9 de octubre de 1264. Un error historiográfico.
9 de octubre de 1264. Un error historiográfico.

El éxito de la conquista de Jerez al islam por las tropas castellanas fue comunicado por Alfonso X a Clemente IV quien, el 23 de octubre de 1267, le respondió felicitándolo porque detestabilis ille proditor, ille sudolus inimicus rex Granate videlicet suam cervicem ferream tuo tandem submisit imperio ("aquel detestable traidor, aquel enemigo embustero, el rey de Granada, ha sometido su dura cerviz a tu imperio") (Jordan, Clément IV, 424, n. 1264). 

Ese dato y otros argumentos aportados por fuentes árabes y castellanas diversas, fueron recogidos en mi tesis doctoral, concretamente en su último capítulo, que vio la luz en 2016 con el libro La revuelta mudéjar y la conquista cristiana de JerezSi bien ahí concluyo que el momento exacto de la conquista de la ciudad debe fijarse el 3 de octubre de 1267, festividad de San Dionisio Areopagita, a quien el rey Sabio dedicó la iglesia y collación de su nombre, en publicaciones anteriores coincidí, erróneamente, con las suposiciones del profesor Joseph F. O'Callaghan, para afirmar con él que la definitiva incorporación de Jerez a la Corona castellana se había producido justo un año antes, en 1266 (cf. la obra de este autor, El reinado de Alfonso X de Castilla1996, p. 232; y M. Á.Borrego Soto, 2014a, 2014b y 2015).

A pesar de todo, la historiografía jerezana y foránea, apoyándose en los errores cronológicos que contiene la Crónica de Alfonso X, y en una también equivocada adscripción de la celebración del día de San Dionisio Areopagita, sigue manteniendo que la incorporación de Jerez a la corona de Castilla tuvo lugar el 9 de octubre de 1264. Este último aserto presenta importantes lagunas y deficiencias para su corroboración documental, pues se basa, en la mayoría de los casos, en tradiciones populares que los textos se han encargado de presentar, sin rigor científico alguno, como verdaderas. Por ejemplo, y en relación con la celebración del santo patrón de Jerez, en la cronística local se ha extendido, sin argumentos sólidos que la confirmen, la hipótesis de que en el siglo IX, a un abad de la abadía parisina de San Dionisio se le ocurrió (sic) confundir al obispo mártir de la capital francesa con San Dionisio Areopagita. Según la misma teoría, cuando Jerez fue conquistada por Alfonso X en 1264, ya estaba consolidada la leyenda galicana de que el obispo de París […] era la misma persona que San Dionisio Areopagita (Repetto Betes, 2015, pp. 165-169). 

No obstante, el conocido martirologio de Adón de Viena (m. 875 d. C.), vigente durante la Edad Media, al igual que el de otros autores como Beda (m. 735 d. c.) o Usuardo (m. 875 d. C.), recogen el 3 de octubre como el de la festividad de Athenis, Dionysii Areopagitae, sub Adriano diversis tormentis passi [...], y el 9 de ese mismo mes, el de Parisiis, Dionysii episcopi cum sociis suis a Fescennino gladio animadversi (Patrologiae Cursus Completus, CXXIII, 1852, pp. 169-172). Por tanto, la confusión jerezana en la fecha de celebración de su titular, San Dionisio Areopagita, debió de ser muy posterior al siglo IX e, incluso, al XIII.

Efectivamente, en el Martirologio Romano del papa Gregorio XIII (1572-85), se afirma, en la entrada de 9 de octubre, que Dionisio Areopagita, obispo de Atenas, fue enviado a París a predicar el evangelio y allí fue degollado junto a otros mártires, tras sufrir tormento por orden del gobernador Fescennino. Parece evidente que el error de fundir las vidas del Dionisio Areopagita y el parisino parte de esta obra (Cf. Martirologio Romano, ed. y trad. española de 1791, p. 277).

