Periodistas y cámaras. Los aprovechategui.
Periodistas y cámaras. Los aprovechategui.

El buen periodismo tiene mucho que ver con el lenguaje y cuando este se corrompe por el mal uso del contexto informativo, como dice Miguel Ángel Aguilar, se degrada hasta convertirse en banal, siendo que la corrupción de la lengua es la madre de todas las demás corrupciones, de tal manera que, como nos ha advertido (Soria y Espinosa) que, en esa cadena de palabras, primero es el robo verbal y luego el robo efectivo. 

Karl Kraus, en su archifamosa, popular e influyente revista 'La Linterna' utilizó la sátira para describir la función que desempeñaban los llamados periodistas del régimen liberal de la época, de finales del siglo XIX y treinta y tantos del siglo XX. Todos tenían como característica principal denigrar el ejercicio del periodismo haciendo de la mentira la noticia. Afirmaba que “los periodistas escriben porque no tienen nada que decir, y tienen algo que decir porque escriben (pues) no tener una idea y poder expresarla: eso hace al periodista”. O, cuando en una de sus publicaciones más celebradas por los buenos periodistas, cuando al referirse a la censura del jefe de redacción describía a estos como “censores (que) lo perdonan todo a los cuervos y atormentan a las palomas”. Mientras, como se señala por Aguilar en el prólogo de “contra los periodistas y otros contras” de Kraus, el corrupto empresario de prensa puede cometer todas las vilezas sin tener que arrepentirse de ninguna, ni indemnizar por el daño causado. 

Kraus, gente honrada también, es contrario a los aprovechategui, que es un término que se utiliza para tildar a una persona de ventajista, oportunista, gorrón, que saca provecho de la situación sin ningún tipo de escrúpulos. Se origina al combinar la palabra 'aprovechado', del castellano, con la terminación 'tegui', del euskera, aunque creo que aún no está dicha palabra en el RAE. 

Al igual que ahora, en aquella época, los principales periódicos fueron dominados, comprados, por la banca. Hasta entonces, el periodista tenía una vinculación profesional con el diario en el que trabajaba de naturaleza fija, que fue sustituida rápidamente por la eventualidad, la precariedad, lo que dio paso a la servidumbre y al que se salía del esquema trazado, literalmente era puesto en la calle. Exactamente lo mismo que está pasando en la actualidad. Los bancos, los fondos de inversión y otros aprovechategui son los que dirigen y sustentan a determinados y principales medios de comunicación que se han convertido en la voz de su amo, tergiversando, manipulando la información y creando falsas noticias para, sobre todo, desprestigiar, destruir a determinadas personas y organizaciones políticas, entre las que están algunos de los fundadores de Podemos, la propia organización y el Presidente del Gobierno, al que le tienen preparadas algunas buenas hostias, que se las darán muy pronto y le harán sufrir en las próxima semanas. Son los mismos lameculos que hacen la ronza para que la publicidad institucional vaya a esas mismas y pocas manos. Otra forma de controlar a esos grupos mediáticos.  

El ejemplo vivo, directo y actual de lo que decimos se llama Ferreras. Un personaje que se hace pasar por periodista de izquierda, pero en realidad está a sueldo del Deep State, o lo que es lo mismo, de las cloacas del Estado, en las que hay algunos empresarios, algunos periodistas, algunos jueces, algunos policías, algunos medios y algunos políticos, que no han dudado, ni dudan, en utilizar formas golpistas para conseguir lo que nunca conseguirían por la vía democrática. Es lo que llamaría Kraus el cuervo al servicio del corrupto y vil empresario que nunca da explicaciones, ni tiene remordimiento de conciencia, que lo único que le importa es mantener su estatus quo, aun cuando la salud de la democracia sea perjudicada.

Manipular la información, trae como consecuencia la debilitación de la democracia y su único objetivo es alterar un previsible resultado electoral o ley democrática no querido por esos estetas de la corrupción. Es una extorsión a la democracia, una coacción a la libertad de información, una estafa a la ciudadanía en general, a la que se le presenta como cierto lo falso, para obtener un beneficio luego, descubierta la realidad, no indemnizan a la democracia, ni piden perdón a la ciudadanía y vuelta a empezar y, esto, la democracia, el Estado de Derecho, la ciudadanía, no lo puede pasar por alto, debe condenar esa práctica y desarrollar medidas para erradicar esa forma de corrupción tan nociva para el sistema de libertades y el derecho constitucional a la información objetiva, veraz  e independiente. 

Hay periodistas que son despedidos, encarcelados, torturados, amenazados, asesinados por informar con veracidad. De ellos de nada se habla por la cloaca de los cuervos y falsos periodistas. Hay buen periodismo y buenos periodistas, que hacen su profesión con ética, integridad e independencia, que procuran la mejor y veraz información. Es a estos a los que hay que apoyar.  

La democracia y las libertades constitucionales, la soberanía popular democrática no están garantizadas, debemos defenderlas, protegerlas, mimarlas. Hay que reforzar el compromiso para más y mejor democracia. En esta gran época, como diría Kraus, no podemos guardar silencio y el buen periodismo debe prevalecer. Al malo hay que extinguirlo democráticamente. Fácil, solo hay que desconectarse de los canales donde se propaga la mentira.

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