Los guitarreros de Granada reivindican su oficio, por derecho: "Hacer una guitarra es un acto de amor"

La nueva asociación de guitarreros surgió en 2017 y persigue la creación de un museo de la guitarra como reconocimiento a una artesanía que se remonta siglos atrás en la provincia granadina

Antonio Martín Montero en su taller, donde desempeña el oficio de guitarrero desde hace más de 50 años.
Antonio Martín Montero en su taller, donde desempeña el oficio de guitarrero desde hace más de 50 años. Constantino Ruiz Pacheco

Granada suena a música y esta, antes de ser tocada, pasa por las manos ejecutoras de la creación del instrumento. La provincia de Granada cuenta con 40 guitarreros profesionales en activo y un bagaje secular en cuanto a construcción de instrumentos musicales. "Existen censos en los archivos municipales que recogen cómo en el siglo XII ya había personas que se dedicaban a hacer instrumentos en Granada", anticipa John Ray, presidente de la Asociación de Guitarreros de Granada, creada en 2017 y que cuenta 14 socios. El guitarrero José López Bellido apunta que "un guitarrero de Baza fue quien hizo la primera guitarra a Carlos IV". Y su compañero Aaron García Ruiz distingue la Escuela Antigua de Guitarreros de Granada, con figuras reconocidas como Pernas o Manuel de la Chica de la Escuela Moderna, con un auge de unos 50-60 años.

La creación de un museo de la guitarra es una reivindicación compartida por todos los guitarreros de Granada debido al histórico de la ciudad ligado a este oficio. No se sienten apoyados por las instituciones, aunque hayan organizado alguna exposición y realizado actividades en torno a la historia de la guitarra y sus guitarreros en colaboración con estas. Más que un oficio, ser guitarrero, es una manera de entender la vida, de sentir y amar la música y sus entretelas. Por eso, este grupo de artesanos busca visibilidad y el reconocimiento de este viejo oficio todavía desconocido, aunque bien remunerado. 

John Ray, presidente de la Asociación de Guitarreros de Granada, en el interior de su taller en la Calle Solares 50 de Granada
John Ray, presidente de la Asociación de Guitarreros de Granada, en el interior de su taller en la Calle Solares 50 de Granada. CONSTANTINO RUIZ PACHECO

"Los guitarreros tenemos una suerte enorme, porque es de los pocos trabajos hechos completamente a mano donde se paga el precio que merecemos"

Jonh Ray es canadiense, tiene 56 años y lleva 23 haciendo guitarras. Desde su taller en el número 50 de calle Solares reconoce que empezó a tocar la guitarra con 20 años, pero no se le daba muy bien. Sin embargo, "me enamoré de la guitarra y empecé a buscar otras formas de estar en ese mundo", relata. Eso fue por el año 86 u 87 y hasta el 89 no llegó a Granada para buscar un maestro que le enseñara a hacer guitarras. 

Para trabajar de guitarrero, dice, "hay que amar la guitarra y la música, si no, no puedes estar haciendo esto". Ray lo califica como "un acto de amor", pues el proceso implica un mes trabajando 8 horas al día. "Requiere de mucho conocimiento, yo estuve 10 años trabajando antes de hacer mi primera guitarra buena", comenta el canadiense, que insiste en que entiende el oficio como "una expresión de amor hacia la música y la guitarra en concreto".

A pesar de las reivindicaciones para que el oficio se reconozca, Ray advierte que los guitarreros tienen una suerte enorme, "porque es de los pocos trabajos hechos completamente a mano donde se paga realmente el precio que merecemos". "No podemos hacernos ricos con este trabajo porque no tenemos a nadie trabajando para nosotros ni tenemos productos que compremos barato y vendamos caro, es todo el sudor de nuestras manos, pero se aprecia en el mundo", comenta. 

Interior del taller de John Ray.
Interior del taller de John Ray. CONSTANTINO RUIZ PACHECO

Respecto a la relación con las instituciones sostiene que “es una lucha constante" porque este oficio tan antiguo, en realidad, no es muy conocido. “La gente no sabe la cantidad de instrumentos que exportamos y esto se puede aplicar a los funcionarios públicos y a los oficiales electos. No obstante, hemos conseguido algunas cosas, como que la Diputación de Granada nos publicara un libro sobre la historia, exponiendo la realidad de cada guitarrero en la provincia o una exposición llamada 'Hacia un museo de la guitarra' en colaboración con el Ayuntamiento de Granada". Esto sucedió en 2019 y todavía siguen esperando la promesa del entonces alcalde, Paco Cuenca, de crear el museo de la guitarra. "Curiosamente ese alcalde ha vuelto, así que iremos a apretarle", asegura Ray.

