Un edificio de la calle Juana de Dios Lacoste. FOTO: MANU GARCÍA.
Un edificio de la calle Juana de Dios Lacoste. FOTO: MANU GARCÍA. MANU GARCÍA

Este artículo tiene ya unos años, pero me parece conveniente recuperarlo al hilo de las promesas de García Pelayo sobre las ayudas que el gobierno de su partido otorgaría a la rehabilitación de los centros históricos… 

Hace tiempo hacia referencia en un artículo anterior al hecho de que se prometieran casi cuatro millones de inversión para realizar intervenciones en el centro histórico, que procedían, no lo olvidemos, de los ochenta que se obtuvieron con la venta de la ya antigua Aguas de Jerez. No obstante, creo que no se le dedicó la suficiente atención y extensión a un fraude de este calibre, a esta estafa contra la ilusión de vecinos y de personas sensibilizadas que llevaban muchísimo tiempo esperando una iniciativa desde el consistorio de este calibre. Vamos, una mentira como un piano de cola o como la cola de un piano.

No voy a entrar en lo acertado o no de la venta de Ajemsa, eso queda para la opinión que cada cual legítimamente tenga, pero lo cierto y objetivo es que el ayuntamiento se embolsó por esta transacción unos 80 millones de euros. De ese total, aproximadamente un 80% (60 millones) se destinó al pago de parte de la enorme deuda pública del propio consistorio. Los otros 20 millones se dedicarían a acometer demandas que los políticos de aquellos tiempos calificaron de históricas y que nunca habían sido tenidas en cuenta por parte de la administración local. Seguimos el desglose: casi cuatro millones de esos veinte se iban a gastar en siete actuaciones en el centro histórico, a saber, dos en la plaza Belén y en hacer viviendas protegidas en Barranco, 6 y 8 (el edificio apuntalado que está en la parte trasera de la comisaría); medio millón en rehabilitar el Tabanco del Duque de forma integral para convertirlo en un centro cultural; otro medio millón en la reurbanización del entorno de San Juan de los Caballeros, con la reapertura de la calle Melgarejo (Siete Revueltas) incluida; la urbanización e instalación de un parque infantil en la plaza Limones, el solar que ocupaba el antiguo edificio de la O.N.C.E., también recibía una partida cercana a las dos anteriores; por último, quedaban las consolidaciones tanto del palacio de Riquelme como de Villapanés, con una inversión conjunta que no llegaba a los 200.000 euros. ¿No os suenan a proyectos manidos que legislatura tras legislatura se desempolvan y nunca se realizan?

Que no se hizo absolutamente nada de todo lo prometido, salvo la consolidación de Riquelme y recortando su presupuesto a la mitad, es un hecho. Pero, aunque uno no se acostumbre nunca a aceptar que le mientan e incumplan los compromisos adquiridos (ahí están las hemerotecas, como para casi todo en política), lo que es más grave aún es que no hayan dado explicaciones en ningún momento sobre el paradero de esos casi 4 millones, 4. Pero es que, aunque parezca imposible, todavía hay algo peor: a día de hoy, todavía ningún grupo político ha reclamado formalmente una explicación al respecto, no ha habido una exigencia política, no se ha arrinconado a quien ha gastado una partida de dinero en otra cosa distinta a la que se comprometió. Y digo yo, puede ser comprensible, aunque poco higiénico, meter el polvo bajo la alfombra para disimular, pero cuatro millones de euros, cuatro, ¿dónde se pueden ocultar sin que nadie responda ni pregunte por ello? Si lo del polvo bajo la alfombra es poco higiénico, ¿cuánta mierda debe haber acumulada para que nadie recuerde que se encuentra ahí? ¿Acaso no apesta? Entretanto, los que en su día decían con la boca llena que el centro histórico era absolutamente prioritario, se dedicaron a gastar más de medio millón de euros en hacer un parque junto a otro parque que no dejó contento a nadie. Me refiero al forestal de La Marquesa, en lugar de priorizar con el poco dinero que había, máxime cuando ellos mismos eran conscientes de la pantomima que estaban proclamando con la famosa inversión de cuatro millones, cuatro en el ultra necesitado centro histórico.

Y es que, amigos o enemigos míos, lo que ocurre aquí es absolutamente inaudito e inédito en otras ciudades, y más al nivel que ocurre. Sin embargo, qué queréis que os diga, aún están a tiempo de arreglar y de cumplir, de la misma forma que todos los grupos políticos están a tiempo de reclamar las explicaciones al gobierno anterior por los cuatro millones, cuatro, que se perdieron. Y eso podemos garantizar que nunca será olvidado por los vecinos del centro histórico.

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