Los primeros textos relacionados con la conquista y repoblación de Jerez y su comarca, de los que conocemos su original o reproducción, están fechados en noviembre de 1267, un mes después de la incorporación de la ciudad a Castilla. Todos ellos contradicen las pruebas que se han venido esgrimiendo a lo largo de los siglos para justificar la toma de Jerez por los cristianos en octubre de 1264. Éstas continúan basándose en una serie de hipotéticos documentos emitidos y dirigidos por Alfonso X a la ciudad, tres de los cuales se habrían redactado, casualmente, en Jerez el mismo día de su supuesta conquista, es decir, el 9 de octubre de 1264. Habría que recordar en este punto que todos los diplomas de ese mes y año fueron escritos en Sevilla, incluido uno de ese día 9, en el que Alfonso X concede a los pobladores cristianos de Almansa, el fuero y franquezas del concejo de Cuenca (González Jiménez y Carmona Ruiz 2012: 358, n. 475). A pesar de esta circunstancia, y de que estos textos nunca han sido transcritos, pues jamás se redactaron ni, por ende, existieron, la historiografía jerezana los ha citado secularmente como prueba de la conquista de Jerez en esa fecha concreta. Esos documentos son los siguientes:

a) 1264, octubre 9, jueves. Jerez. Alfonso X concede a la Orden de San Francisco un lugar, frente a la Puerta Real, para edificar su convento en Jerez. El texto, probable falso histórico, se cita en las obras de los autores locales del siglo XVIII Bartolomé Gutiérrez y Francisco de Mesa Xinete, el primero de los cuales admite que se perdió en algún momento de la historia del convento. Por su parte, Juan de Espínola supone que Alfonso X debió de fundar el convento de San Francisco tras la conquista de la ciudad, igual que hizo con el de Santo Domingo, pero afirma no tener noticia de carta o privilegio regio al respecto, lo que achaca al santo pobre y humilde estatuto de la Orden franciscana.

b) 1264, octubre 9, jueves. Jerez. Privilegio rodado de Alfonso X nombrando alcaide del Alcázar Real de Jerez a Alvar Fáñez. De este privilegio, así mencionado, no se tiene constancia alguna, aunque tal vez haya que ponerlo en relación con una carta, desaparecida, aunque reproducida por Bartolomé Gutiérrez y Juan de Espínola, de 6 de noviembre de 1267 y sellada en Villa Real (actual Ciudad Real), en la que el rey envía cuarenta caballeros hijosdalgo, que recibirán feudo en un privilegio posterior, al alcaide de Jerez, Alvar Fáñez, para ayudarle en la defensa de las puertas de la muralla jerezana, señal de que la paz aún no era estable en la región. Si bien el Diplomatario Andaluz de Alfonso X considera también espuria esta carta, pues Bartolomé Gutiérrez incluye en su transcripción el nombre del infante don Jaime, aún no nacido, pensamos que el documento existió, lo que lo convertiría en el más antiguo de los emitidos por Alfonso X a favor de Jerez. Su original fue leído, probablemente, por el dominico Juan de Espínola, quien nos ha legado una copia sin los añadidos de Gutiérrez, aunque con evidentes fallos de transcripción. A pesar de ello, los nombres citados en esta carta se corresponden con los de los cuarenta caballeros del feudo de El Libro del Repartimiento. De este modo, corrigiendo a Bartolomé Gutiérrez y a Espínola, tendríamos a Alvar Fáñez como alcaide de la ciudad y, en la puerta de las Cruces, de donde parte el camino hacia Sevilla, a Ferrant Yuánnez Palomino, guarnecido por Gonçalo Ferrández de Quebedo, Johán Gago, Per Yuánnez, Ferrant Yuánnez, Enric Feguera, Vasco Martínez de Uiguellos, don Beltrán d’Enueth, Martín Estéuannez y Ferrant Martínez d’Otero; en la del Marmolejo, Nunno Cannas como alcaide, acompañado de Aluar Ferrández, Veçeynte Anaya, Garçía Díaz, Domingo Ferrández de Bonifacios, Martín Ramírez, Martín Ruyz de Trigueros, Johán Márquez, Pedro Ferrández de Villalán y Gonçalo Páez de Santarén; en la puerta del Aceituno, de alcaide Diego Pavón, con Simón Ferrández Cortesía, Alfonso Garçía, Gonçalo Yuánnez, Ruy Pérez de la Copa, Moran Suárez, Esteuan Lorenzo Curtelo, Gonzalo Matheos, Alfonso Gómez y Johán Alfonso; y en la de las Siete Puertas, frente a la ermita de Santiago, de alcaide Gutier Ruyz d’Oruaneia y una compañía formada por Arias Díaz de Fuenteencalada, Uelasco Martínez de Sandín, Garçía Munnoz, Pedro Gómez de Carryón, Ferrant Alfonso, Garçía Pérez de Carmona, Yenego Gil de las Aras, Rodrigo Alfonso y Gil Martínez de Lara.

