Feijóo, en un acto de campaña en Cádiz, este verano.
Feijóo, en un acto de campaña en Cádiz, este verano. MANU GARCÍA

Es fácil comprenderlo, pues constituye el mayor peligro que pueda  cernirse sobre toda Europa y África. Feijóo, será por 'compromiso' de partido o de compañeros, más bien ambas cosas y otra más: quiere beneficiar a las multinacionales que mandan en el mundo de la fresa (aunque de camino algunos menos poderosos puedan aprovechar la circunstancia, pero eso es lo accesorio). El presidente del partido, mientras Ayuso no se lo impida y a ella eso no le preocupa, ha mostrado ya su denodada defensa del empeño de Juanma Moreno por poner en regadío toda la marisma, a costa del acuífero del que se puede nutrir la zona, Doñana incluida. La zona y media Andalucía que está sufriendo falta de agua e irá a más, por la sobreexplotación de ese acuífero. Moreno grita al gobierno supuesta falta de interés en la agricultura, al tiempo que intenta destruirla con el falso propósito de sacarle más rendimiento.

Quien más lo puede sentir de forma más inmediata y dramática, es el Parque Nacional y el Natural de Doñana, dependientes sólo del agua subterránea, después de que los antecesores de Moreno le robaran todo el agua superficial a toda la marisma, la canalizaran por medio de drenajes y la bombearan para arrojarla, esto es: tirarla al mar. Ahora Juanma, en vez de anular esos drenajes y devolver el agua superficial, se empeña en recurrir al acuífero, sabiendo que no es inagotable, como si el agua nos sobrara, como si el tirarla y desaprovecharla no fuera una barbaridad imperdonable para una tierra seca como es la condición básica de la tierra andaluza, productiva, agradecida, pero necesitada de la humedad que, en el caso de la marisma, se le ha desposeído, hurtado, usurpado, escamoteado, arrebatado a toda ella, de la que el Parque forma parte. Parece que Moreno y Feijóo todavía mantienen aquella teoría falsaria de “las personas son más importantes que los pajaritos” (ya tiene guasa llamar “pajaritos” a las espátulas, flamencos y otras especies de gran tamaño), en un intento de enfrentar, siempre enfrentar en vez analizar y actuar con objetividad. 

Esas aves, que cada año descansan y se reproducen en sus refugios naturales de Doñana, o de Fuente de Piedra, necesitan ese descanso para completar su periplo anual desde el norte de Europa al sur de África, amplia zona que limpian de insectos y alimañas dañinos para los cultivos y para la vida de los seres humanos. ¿Quién podrá convivir entre nubes ingentes de mosquitos, por ejemplo? Esos seres vivos, que nos ayudan a mantener los cultivos sin obligar a sobrepasar con amplitud los máximos posibles de fitosanitarios y otros venenos, necesitan a su vez el agua para subsistir. Sí. El agua necesaria para la vida, la misma canalizada y bombeada por los políticos que aseguran “no tocar Doñana”, como si el respeto pudiera circunscribirse exclusivamente al perímetro protegido, como si cualquier actuación en todo el espacio de la marisma, es más: en todo el espacio ocupado por el acuífero Niebla-Posadas, no afectará igual de directamente al Parque y a toda la zona.

Pues que sepan el uno y el otro, mejor dicho: que no sigan fingiendo ignorancia, que la muerte del Parque Nacional de Doñana va a suponer, sin error de ningún, tipo, la muerte inmediata de todos los cultivos del Condado de Niebla y zonas adyacentes. Ese es el propósito de Juanma apoyado por Feijóo y hacerse los sordos, no los justifica, al contrario, descubre que tras su empeño no hay buenas intenciones, y lo que ellos defienden no son los “pajaritos”, por supuesto, todo lo contrario. Ellos son capaces de destruir, de dejar que a medio plazo se pierdan todos los cultivos, con tal de beneficiar en lo inmediato a ciertas multinacionales culpables de la sobre explotación del acuífero.

Deberían apuntarse para no olvidarlo, que no es buena idea aumentar los cultivos sin contar con las posibilidades reales de mantenerlos: el riego. Si no hay agua, ¿de qué sirve aumentar la superficie cultivada? Por encima de la posibilidad de mantener o no los cultivos actuales, con más razón su presumible aumento, ellos anteponen los intereses particulares e inmediatos de unos cuantos empresarios sin escrúpulos.

Feijóo apoya la pretensión sin sentido de Moreno. Por eso su llegada a la Moncloa supone un gravísimo perjuicio, en primer lugar para Andalucía, pero extensible a dos continentes. Es para que se lo piensen todos los diputados antes de darle el voto.   

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