Gracias, D. Ramón

Ha sido útil para que su ocasional jefe pueda escupir tantas mentiras como ha soltado en su presentación como candidato

Ramón Tamames junto a Santiago Abascal durante la moción de censura contra Pedro Sánchez.
Ramón Tamames junto a Santiago Abascal durante la moción de censura contra Pedro Sánchez.

Permítase, pese a todo, mantenerle el tratamiento por lo que fue, por su doctorado y, en especial más que nada, por su edad que le ha llevado a la situación senil de olvidar su propia doctrina, como le han recordado sus alumnos. Sus alumnos, sus lectores y sus seguidores, que los tuvo, y los tiene, aunque se haya empeñado en perderlos. Serán cosas de la edad. Deben ser.

Gracias, repítase, por habernos recordado lo que ya sabíamos, que por eso, por sabido, no era necesario recordar, serán cosas de la edad, D. Ramón, con lo que usted fue. Recuérdense, por citar solo dos obras suyas, Los monopolios en España publicado por la editorial Zyx y La lucha contra los monopolios, que le editó Planeta. Dos recuerdos, dos reliquias, una lástima, porque esos libros y otros —sus clases, sus artículos, sus intervenciones públicas— mantienen la memoria mejor que usted, necesitado de recordar, pero más aún de un caldo caliente, de una mantita y una buena almohada, antes que el martirio a que ha sido sometido por el abascalismo, sus ocasionales recientes compañeros de viaje al final de un fructífero viaje intelectual lamentablemente roto por rodearse de ciertas amistades.

Gracias, D. Ramón, porque, a pesar de haber intentado perpetuar, de la mano de sus actuales compañeros de campaña, aquella dictadura que antaño combatió, para hacernos retroceder a todos —no solo a usted— ochenta años, a pesar de todo, nos ha hecho recordar lo que ya sabíamos, que por eso no hacía falta recordarlo. No era necesario recordarlo, pero ha sido útil para que su ocasional jefe pueda escupir tantas mentiras como ha soltado en su presentación como candidato. ¡Qué pena de candidato! ¡Cuántos votos habría podido cosechar en sus pasados tiempos de lucidez!

Pero ha venido a recordarnos lo que ya sabíamos. Y no era necesario. 

No era necesario porque, después de las alternancias de dos partidos, sabemos muy bien que en cuanto cambiaran un poco las circunstancias y porcentajes, y con ello la correlación de fuerzas políticas, los del capullo volverán serviles a cumplimentar sus compromisos con el gran capitalismo europeo —sobre todo alemán— y americano. Porque solo quienes buscan una involución regresiva de la política europea con la pérdida de derechos obtenidos en años y siglos ya de lucha, son capaces de negar que la actual coalición ha traído el gobierno con mayor dosis de sensibilidad social de todos, desde la República. Y de los aparentes contrarios, teatrillo para mantener el binomio, ¿qué se puede esperar? Ya no podrán suprimir más derechos que los intentados eliminar desde la oposición.

Así que, D. Ramón, muchas gracias por el esfuerzo por apuntalar a este gobierno, aunque no haya sido esa su intención, pero se lo podía haber ahorrado.

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