El hombre que cuida al halcón más grande del mundo y lo envía al Golfo Pérsico desde Chiclana

El gaditano Damián Mateo, de 50 años, está a punto de inaugurar su centro de reproducción y conservación del halcón peregrino y gerifalte, donde cuida a 170 ejemplares que traslada a Asia

Damián Mateo con un macho de halcón gerifalte en el Pago del Humo, en Chiclana.
Damián Mateo con un macho de halcón gerifalte en el Pago del Humo, en Chiclana. MANU GARCÍA

Un hombre se coloca un guante. En su mano izquierda se acaba de acomodar un halcón gerifalte, el más grande del mundo. Intercambian miradas en el Pago del Humo, en Chiclana, donde un viernes cualquiera llueve sobre el campo seco. Bendita agua. Damián Mateo Pérez, gaditano de 50 años, tiene a escasos centímetros de su cara un ave rapaz, carnívora, que puede alcanzar hasta 400 metros de altura y suele anidar en acantilados.

El primer ejemplar de esta especie que pisó el sur de España procedía del Golfo Pérsico. Él lo trajo, junto a otros, con los permisos necesarios. Hoy se pueden ver aquí gracias a este técnico avícola que mantiene uno de los cinco puntos de cría de halcón peregrino existente en España.

Su centro de reproducción y conservación de estas aves rapaces es pionero en Andalucía, y, aunque espera inaugurarlo pronto, lleva un año y medio cuidando a 170 aves, entre ellas, 50 parejas de reproductores que viven en cautividad en 54 habitaciones de reproducción de hasta tres metros. Para Damián, el bienestar animal es primordial para la cría de los halcones peregrinos y los gerifaltes, las especies más usadas en cetrería, que, en su mayoría, proceden de países nórdicos. Por ello, está preparando las instalaciones con esmero. Cuenta con una sala de incubación, un laboratorio y dos grandes voladeras donde las aves entrenan.

Damián sabe identificar a cada individuo a la perfección. Sus exigencias y su personalidad. “No todos son iguales”, dice rodeado de aves, algunas con nombres de países, de dioses o bautizadas como Penélope y Madonna.

El técnico avícola coge a uno de los ejemplares.
El técnico avícola coge a uno de los ejemplares. MANU GARCÍA

Los reproductores se someten a un proceso de inseminación artificial entre los 5 y los 12 años y, por cada pareja, nacen en torno a 2 pollos. El canto de las aves resuena mientras el gaditano habla de su pasión. Las aves rapaces y el mundo de la cetrería siempre le ha llamado la atención. Su inquietud se despertó cuando tenía nueve años y se encontró, por casualidad, un ave rapaz cazando a un pájaro ante sus ojos.

Estaba explorando el bosque ubicado junto al campo que tenía su padre en Chiclana, en el que disfrutaba todos los fines de semana. “De repente apareció y me quedé embobado, se me quedó grabado en la cabeza, y a partir de ahí empecé a investigar”, cuenta a lavozdelsur.es.

A Damián le encantaba sacar libros sobre estas aves de la biblioteca y ver episodios de Félix Rodríguez de la Fuente. “Para mí era la Biblia”, comenta. Y cuando cumplió la mayoría de edad, se formó como técnico avícola.

Detalle de los halcones en el centro de reproducción.
Detalle de los halcones en el centro de reproducción. MANU GARCÍA
Damián inaugurará pronto este centro de reproducción y conservación.
Damián inaugurará pronto este centro de reproducción y conservación. MANU GARCÍA

Su primer trabajo fue con 21 años en el Aeropuerto de Jerez, donde estuvo cerca de una década en el servicio de control de seguridad aérea y de fauna con un equipo de halcones. “Ellos velan por la seguridad humana, vuelan alrededor del avión para ahuyentar al resto de aves para que no impacten y podamos volar tranquilos”, explica.

Por entonces, se pasaba horas con un halcón al que guarda especial afecto. Alatriste sigue a su lado y ya ha cumplido 24 años, un caso anómalo al ser 18 la esperanza de vida de esta especie. “Es un récord. Ya está casi ciego, pero ha estado conmigo desde pequeño y le tengo mucho cariño”, comenta mientras pasea por el centro que le permite mantener un estrecho lazo con los países del Golfo Pérsico como Emiratos Árabes. Su hogar durante 15 años.