"Falta un museo de la guitarra como elemento cultural imprescindible español y para mí, dónde mejor que en Granada, que tiene una historia muy larga de estos artesanos. Esa historia, desde el s.XII hasta ahora, es digna de contar y si el Estado no se pone detrás de un museo, que se ponga el ayuntamiento de la ciudad", insiste el presidente de la asociación, que reivindica a las personas que se dedican a hacer guitarras porque "están implicándose en cada momento del proceso y lo hacen lo mejor que pueden". Como también reivindica la historia de Granada, que a él le llegó a través de su maestro guitarrero, que a su vez aprendió con Manolo Bellido y Juan Antonio Marín. "Hoy día, los máximos exponentes de la escuela granadina", concluye.

Aarón Garcia Ruiz junto a la guitarra de Agustin Caro, fabricada en 1824.
Aarón Garcia Ruiz junto a la guitarra de Agustin Caro, fabricada en 1824. CONSTANTINO RUIZ PACHECO

"Deberíamos reivindicar este oficio tan granadino y tan importante como es la construcción de guitarras"

Aarón García Ruiz tiene 56 y lleva 13 años dedicado casi en exclusiva a construir guitarras. "En mi familia no hay ningún antecedente musical, pero de niño me apasionaba la música y los instrumentos musicales, y de una forma autodidacta aprendí a tocar diversos instrumentos que me gustaban, además de aprender a fabricar y a jugar con objetos que se podían convertir en instrumentos", comienza. El oficio lo aprendió de Manuel Fernández, un guitarrero "apasionado del sonido" que falleció hace años.

Este guitarrero decidió hacer musicología en la Universidad de Granada y una vez terminada la carrera, comenzó su tesis doctoral sobre la Escuela Antigua de Guitarreros de Granada. "Eso fue un intento de llevar al plano académico y de la investigación lo que más o menos se sabía por fuentes orales o por algunos datos, y poner en conocimiento de la comunidad educativa esta escuela, que yo considero que no está suficientemente reconocida a nivel mundial", explica. "Hay algunas figuras como Pernas o Manuel de la Chica, que sí tienen reconocimiento en la Escuela Antigua, pero hay otros muchos que han pasado desapercibidos y no se les ha dado la importancia que creo que tienen". En cuanto a la Escuela Moderna, cree que "es indiscutible que algunos de los mejores constructores del mundo trabajan y viven aquí en Granada". "Esta Escuela tiene un auge de unos 50-60 años", añade.

García Ruiz piensa que existe voluntad institucional. "Hemos hablado en distintas ocasiones tanto con administraciones locales como a nivel de la Junta de Andalucía, y se ve que les interesa y les gusta, y que querrían hacer algo, el problema está en que no terminan de ver la necesidad de relanzar o lanzar la idea del museo para la ciudad, o la elaboración de exposiciones y la posibilidad de una escuela de construcción de guitarras", espeta. 

La pandemia fue un desastre absoluto en el plano laboral "porque se me cayeron todos los encargos menos uno". Reconoce que ha costado trabajo recuperar encargos aunque, sobre todo, ha continuado con la restauración de instrumentos antiguos y el arreglo de guitarras u otros instrumentos que le traían al taller. Finalmente, este guitarrero con taller en la calle Ángel Ganivet S/N de Churriana de la Vega quiere reivindicar Granada "como la ciudad más importante del mundo respecto a la guitarra clásica, española y flamenca", y que se reconozca en todo el mundo, "que venga la gente aquí a aprender y a disfrutar de un museo de guitarra, y que se hagan actividades que fomenten el conocimiento y la difusión de la guitarra".

José López Bellido, guitarrero jubilado y miembro de la asociación, en el Campo del Príncipe. CONSTANTINO RUIZ PACHECO
José López Bellido, guitarrero jubilado y miembro de la asociación, en el Campo del Príncipe. CONSTANTINO RUIZ PACHECO

"A este oficio se viene con amor, se viene con cariño y se viene con pasión, no pensando en ganar dinero"

José López Bellido va para 79 años y se ha llevado más de cinco décadas como guitarrero. "54 años de mi vida", afirma orgulloso. Su taller lo ha tenido siempre en el número 36 de la Cuesta Gomérez. "La que sube a la Alhambra", puntualiza. Habla de su oficio con el amor propio de un enamorado. A los cinco alumnos que han pasado por su taller siempre les ha inculcado que a este oficio "se viene con amor, se viene con cariño y se viene con pasión. No pensando en ganar dinero, porque ambas cosas se contradicen. Tú tienes que aprender a hacer la guitarra y ponerle a ella corazón", expresa.

