de lo que son sus valores: la hipocresía y la burla. No paran de burlarse de nuestra democracia y sobre todo no paran de burlarse de todos los españoles, usando la cartera del contribuyante para sus chanchullos y sus juegos sucios. Ojalá el pueblo español despertase y politizase la rabia que se siente cuando se dan cuenta de a dónde van sus impuestos. Así fue, es y será el PP.
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