El centro de Sevilla se harta de los pisos turísticos: "Raro es el mes que no se van uno o dos vecinos"

Hace unos días, la aparición de silicona en las cerraduras de los candados de los alojamientos turísticos puso en el foco la situación que viven los habitantes del casco histórico de la capital hispalense

Una imagen de un grupo de turistas en pleno centro de Sevilla.

Si el azahar es el olor característico de Sevilla, el sonido de las maletas superando adoquines se ha convertido en el ruido más típico de la capital hispalense. El ir y venir de los turistas ha provocado que sean muchos los sevillanos que, directamente, renuncien a visitar el casco histórico de su ciudad. Un casco histórico que, por otra parte, está declarado como Bien de Interés Cultural. Por esta razón su protección debería extremarse.

Hace apenas unos días hubo una actuación que algunos han calificado como acto vandálico y otros, simplemente, como reivindicación. Lo que está claro es que el hecho de sellar con silicona los candados que sirven para guardar las llaves de estos alojamientos ha colocado el debate sobre el turismo y la sostenibilidad de las ciudades en el centro del debate.

Pilar tiene 82 años y lleva 60 siendo una vecina del barrio de Santa Cruz. Esta zona del centro de Sevilla se ha convertido en la más afectada por la proliferación de apartamentos turísticos y viviendas vacacionales hasta el punto de que actualmente seis de cada diez viviendas están dadas de alta en el registro de la Junta de Andalucía. "No hay derecho a cómo está el barrio. Cada vez hay menos vecinos y no hay vida de barrio", comenta a lavozdelsur.es. 

En su bloque han prohibido utilizar las viviendas para este fin. Sin embargo, afirma que el resto "están todos llenos". Algo que también se nota en la organización. "No quedan tiendas de toda la vida, sólo bares y negocios de souvenirs" señala mientras añade resignada que es imposible encontrar un alquiler normal. Con el paso de los años son varios los edificios del entorno de Pilar que se han vendido y convertido en alojamientos turísticos, "la gente se va porque hay mucho ruido".

Aunque Santa Cruz es el barrio que mejor sirve de ejemplo para ilustrar la situación que denuncian muchos vecinos, no es el único barrio del casco histórico en el que los habitantes que 'sobreviven' están desesperados. Cuando uno camina por la Alfalfa es fácil mirar a los balcones y encontrar pancartas con mensajes como 'stop cumplimiento de la normativa', 'zona contaminada por ruido', 'stop inseguridad ciudadana' o 'stop degradación centro histórico'.

"Esto es un parque temático e inhabitable para los vecinos". Son palabras de David López, vecino de la Alfalfa desde 2014 y miembro de la plataforma 'Alfalfa Degradada' y 'Sevillanos, sí'. Los cálculos señalan que las viviendas destinadas a los turistas en este barrio rondan entre el 30% y el 40%. Los vecinos que quedan temen que pronto sean la mitad. "Los hay con licencia, pero también sin licencia", denuncia David. Desde la plataforma piden que se corten este tipo de concesiones e, incluso, que se revoquen. 

Lo cierto es que los problemas que sufren los vecinos de estas zonas ya no son solo personales. "El casco hist