Opera prima
El viaje de Maisah (Editorial Kaizen) es la primera novela de Santiago Pérez Malvido (Cádiz, 1968). El autor, antes de dedicarse a escribir, ha hecho prácticamente de todo: camarero en la Costa del Sol, repartidor de pizzas en Madrid, cantinero en el puerto de Gibraltar, o profesor de instituto. También ha colaborado en medios como el Periódico del Guadalete o la Agencia EFE.
Ahora, después de mucho tiempo engrosando las listas del paro, vuelve al trabajo y, de paso, publica esta novela ambientada en Argelia, escrita con tesón y la valentía de un autor que viene de ganar el certamen de relatos breves que el sello editorial gaditano Kaizen convocó. El premio: la publicación de la novela por parte del vencedor del concurso.
Estuve hablando con los editores, porque yo tengo otras dos novelas escritas, pero sin publicar, y les dije que quería empezar desde cero, porque ya que tenía la seguridad de que me iban a publicar después de ganar el concurso, pues escribí sobre este tema. Y así nació esta oportunidad.

No te creas. Tiene su aliciente, pero, por otro lado, es un peso, porque lo notas cuando estás escribiendo. No sé si es responsabilidad exactamente. Un primerizo como yo puede alargarse todo lo que quiera, pero si se convoca el premio en 2021, tampoco puedes entregar la novela cuando te dé la gana. Que aunque no te dicen nada, tú mismo te sientes con esa presión. Yo no soy de escribir muy deprisa. Como periodista sí, porque no me queda más remedio, pero cuando escribo ficción me gusta pensar lo que escribo, escoger los adjetivos. Es diferente.
"No soy de escribir muy deprisa, aunque como periodista no me quede otra remedio"
No. Yo conozco todo este ambiente a través de las noticias y de la documentación que he recopilado para hacer la novela. Creo que es interesante aclarar que en el tiempo que he estado escribiendo esta novela yo llevaba mucho tiempo desempleado, desde 2013, de modo que no tenía medios para irme allí y escribirla. Eso también te crea dudas, te obliga a documentarte bien. Pero también me planteaba lo siguiente: imagínate que en lugar de en Argelia la ambiento en Toledo, por ponerte un ejemplo. Tampoco conozco Toledo, así que estamos en las mismas. Me dije que tiraba para adelante.
Así es. Cuando escribes estás aprendiendo. Te metes en un mundo que no conoces, pero trabajas en ello. Y como periodista, en mi caso no quieres mentir, quieres aproximarte lo máximo a la realidad, y eso te obliga a documentarte bien, como te decía antes. Eso incluye los personajes y una geografía creíble y verosímil. Pero eso es algo que ya tendrán que decidir o juzgar los lectores.
"Cuando escribes estás aprendiendo, te metes en un mundo que no conoces"
No sabría decirte. Cuando te pones a escribir hay veces que todo fluye. Otras veces te atascas y no saber por dónde tirar. No ha habido un momento de especial dificultad. La preocupación ha ido en torno a que la gente, cuando la lea, la encuentre verosímil, posible. Tiene que ser una novela que no sea un tostón. Para eso es mejor no escribir nada. Tiene que ser un trabajo que se entienda bien.
No solo como un producto de entretenimiento, sino que lo que tú escribes, de algún modo, al lector le debe provocar algún pensamiento, alguna idea, sin que yo haga otra cosa que plantear los hechos, las ideas. Que no quede en el simple ejercicio de la escritura.



