El presidente andaluz Juanma Moreno, anunciando rebajas fiscales.
El presidente andaluz Juanma Moreno, anunciando rebajas fiscales.

En política fiscal, los contrastes hablan más alto que cualquier discurso. Mientras el gobierno sanchista y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acumulan casi un centenar de subidas de impuestos en apenas cinco años, Andalucía avanza en la dirección correcta. Juanma Moreno ha presentado su séptima rebaja fiscal, que entrará en vigor en 2026, y que supone un alivio real para miles de familias, jóvenes, deportistas y colectivos que llevaban demasiado tiempo castigados por la presión fiscal estatal.

Mientras Sánchez y Montero buscan siempre cómo sacar más del bolsillo de la gente, Andalucía demuestra que otra política es posible. Aquí se aplican rebajas en el alquiler para jóvenes, mayores y personas con discapacidad, con hasta 1.500 euros de ahorro al año. Se incluyen deducciones en los gastos veterinarios de nuestras mascotas, de hasta 100 euros por animal. También descuentos en la práctica deportiva: gimnasios, actividades físicas, federaciones y licencias deportivas con hasta 100 euros de deducción. Apoyo a las familias con hijos nacidos, adoptados o en acogida, con 200 euros por cada niño. Y ayudas específicas a las familias con personas celíacas, con una deducción de 100 euros que ayuda a compensar el sobrecoste de la alimentación sin gluten. Medidas concretas, pegadas al día a día de la gente.

El contraste no puede ser mayor. Frente a un gobierno sanchista que solo sabe batir récords de recaudación a base de subir impuestos —desde los carburantes hasta la factura de la luz—, Andalucía lidera la alternativa: aliviar la carga, incentivar la economía y dejar que el dinero permanezca en quienes mejor lo administran, los ciudadanos.

A la obsesión recaudatoria de Montero se suma otro problema: Pedro Sánchez vuelve a demostrar que es incapaz ni siquiera de presentar, ya no digamos aprobar, los Presupuestos Generales del Estado. España repite la misma historia de siempre: cuentas prorrogadas, ausencia de planificación y un gobierno sin rumbo, que transmite inseguridad a familias, autónomos e inversores.

Mientras en Moncloa impera la parálisis, Andalucía lidera con hechos. Lidera con una gestión responsable, sensata y valiente, que demuestra que se pueden bajar impuestos sin poner en riesgo los servicios públicos. Aquí no se improvisa ni se busca excusa: aquí se gobierna para todos.

En Andalucía reconocemos el esfuerzo diario de cada familia, de cada trabajador. Bajar impuestos, es valorar el esfuerzo de las personas. Eso es lo que hace sentir dignidad, respeto y justicia a las personas.

El desgobierno de Sánchez y Montero pesa sobre los ciudadanos como un impuesto invisible que nadie eligió pagar. Ese es su modelo: exprimir a las familias para mantener un sistema que no funciona. Andalucía, en cambio, demuestra que hay otra forma: liberar, confiar, liderar.

Escuchar a la gente, responder a sus necesidades y avanzar juntos hacia un futuro mejor.

La conclusión es clara y contundente: Andalucía avanza en la dirección correcta y lidera el camino en España. Nuestra tierra demuestra que sí hay otra forma de hacer política: confiar en las personas y apostar por una buena gestión económica que garantice la estabilidad.

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