Una vida llena de satisfaccciones
Jorge Ángel Jiménez Morales, 59 años de edad, lleva desde el año 2014 como vendedor de la ONCE. Son 11 años vendiendo la ‘suerte’ en Jerez, pero antes de entrar en esta organización se ha dedicado a la hostelería, al reparto y sobre todo el mundo del deporte, que es donde se ha movido más.
Ahora, dado su empleo en la ONCE, se ha formado para actuar de guía a personas con discapacidad visual a las que enseña a desenvolverse y, singularmente, se ha especializado en formar en el deporte adaptado para invidentes. Este giro en su vida le llena de satisfacciones.
Desde 2014. Ya son once años en esto. Once años vendiendo cupones y otros productos de la ONCE.

He estado en muchos sitios: trabajé en hostelería, también hice reparto, pero sobre todo, donde más me he movido ha sido en el mundo del deporte. Ahí ha estado mi verdadera vocación.
Una vida ligada al atletismo y al deporte adaptado
Me dediqué al atletismo durante muchos años. Fui monitor de la Escuela Municipal de Atletismo de Jerez cuando se fundó, y más tarde estuve en el Puma Jerez, como deportista y como técnico. Luego la vida me llevó por otros caminos y me enfoqué en el deporte adaptado. Ahora soy guía de personas ciegas y con discapacidad.
Totalmente. Pero también mucho más bonito. Tenemos un privilegio enorme: el de poder ayudar. Enseñamos a personas con discapacidad a desenvolverse, a competir. En pruebas como atletismo o tiro olímpico, que es a lo que me dedico ahora, hay chicos que necesitan guías, y ahí estamos nosotros.
"Esto te engrandece": el valor de acompañar a quien no ve
Parece simple, pero es muy complejo. Yo hice un curso de guía de montaña y de acompañamiento. Eso ayuda a que lo hagas de forma eficaz y segura. Es una experiencia muy bonita y te hace crecer. Porque cuando estás en este mundo, empatizas de otra manera, lo vives distinto.
Bueno, hay que tener presente que no solo vendemos cupones. También hay rascas y otros juegos activos. He repartido pocos premios grandes, pero ilusión, mucha. Y eso es lo que mueve todo esto: la ilusión. Sin ella no se vive.
Sí, claro. Les explico qué hacer, cómo cobrarlo, a dónde ir. La cara que ponen es impagable. Sorpresa, alegría, agradecimiento… eso te llena mucho.
"Hay mucha gente que juega sabiendo lo que representa la ONCE"
De muchas maneras. A veces con solo venir cada día a saludarme ya me doy por satisfecho. No necesitamos agradecimientos, porque esto va de suerte. Nosotros lo que hacemos es crear ilusión. Yo me conformo con eso: que vuelvan, que me digan “buenos días”.
Sí, alguna vez sí. Aquí hay buena gente. Esta ciudad es muy agradecida.
Procuro serlo. Aunque la suerte no depende de uno, intento que la gente venga, se anime, y de paso, compre. Porque esto no es solo vender por vender: lo que se recauda se reinvierte en cosas preciosas.
Mucho. Y no solo por el premio. Hay mucha gente que juega sabiendo lo que representa la ONCE. Juegan por colaborar, por apoyar. Y también, claro, por la ilusión. Y esa, siempre, se vende con una sonrisa.






