Fusión
La Sala Atín Aya, perteneciente al Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), inauguró en la última semana de diciembre la exposición Rolling like a ball (Rodando como una pelota) de Nuria Carrasco (Ronda, Málaga, 1962), un proyecto creativo que nace de la unión del trabajo artístico (estará hasta el 10 de marzo) y la dedicación a la práctica y estudio del método Pilates. Además gira en torno a una curiosidad por representar la esencia del movimiento del cuerpo a través del poder simbólico de los objetos, las conexiones entre las dos disciplinas y la naturaleza creativa de cada una de ellas.
Así, a través del dibujo, la escultura, el vídeo y la instalación, la artista desarrolla la idea del movimiento del cuerpo adaptable y flexible; un movimiento común del ser humano en unión con los otros y en relación con los objetos y el universo, que juegan en el espacio con posibilidades infinitas. En este sentido, el título Rolling like a ball alude al nombre original de un ejercicio del método pilates y representa el concepto latente en todas las obras inéditas de esta exposición.
Nuria Carrasco ha desarrollado su carrera entre Sevilla y Madrid, en las que ha trabajado con la Galería Juana de Aizpuru de ambas ciudades. Ha recibido diversas ayudas institucionales como la Ayuda a la Promoción del Arte Contemporáneo Español del Ministerio de Cultura o a la creación contemporánea de Matadero Madrid, y su obra se expone en colecciones de Europa, Asia o América, como el Museo USC Fisher Gallery (California); Museo Maruhame Hiray (Japón); Laurence Millar (New York); Fundación Coca Cola o MNCARS (Madrid).
Hace como cuatro o cinco años empecé a hacer pilates. Yo llevo toda mi vida haciendo danza contemporánea, ballet... Pero con el pilates me quise presentar como monitora. Me preparé, me puse a estudiar. De alguna manera quería mostrar esa actividad con mi actividad artística. El resultado de esta exposición es unir cosas de deporte o movimiento del cuerpo. Pero yo no encontraba esa manera de unir esos dos campos. Pensé en que sería una buena idea darle movimiento a las colchonetas que usamos para hacer gimnasia o pilates. Darle movimiento a ese plano, era darle movimiento al cuerpo. A partir de ahí, fui tirando del hilo.
Han pasado dos años. Ha habido trabajo, investigación… Tenía que saber qué materiales utilizar. He pasado por plásticos, resinas, siliconas. Todo, hasta que he dado con el material que me servía para lo que quería decir.
"Han sido dos años de trabajo, de investigación, buscando los materiales y qué quería decir"
Te diría que se han alimentado la una a la otra. Gracias a mi actividad artística he podido darle forma a ideas que, si no hubiera sido así, hubiera sido muy complicado. De hecho, en la exposición hay dibujos, vídeos, instalaciones... Es muy difícil hablar de una actividad física y hacer una obra artística. A mí me ha costado mucho trabajo.
"Es muy difícil hablar de una actividad física y hacer una obra artística"
No, no. Va mucho más allá porque hay muchos movimientos del cuerpo.
Sí, es verdad. Esas son las sorpresas que aparecen cuando tú estás trabajando en el estudio. Después llegas a la sala… Nunca sabes cómo va a quedar. Es todo una aventura. En este caso, ha sido sorpresiva, pero para bien. Tenía en el estudio un montón de colchonetas. Con ellas tenía piezas muy claras, cómo iban a ir. Otras se han montado sobre la marcha. Pero estoy muy contenta con el resultado.
Yo creo que era una cosa que estaba latente dentro de mí, y tenía que sacarla. Llevo toda mi vida haciendo alguna actividad física, y era inevitable que terminara uniendo todas esas cosas con el arte.
Como bien dices, hay gente a la que le cuesta. Pero también creo que cada vez hay más gente que se acerca a otras cosas que no está acostumbrado ver. Eso, el público, después, lo termina agradeciendo. También depende de qué tipo de trabajo sea. Pero el arte, como en todo, a fuerza de ver cosas, es como uno aprende y evoluciona. Y además las logras apreciar.
Es que el desconocimiento te lleva a no acercarte a las cosas. Pero tengo muy claro que las cosas, cuanto más las ves, más las aprecias.
La exposición tiene tres plantas. En la planta de abajo hay un montaje que es como una coreografía. Cuando entras no hay ningún texto ni nada que te guíe. He querido que la gente se enfrentara a esa pieza sin saber lo que era. De entrada parece una construcción formal, pero al final es otra cosa que yo he querido que fueran descubriendo. En la primera planta ya hay vídeos, carteles que delatan el contenido. Y ya en la última planta, he puesto un texto explicativo. Es una especie de laboratorio de donde ha surgido toda esta idea. Es sorpresa con lo que al principio no se sabe lo que es y luego sí, es algo buscado por mí.
No. Cada uno tiene que interpretar las cosas según crea.
Esta exposición es especial, pero sí. Utilizo, por ejemplo, revistas del corazón, como ¡Hola!, y la dedico a los campos de refugiados del Sahara Occidental. Suelo usar publicaciones muy populares como elemento para reivindicar. El último proyecto ha sido con la revista Vogue, pero dedicado a la comunidad china residente en occidente.
Comentarios