Guadalcacín es uno de los lugares con más palomos por metro cuadrado de toda España. La pequeña entidad local autónoma de Jerez cuenta con una asociación, la Sociedad de Colombicultura Guadalcacín, compuesta por casi 50 socios y fundada en el año 1998. Es la más importante de toda Andalucía y son más de 30 los miembros del club que cuentan con palomeras dentro del núcleo poblacional.
Tal es la afición a esta actividad deportiva, con raíces en la Edad Media, que son muchos los palomeros que se han mudado desde Jerez y otros lugares pedáneos para poder instalar en sus tejados su particular territorio.
Y es que nadie quiere perderse la Champions League de los palomos, una competición que comienza el próximo mes de noviembre y que hasta mayo tendrá pendiente de los cielos a todos estos aficionados al mundo de los palomos. Rojos y azules se verán las caras durante un torneo que cuenta hasta con VAR. La tecnología también ha llegado para quedarse entre los colombicultores.
Con cámaras de vigilancia de alta calidad controlan los movimientos aéreos de sus palomos y observan cuando las aves rivales entran en sus palomeras. Entonces es cuando pueden cantar gol. De eso trata el campeonato, de lograr que los palomos rivales entren en tu propia casa. El equipo que haga más capturas será el que se lleve el trofeo final. Cada socio pinta las alas de sus jugadores, que tienen sus anillas reglamentarias del club, de un color. También, dentro del concurso, hay otra categoría que es la del palomo más destacado. La elección final del ganador se decide por las votaciones de los socios.
Toda una vida como palomeros
Para conocer más sobre este arte de la colombofilia nos subimos a uno de los tejados de Guadalcacín, concretamente al de la casa de Salvador Morilla, uno de los históricos de la asociación junto a José Macías. Ambos llevan desde pequeños cultivando su pasión por estas aves columbiformes.
"Soy un enamorado de los palomos desde que hice la Primera Comunión. Antes vivía en el campo y a los palomos les costaba mucho llegar al pueblo. Cuando me vine aquí, lo primero que hice fue el palomar y ya después la casa", nos cuenta Salvador, que tiene incluso tatuado a uno de sus palomos en el pecho.
"Primero me hice el palomar y después ya la casa"
Macías lleva desde los siete años. "Mi padre tenía palomos y empezaron a gustarme. Recuerdo que de pequeño me subía al tejado para estar con los palomos y un día me caí y me partí el codo y el hombro".
¿Cuánto tiempo hay que dedicarle a esta afición? "Yo le echo –cuenta José– muchas horas. Se las puedo dedicar porque trabajo en mi casa, donde tengo un estudio fotográfico". Morilla afirma que "como mínimo hay que dedicarle 40 minutos al día. Aquel que no suba a diario ese tiempo es que no le gustan los palomos. Lo máximo pueden ser tres horas".
Todos los palomos están totalmente identificados, tienen sus vacunas y están desparasitados. Es el reconocimiento médico que tienen que pasar antes de poder disputar la Champions. Y todo tiene el visto bueno de la Junta de Andalucía, que se encarga de revisar cada palomar. La actividad que realizan los palomeros está dentro del Registro Oficial de Explotaciones Ganaderas y tienen una clasificación zootécnica denominada avícola de ocio (paloma de uso deportivo).
Una competición con grandes estrellas
Regresando a la competición, la asociación de Guadalcacín viene a ser el Chelsea o el PSG. "El nivel es de Primera División. Los palomos parece que tienen el graduado. Además, nuestras normas son muy estrictas. Aquí lo tenemos todo muy profesionalizado", nos cuenta Morilla. Y damos fe de ello. Su palomera está perfectamente preparada para la amistosa batalla.
"El nivel aquí es de Primera División. Los palomos parece que tienen el graduado"
No falta ningún detalle y hasta cuenta con un novedoso sistema para colocar el agua en los bebederos casi de forma automática. Un método utilizado en las granjas de gallinas ponedoras que ha adaptado a su palomar. De esta forma, simplemente tiene que tocar debajo del bebedero y este se llena rápidamente gracias a unos tubos que están conectados con un barril de los de cerveza –protegen la temperatura del agua– que es el que surte a todas las jaulas.
En su tejado, Morilla cuenta también con un puesto de vigilancia, una especie de búnker con los cristales oscuros desde el que puede observar, sin ser visto, a los palomos. Tiene hasta silla incorporada y ahí muchas veces se le van las horas de la tarde disfrutando de su pasión. A pesar de toda la parafernalia que hay detrás, tanto José como Salvador nos confiesan que no es una afición cara. "Lo que gastamos es el saco de pienso, que vale 20 euros y que puede durar un mes. Y ya después están las ocasiones extraordinarias cuando hay que vacunar y desparasitar".
Y pasemos a conocer a las estrellas de la Liga de Campeones de palomos. Aquí nos encontramos a Isco, un palomo que se echaba cuando chico encima de un balón y por eso heredó el nombre del jugador malagueño del Real Madrid. El Cristiano Ronaldo de los palomos es el Q7, ganador del torneo unos cuantos años. Además, Q7 es todo un influencer. "Lo conoce mucha gente en el pueblo", destaca Salvador.
También son muy populares las Azúcar Moreno, dos palomas hermanas. Y en la parte de los hermanos nos encontramos al Indio y al Apache, idénticos a pesar de haber nacido en años diferentes. No faltan en esta particular selección ni la Tita Juani, tía de un palomo muy destacado, y el Pascuali. El Dinio –no preguntamos el motivo de este nombre–, el Metralleta o la Shaki, mejor paloma de 2017, completan la lista de un equipo muy potente.
Pero en los palomos, lejos del resultado final, lo más destacado es la deportividad. "Hay mucha unión entre los socios. Nos ayudamos mucho para cualquier cosa. Somos como una pequeña familia", remata Salvador.
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