“Conocí a un francés y me ofreció una oportunidad que no quería desaprovechar, trabajar en un centro de reproducción de halcones”, cuenta Damián. Así que, se mudó al continente oriental y se convirtió en el coordinador de un centro que se puso en marcha en Marruecos “por tener un clima más parecido, en Emiratos Árabes hacía demasiada calor y era todo muy industrializado”. Él era el único español entre ingleses, franceses o americanos y, como “el hambre agudiza el ingenio” aprendió idiomas.

El centro cuenta con dos voladeras para el entrenamiento de las aves rapaces.
El centro cuenta con dos voladeras para el entrenamiento de las aves rapaces. MANU GARCÍA

Parece que escampa mientras explica que el halcón gerifalte es una especie muy demandada por los vecinos del Golfo Pérsico para la cacería. “La cetrería la llevan en la sangre, por su cultura, hay mucha afición allí, incluso en el Corán aparece como método de supervivencia. Ellos siguen el sistema de caza con aves de presa, no utilizan armas, además no tiene impacto ambiental al no dejar residuos como la pólvora”, detalla.

Todos los halcones que nacen en Chiclana son enviados a estos países y, de ellas, el 40% se sueltan en la naturaleza. Actualmente, Damián continuá trabajando para el centro en el que trabajaba fuera, es su único cliente y, desde allí, se encargan de destinarlos a la conservación y a la caza.

Decidió regresar a su tierra en 2016, por su familia, y se puso manos a la obra para montar el lugar por el que hoy camina. Un proyecto para el que ha invertido cinco años de pruebas con el fin de comprobar su funcionamiento. “Son aves muy delicadas con muchos protocolos abiertos, y la empresa tenía dudas de que se pudieran reproducir aquí, pero yo había hecho estudios y pensaba que sí. Tenemos un clima cálido pero muy estable, aposté por Chiclana y salió bien”, comenta el cetrero, que agradece el apoyo que siempre ha recibido del Ayuntamiento para que sea una realidad.

Una pareja reproductora en la habitación de reproducción.
Una pareja reproductora en la habitación de reproducción. MANU GARCÍA

Los halcones, posados en los troncos, tranquilos, apenas se inmutan. Pero más allá de la cría de estas especies, Damián quiere que este sea un centro de divulgación donde poder enseñar a las nuevas generaciones los encantos de las aves rapaces.

De momento, ya realiza charlas por los centros educativos de la zona. Esa misma mañana ha llevado a Apolo y Olimpo, dos machos, y algunas hembras al colegio rural Salado Breña, en La Muela, Vejer.

Descubriendo a los halcones más grandes del planeta

Los pequeños y pequeñas rodean a Damián y a Diego, compañero del centro de reproducción. Ambos muestran a las aves. “¿Por qué llevan eso en los ojos para que no puedan ver?”, irrumpe una niña. El gaditano explica que presentan cerebro óptico y “es como si tu ojo pesase un kilo, es importante para que no se estresen”.

Cuando le quita la capucha, los niños se asombran. Alucinan con los ojos de estas rapaces tímidas que cuidan de los campos, evitan plagas y “hacen un estupendo control de la naturaleza”. Los técnicos avícolas cuentan un sinfín de curiosidades, características y datos de estos visitantes que acaparan toda la atención y sobre los que surgen muchas preguntas.

El gaditano ofrece una actividad divulgativa en el colegio rural.
El gaditano ofrece una actividad divulgativa en el colegio rural. MANU GARCÍA
Un momento de la charla en el centro educativo.
Un momento de la charla en el centro educativo. MANU GARCÍA

Las clases aprenden que la hembra es la que defiende el nido y el macho el que lleva la comida o que necesitan comer huesos para que los suyos propios estén fuertes. “Se alimentan de carne, palomas, roedores, no cazan mamíferos, solo aves por eso son ornitofagos, y se pueden comer hasta un tercio del peso de su cuerpo”, expone Damián. Él quiere transmitirles ese respeto que siente por la naturaleza y la importancia de la conservación.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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Comentarios (1)

Malika Chadli Hace 4 meses
Amar lo que haces te hace innovar en ello, continuar en ello y buscar siempre un nuevo significado. Damien es una persona que ama su trabajo y sabe bien lo que hace. Su amor y pasión por su hobby hicieron que su confianza se fortaleciera cada vez más. más
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