Su oficio lo aprendió en el primer taller donde entró a trabajar. "Era un taller donde se construían bandurrias, laúdes, guitarras e inclusive castañuelas", comenta. López Bellido comenzó haciendo castañuelas. "Después aprendí la guitarra y siempre estuve pegado a mi hermano Manuel, porque a su vez él fue discípulo de Eduardo Ferrer, de la Casa Ferrer, que ha sido un taller donde casi todos los guitarreros hemos pasado indirecta o directamente", cuenta.

José López recuerda que la primera asociación de guitarreros se creó hace muchos años y "todo en vía muerta porque realmente nunca tuvimos el apoyo de los gobiernos ni de los sindicatos, de la gente que entonces regía la artesanía". Ahora forma parte de la presidida por John Ray. Al igual que sus compañeros, tampoco siente el apoyo de las instituciones: "A nivel de Ayuntamiento parece ser que últimamente hay algunos conatos de hacer cosas. De hecho, se hizo una exposición en el Carmen de Los Mártires de guitarras antiguas y contemporáneas que fue todo un éxito de público e información", cuenta, ya que "los periodistas se quedaron sorprendidos al descubrir un tema tan olvidado, que tiene una cantidad de historia que se remonta al año en que un guitarrero de Baza hizo la primera guitarra a Carlos IV, que está en un museo de Londres, pero que podría estar en un museo de Granada si realmente existiera".

Sobre el mercado se muestra positivo. "La guitarra granadina hoy por hoy se reconoce en el mundo entero gracias a la labor de los guitarreros que hemos luchado por ello, además de estar bien remunerada y, sobre todo, bien considerada", revela. "La escuela de los guitarreros de Granada es un poco distinta a la de Madrid, Valencia, Catalunya o Extremadura, en el sentido en que nosotros hacemos un instrumento y como tal nos responsabilizamos de él de por vida", explica López Bellido, que sostiene que "la gente no se lo cree, pero es una realidad, y eso ha hecho que la guitarra de Granada en el mundo entero esté sonando por calidad y por prestigio".

Para López Bellido, Granada es sinónimo de música por Falla, Lorca, el Festival Internacional de la Música o el Festival de Flamenco, que cumple 50 años, y en este sentido, cree que el apoyo institucional es fundamental. "Deberían ayudarnos a crear un museo de la guitarra, donde podríamos ir poco a poco recopilando guitarras de los guitarreros que nos han precedido de 1700-1800, restaurarlas y dejarlas en el museo", comenta. Y el compromiso también pasaría por los profesionales del oficio: "Los guitarreros, antes de irnos, podríamos entregar una guitarra al museo para que quede allí de por vida. Ese siempre ha sido mi deseo y mi inquietud, pero nunca hemos encontrado la persona que haya dicho con cariño que merece la pena lucha por ello".

José Marín Plazuelo en el taller de guitarras de la Cuesta del Caidero.
José Marín Plazuelo en el taller de guitarras de la Cuesta del Caidero. CONSTANTINO RUIZ PACHECO

"Nuestro oficio es muy bonito porque es algo que creas con tus manos, y de unas maderas sacas un instrumento de gran belleza"

José Marín Plazuelo, de 61 años, lleva 47 años en el oficio que le viene de su tío Antonio Marín. Su trabajo lo considera "muy bonito" porque "es algo que creas con tus manos, y de unas maderas sacas un instrumento de gran belleza y que gusta su sonoridad". Tiene su taller en la Cuesta del Caidero, 1 y reconoce que con la pandemia va tirando, pero tiene muy pocas visitas. "Antes venía más gente a probar guitarras, pero ahora está la cosa un poco regulín".

Advierte que el 80% de la producción va para afuera. De hecho, admite que "somos más conocidos fuera de España que aquí”. Como guitarrero le gustaría que el Gobierno bajara "un poquito los impuestos, porque el 21% que pagamos desde que compramos un palito y los años que tenemos que tenerlo ahí para que se seque, resulta demasiado". 

Interior del taller de Antonio Marín y Jose Marín. CONSTANTINO RUIZ PACHECO
 Interior del taller de Antonio Marín y José Marín en la Cuesta del Caidero. CONSTANTINO RUIZ PACHECO

 

Sobre el autor:

Carmen Marchena

Carmen Marchena

Gaditana. Periodista feminista por vocación y compromiso. Empecé en las redacciones de Ideal Granada y Granada Hoy. He pasado por eldiario.es/Andalucía. Parte de El Salto Andalucía desde sus inicios. Tengo dos ídolas: mis abuelas Carmeluchi y Anita. Defensora de los Derechos Humanos y la Memoria. Sin más dilación, papas con choco o barbarie.

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