Jerez es, sin duda, un sitio de grandes contrastes. Se trata de una ciudad que ha empezado la semana con un problema gravísimo en su transporte público, pero que al día siguiente, el martes, celebra una importante jornada, con máxima presencia de la Junta de Andalucía, en la que se anuncian inversiones y ayudas que superan los 17 millones de euros –la mayoría de los Fondos Europeos de Transición Justa– para la consolidación del hub aeronáutico en el que viene trabajando el gobierno municipal.
Vaya, que el gobierno municipal de Jerez tiene la vista puesta en las estrellas, en el firmamento, y un poco menos en el día a día de los vecinos, que son los que realizan más de 4,5 millones de viajes anuales... por supuesto, en el autobús.
No vamos a seguir con las comparaciones entre el transporte público urbano y la aspiración aeronáutica, porque es fácil caer antes o después en la demagogia, ciertamente. En cualquier caso, tampoco es de recibo que la alcaldesa diga que su gobierno municipal tuviera claro desde el principio que la flota de autobuses era/es "un churrete" y solo se han tomado decisiones atendiendo a la fuerza de los hechos, llámese sucesión de incendios de los vehículos. Las decisiones han sido urgentes solo en el sentido negativo –quitar de la circulación todos los vehículos turcos en bloque– y no en el positivo, la renovación de la flota, ya que se espera que, en el mejor de los casos, los primeros autobuses nuevos estén, como muy pronto, para octubre.
El gobierno municipal ha declarado la gratuidad del servicio de transporte menguado, pensando que así va a atajar el cabreo (además creciente) entre buena parte de los usuarios por el horario reducido del servicio... En las redes sociales hay una buena liada con este tema, con usuarios haciendo comparaciones con otras prioridades municipales –caso de la Feria del Caballo– por lo que haría bien el gobierno municipal en dar a este tema toda la envergadura de problema grave que tiene y dejarse de coloquiales "churretes" a la hora de abordarlo...