c) 1264 octubre 9, jueves. Jerez. Privilegio rodado de Alfonso X confirmando al concejo de Jerez las armas concedidas para su escudo. Bartolomé Gutiérrez y Fray Esteban Rallón remiten a este supuesto privilegio que Juan de Espínola, por su parte, admite no conocer, declarando, incluso, que la concesión de armas al escudo de Jerez es algo que sólo se sabe por tradiciones antiguas y por una carta de 22 de agosto de 1269 que él mismo reproduce, tal vez desde la original hoy desaparecida. En ella, Alfonso X le otorga varios favores al caballero del feudo Gonzalo Matheos, identificado como uno de los que Alvar Fáñez puso para la defensa de la puerta del Aceituno, dato que coincide, efectivamente, con los de la carta de 6 de noviembre de 1267 aludida en el punto anterior. Entre las mercedes concedidas por el rey a Gonzalo Matheos figura la de poner en su insignia las ondas, castillos y leones que yo a la mi Xerez di por divisa, pues son símbolo de la constancia que en la mi defensa habéis tenido; asimismo, lo favorece con doscientos maravedíes al año para mantener casa, armas y caballos; y le pide que entierre a sus hijos y peones en la ermita de Santiago si alguno de ellos falleciera en enfrentamientos contra los moros, como el que Matheos relata en un documento enviado a Alfonso X por medio de su mandadero. Según el Diplomatario Andaluz de Alfonso X, la carta a Gonzalo Matheos es falsa. Cabe recordar, no obstante, que el personaje al que hace referencia existió, pues figura en la collación de San Mateos del repartimiento de Jerez. El texto lo transcribe también Francisco José Ragel (Martín Ferrador), afirmando que lo encontró inserto en un manuscrito anónimo del siglo XVII titulado Repartimiento de Xerez, de la Biblioteca Capitular Colombina de Sevilla, que este autor adjudica acertadamente al historiador Fray Esteban Rallón.

d) Existe también una carta abierta notificativa de Alfonso X al abad y canónigos de San Salvador de Jerez anterior al 3 de octubre de 1267, concretamente de 23 de septiembre de 1265, de la que existen calcos autentificados en el Archivo Histórico Diocesano de Jerez, pero muy posteriores a su supuesta fecha de emisión. El texto, usado igualmente como justificación de la conquista de Jerez en octubre de 1264, concede a la colegiata de San Salvador todos los diezmos de su collación, menos el del aceite. La imposibilidad de cotejar las versiones conservadas con su original, y la certeza de que la ciudad no se tomó hasta dos años después de su supuesta redacción, lo convierten en un documento de escasa fiabilidad, si no espurio. No obstante, según Jiménez López de Eguileta, las características discursivas, los hechos consignados en el texto y las copias certificadas que existen de la carta desde el siglo XVI, no admiten calificarla como falso histórico. Con todo, resulta muy ilustrativo el relato de Francisco de Mesa Xinete, quien asevera que el rey Alfonso X estuvo en Xerez en 23 de septiembre de 1265, en cuyo día aprobó el convenio de límites del Obispado de Cádiz entre su electo Obispo y el Arzobispo de Sevilla, y concedió el privilegio de diezmos al abad y canónigos de la Collegial de esta ciudad […]. De ser cierta esta afirmación, que sigue también Bartolomé Gutiérrez, nos encontraríamos ante un claro falso diplomático, ya que la carta debería fecharse, no en miércoles 23 de septiembre de 1265, sino en 23 de noviembre de 1267, también miércoles, día en el que verdaderamente Alfonso X se encontraba en nuestra ciudad aprobando el citado acuerdo sobre división de términos entre el arzobispado de Sevilla y el obispado de Cádiz que rubrica Velas o Velasco Gómez, el mismo escribano de la carta sobre la colegiata jerezana. Otro supuesto privilegio de Alfonso X, citado también por Mesa Xinete y emitido poco después, en 1268, concediendo a los beneficiados de dicho templo los diezmos pertenecientes a la aldea de Crespellina, adquiriría, de este modo, mayor sentido.

Efectivamente, ni los textos originales ni las copias de las cartas y privilegios que la tradición historiográfica local data entre 1264 y 1265 existen. Queda probado, por tanto, su falsedad y el vacío documental entre la supuesta fecha de la conquista de Jerez, 9 de octubre de 1264 y noviembre de 1267, momento en el que realmente comienzan a redactarse todos los textos de Alfonso X relacionados con la conquista y posterior repoblación de la ciudad y su entorno.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído