María José García-Pelayo tiene muy claro el tema de la inmigración. Para la alcaldesa de Jerez, las personas migrantes tienen derechos y deben ser atendidas de manera digna, lo mejor posible, en los ayuntamientos que los acojan, por supuesto que con la colaboración del resto de Administraciones. Puede parecer un poco obvio, puro sentido común, pero en su propio partido hay alguno que no está muy de acuerdo, tal y como ha quedado reflejado con la nueva crisis de los cayucos en Canarias.
A veces, todo en tan sencillo como aplicar un poco de sentido común a la política, ni más ni menos que igual que a la vida. No está muy claro por qué a veces parece que cuesta tanto. Si las personas acogidas pueden estar mejor en el Hogar San Juan, durmiendo en habitaciones y camas, ¿por qué estar en tiendas de campaña, en el Depósito de Sementales, no? Le dices al Gobierno que se puede disponer de algo mejor y arreglado.
El mensaje de Pelayo es de colaboración con el Gobierno central en este asunto –el de la amnistía es otra cosa, como es lógico... o no, ahora parece que la política va en 'bloque', tienes que coger todo el kit sobre los grandes temas de debate, sin matices, sin discrepancias– al que únicamente reprocha su falta de información, algo que espera que se solucione próximamente, ya que tiene distintas reuniones pendientes en su calidad de presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Pelayo incluso ha propuesto que los ayuntamientos faciliten a estas personas el empadronamiento, que siempre es importante a la hora de acceder a ayudas en el país de acogida. Pues eso. Ayudar a las personas, plantar cara al drama humano, no forma parte de una u otra ideología. Ah, sí: de la del sentido común.
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