Antonio Padillo, agente jubilado: "Lo primero que aprendí a decir fue papá, mamá y policía"

Nieto e hijo de policías, Padillo acaba de jubilarse después de una larga carrera de 45 años de servicio y de haber fundado la Asociación Santo Ángel

“Lo primero que aprendí a decir fue papá, mamá y policía”. Antonio Padillo en el templete de la Alameda Vieja.
“Lo primero que aprendí a decir fue papá, mamá y policía”. Antonio Padillo en el templete de la Alameda Vieja. MANU GARCÍA

La tercera generación de una familia de policías

Antonio Padillo Piñero, 65 años de edad, acaba de jubilarse como inspector del Cuerpo Nacional de Policía después de 45 años de servicio. En 1977 ingresó en la escala básica para después ir ascendiendo hasta el final de su carrera. Es la tercera generación de una familia muy vinculada vocacionalmente a lo que, cuando empezó, era los llamados ‘grises’ por el color del uniforme. Su abuelo, su padre, él mismo y su hermano forman parte de esa faceta familiar en la que la policía era algo más que una profesión. De hecho, la cuarta generación ya está en activo, con su hijo como agente del CNP.

Si por algo ha destacado Antonio Padillo en su vida como policía, sobre todo en su etapa final, ha sido por la ingente actividad que ha desarrollado, más allá de sus funciones como inspector. Además de dar charlas en colegios e institutos sobre seguridad a jóvenes y a los más pequeños, fundó la Asociación Santo Ángel de la Policía; un magnífico escaparate a través del cual se consiguió un acercamiento del CNP a la sociedad llevando a cabo acciones de carácter social e incluso otras como implantar el acompañamiento de agentes en los pasos en Semana Santa. Ha recorrido media España en los diferentes destinos que ha tenido a lo largo de su vida profesional; su etapa en Bilbao en la década de los 80 fue tal vez la más delicada. Eso sí, siempre acompañado de su familia.

¿Cómo han sido estos 45 años de policía?

Ha sido un aprendizaje individual en lo familiar y en lo social. Ahí me hice hombre y he tenido la suerte de llegar a la meta.

En tan largo recorrido, los buenos y malos momentos son parte de esa vida como agente.

Empecé en un época muy convulsa en España. Todavía estaba pendiente el referéndum de la Constitución; también estaban los graves problemas sociales y laborales que se sucedían en el país. Ahora todo ha cambiado y mucho. La sociedad está más preparada, hay diversidad, democracia consolidada… es muy distinto de entonces a ahora. En resumen, la experiencia muy positiva.

¿A dónde le ha llevado por la geografía nacional su servicio policial?

Desde la unificación de la policía en 1986, todos pertenecíamos a un mismo cuerpo. Cada vez que ascendías de categoría te movían de destino. Empecé en Badajoz, de allí me trasladaron a Madrid, Sagunto, Santurce en Bilbao en la época del ‘plomo’ en el año 82; desde allí bajamos a El Puerto de Santa María, subimos a Barcelona,  después Algeciras y desde allí a Jerez en 2002.

Antonio Padillo en el reducto de la Catedral con la antigua comisaría al fondo.   MANU GARCÍA
Antonio Padillo en el reducto de la Catedral con la antigua comisaría al fondo.   MANU GARCÍA

"Llegué en 2002 a Jerez después de haber estado en siete destinos diferentes"

Los años en Bilbao, ¿fueron especialmente difíciles?

Pues sí. Quien diga que estuvo destinado allí y no tuvo miedo no dice la verdad. Allí la labor de la Policía era harto complicada. Ser policía allí no te hacía ser alguien especial, más bien despreciable. Fue una época de muchos atentados con muchas víctimas; fue una etapa muy dura.

Todos estos destinos junto a su familia. ¿Cómo lo ha llevado?

Esta es una rémora que vives con tu esposa, que también adquiere la tarjeta policial de alguna manera; asume y te ayuda en función del destino que tienes. La familia te ayuda o te ves abocado, como muchos compañeros, a la separación. En mi caso, mis hijos han estado conmigo en el País Vasco, Barcelona, Valencia… También adquieres conocimientos de otros sitios, otras culturas. Te enriqueces. En un balance entre lo que ganas y pierdes, se inclina hacia lo primero.

Hace 20 años, en 2002, puso en marcha la Asociación Santo Ángel, ¿qué perseguía con aquella iniciativa?

Nació con fines altruistas, de compañerismo y solidario. Se buscaba una mejora en el interior de la comisaría para romper la frialdad de una institución como esta. Al final, si estás en un ámbito de trabajo a gusto y contento con el trabajo lo desarrollas con más agrado. Buscábamos que hubiera buen feeling y creo que se consiguió con los muchos actos solidarios que organizamos. Hubo gente que no entendía ese fin de ayudar socialmente a personas que, a lo mejor, después tenías que ir a detener, por ejemplo, ir a la cola del comedor del Salvador buscando a una persona con orden de detención y otro día ibas a llevar alimentos. Aquello costó pero al final se entendió y asumió.

El policÍa jubilado en un instante de la entrevista.   MANU GARCÍA
El policÍa jubilado en un instante de la entrevista.   MANU GARCÍA

Una acción llamativa fue y sigue siendo el acompañamiento de agentes en los pasos en Semana Santa.

Buscaba con aquello que la gente viera a un policía no como un bicho raro. Como lo que decían las mamás a los niños: come o llamo a la Policía. Había que desterrar eso. Había que decirle a la sociedad que el policía hace una labor profesional como en cualquier otro trabajo y que en sus horas de servicio había que actuar contra el malo. A las hermandades no les vino mal, a nosotros los que somos cofrades pudimos desarrollar nuestro amor por la Semana Santa y las hermandades. Socialmente fue muy positivo porque la gente lo ve buenos ojos.

"Es una profesión que siempre quise desde pequeño; adoro ser policía"  

Y ahora, ya jubilado, qué será de su vida.

Estoy en stand by, como viéndolas venir. En septiembre tenemos asamblea de la asociación. Veremos si hay gente dispuesta a continuar con lo ya emprendido, que espero que sí; en el caso de que no haya nadie que quiera liderar, seguiremos con esta actividad siempre en beneficio de la ciudad.

Antonio Padillo, 45 años de servicio policial.   MANU GARCÍA
Antonio Padillo, 45 años de servicio policial.   MANU GARCÍA

¿Qué es lo mejor que le ha quedado de estos 45 años de policía?

Volviendo a los orígenes, lo primero que aprendí a decir fue papá, mamá y policía. Fue una profesión que siempre quise de pequeño, una profesión que adoro y me queda la gente que conozco, la gente a la que he podido ayudar que ha sido mi meta y que la ciudadanía tome al policía como un ciudadano más. Quiero aprovechar para dar las gracias a los medios de comunicación porque han sido fundamentales en mi vida profesional y en los 20 años de Santo Ángel. He sido lo que quise ser y por eso me siento afortunado.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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