El acto de Vox en plaza de San Francisco, en Sevilla, este 28F, en una imagen publicada por el partido.
El acto de Vox en plaza de San Francisco, en Sevilla, este 28F, en una imagen publicada por el partido.

Para mí, lo normal en un 28F es manifestarse pacíficamente a modo de celebración y recuerdo de un hito tan importante como fue conseguir la autonomía. Un hecho que valió el esfuerzo, sudor y sacrificio del pueblo andaluz en la lucha por el reconocimiento de su identidad, algo que desde la izquierda es motivo de homenaje como mínimo. Pero ¿y si viviésemos en el mundo al revés? Es un planteamiento típico de novela distópica como El Hombre en el Castillo, donde los nazis ganan la guerra. Sin embargo, a veces nuestras peores pesadillas pueden hacerse realidad, como que la ultraderecha tenga la llave del gobierno de Andalucía.  

Ya se ha visto que quien cargará la semana que viene contra el 8M por su supuesta relación con la pandemia, ha convocado con cierto éxito una concentración en Sevilla con motivo del 28F. Resulta aún más paradójico que en la plaza San Francisco, donde acababan todas nuestras marchas por el día de Andalucía, ahora se concentren todos los fascistas y centralistas en contra de las autonomías. 

Sin duda, la guinda fue el discurso de Macarena Olona, que representa a la perfección el espíritu rancio que había en esa plaza. Ni más ni menos que el Anti28F. Su “nada que celebrar” denota la falta de respeto hacía el andalucismo y su histórico sacrificio. Desde luego no faltaron las bravuconadas típicas de una España única, grande y no tan libre, como la llamada a la ley y al orden. Son un chiste andante, ya que hablan como si fueran el imperio intergaláctico con Darth Vader a la cabeza, hecho que tampoco sorprende ya que este último está basado en el nazismo. 

Y mientras tanto ¿dónde está la izquierda? Podemos convocó otra concentración frente a San Telmo, pero su asistencia fue mínima y ha sido eclipsada por el circo de antes. Sin embargo, es normal, ya que las personas de izquierda han demostrado mayor respeto y responsabilidad ante una pandemia. Pero a mí me importa lo que me toca más de cerca. ¿Y el PSOE-A?

Es cierto que el PSOE-A ha tenido bastante actividad estos últimos días: correos a la militancia, videos sobre el 28F, un nuevo plan para jóvenes andaluces, actos cerrados y retransmitidos en directo… A fin de cuentas, una campaña online. Solo veo un inconveniente en su forma. Se trata de una acción interna centrada en los y las militantes de la organización, por lo que su repercusión fuera del partido y el ámbito institucional es más bien escasa o incluso nula.

No es algo nuevo, ya que sigue la línea de años atrás. Por ejemplo, hace tres años se hizo un acto en un auditorio de la Cartuja en Sevilla. Muy bonito, llegaron muchos autobuses llenos y hasta tuvieron que poner sillas en los pasillos. Pero todo era gente del partido. A fin de cuentas, fue otro acto interno más de una burbuja alejada de la realidad que explotaría en las elecciones apenas unos meses después. Existe un fallo conceptual, la militancia del PSOE-A no es la totalidad del pueblo andaluz.

El mundo al revés, los fascistas en la calle pidiendo el cielo y la tierra y la izquierda que no se sabe muy bien dónde está. Quiero pensar que todo esto es solo temporal por la pandemia, pero ha quedado una cosa muy clara para el futuro: más vale un acto de 100 personas en la plaza San Francisco que una cara y costosa campaña online e institucional.

 

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