Alquiler, compra y venta de seres humanos

Primero se alquila a una mujer, se le alquila su cuerpo también, y de un modo aséptico, para que la madre no aporte ningún rastro genético, se le introduce un semen.

IMAGEN: BABYGEST.ES
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Las relaciones sexuales entre dos personas del mismo sexo tienen la particularidad de no alcanzar la procreación, así como un posible potencial de frustración que, llegado el momento, con altruismo contante y sonante puede incluso arreglarse hasta cierto punto. Un altruismo que puede llegar a los 20.000 dólares canadienses, además de los gastos de la compañía, empresa o agencia, y que comportan no solo los gastos del embarazo propiamente dichos, sino gastos de bolsillo, si leemos las informaciones que alguna de las compañías dedicadas a ello exponen. Es un altruismo que levanta sospechas, porque no se articula a través de ONG o fundaciones filantrópicas sino a través de compañías limitadas, agencias y empresas, que no parece que actúen ni por altruismo ni gratis. Una de las compañías dedicadas a este negocio presenta, por ejemplo, una lista de países y costes. Otra de esas páginas habla del objeto de su negocio como tratamiento. No está normalizada en Canadá, todo Quebec no admite la tal llamada subrogación.

Pongamos que dos varones, o uno solo o quien sea, no solo quieren esa familia suya de ellos dos, con sus padres, hermanos, primos y demás, sino una familia con hijos que ellos mismos no pueden tener y, oh ficción confundida en sueño, uno de los dos decide echarse a un monte todo de orégano, ponerse una bata chunga, tumbarse como en una serie de la tele y, oh ficción hacedora de realidades, mira qué niño ha venido de entre mis piernas con una hogaza bajo el brazo y en cigüeña, con lo chiquilín que es todavía. Igualito que en la serie aquella… Cada quien organiza sus propios rituales para dignificar lo que hace, o intentarlo.

Para practicar ese juego de magia del birlibirloque, que incluye un reparto teatral machirulo de los roles, mirado con perspectiva, hace falta el buenismo enrollado de progresía chunga, la necesidad vital de no pocas mujeres y varios legisladores que tienen bastante atribulado el sentido. Donde es legal no, por supuesto.

Primero se alquila a una mujer, se le alquila su cuerpo también, y de un modo aséptico, para que la madre no aporte ningún rastro genético, se le introduce un semen. Todo siempre con su permiso.

Me parece, sin embargo, que en el contrato de alquiler no solo se alquila su vientre, por más que lo parezca, una forma más de cosificar a la mujer para reducirla a un simple vientre reproductor, ya que lo que es cosa no sufre y no causa sufrimiento tampoco a todøs los demás. ¿Se alquila el cuerpo y la voluntad de la mujer a cambio de un dinero que ella presuntamente necesitaría? El límite legal es de 20.000 dólares canadienses. Bueno, donde sea legal todo será distinto.

Una vez embarazada la mujer (en adelante gestante), ¿debe seguir las condiciones del contrato o solo su vientre? ¿Firmó su vientre? Es interesante este punto con un algo de cartel divulgativo del despiece de carnicería incluido, que separa en la mujer la parte contratante de la parte contratada; un órgano de su cuerpo y su capacidad de ser, de decidir, de sentir y de padecer.

Si su cuerpo y todos sus sentimientos son indivisibles en su persona, y lo son, no se puede permitir ni un momento más hablar de haberle alquilado a una mujer un pie sin haberla alquilado a ella toda. Pero sigamos. ¿Es disponible la propiedad de un ser humano, el nacido y que separado de su madre sigue viviendo? Es aquí donde se situaría el comercio con personas, en esa venta del bebé. Se podrán decir varias cosas, pero parece que sean dos negocios jurídicos separados unidos en el mismo contrato: el alquiler de la mujer, incluido su vientre, y la venta del niño. Otra cosa, sin duda, sería la verdadera capacidad de obrar de las partes, contratantes y contratada, sobre un bien del que no se debe disponer: el bebé. Ello sin contar con la indisponibilidad inicial de la mujer como objeto de comercio para su alquiler con el fin de la venta de su futuro bebé.

Pues todo esto se blanquea muy bien limpio con un palabrejo: subrogación. Donde todo esto sea legal.

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