Mercedes López, teóloga feminista: "La situación de la mujer en la Iglesia es insostenible"

Perteneciente al colectivo Mujer y Teología, aboga por la Igualdad y la máxima integración en todos los órdenes de la jerarquía católica. ¿Una papisa? "Si está preparada, por qué no"

La teóloga Mercedes López, en días pasados en Jerez, antes de una conferencia en el Ateneo.
La teóloga Mercedes López, en días pasados en Jerez, antes de una conferencia en el Ateneo. CANDELA NÚÑEZ

Desde el sacerdocio hasta el papado

Mercedes López Herrera es enfermera, teóloga feminista, master en Espiritualidad Transcultural por la Universidad Loyola de Andalucía, presidenta de la Asociación de Mujeres y Teología de Sevilla, premio Clara Campoamor y Premio de la Mujer de la ciudad de Sevilla.

Su espíritu reivindicativo llega a plantear una radical cambio en las estructuras de la Iglesia abogando por el reconocimiento del papel que juega y debe jugar la mujer: sin límites, desde el sacerdocio hasta el papado.

Ha publicado recientemente La mística femenina y su reflejo en los grupos de mujeres y teología de España, en el que demanda el reconocimiento, la visibilidad y la palabra de la mujer en la Iglesia, un relato de la historia de los grupos de Mujeres y Teología en España, desde la década de los años 80 hasta el año 2020. Critica las estructuras de poder eclesiales, alienta una movilización que tenga como fin la apertura a favor del género femenino, algo que defiende como teológicamente e históricamente correcto y necesario.

La revuelta de las mujeres en la Iglesia, ¿es necesaria?  

La situación en la Iglesia para las mujeres es insostenible llegando al hartazgo. Esa revuelta viene desde el histórico año 2018 cuando, con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora y la huelga que se convocó, fue una ocasión en la que detectamos una mayor presencia del movimiento de mujeres católicas feministas, que se integra, junto a otros colectivos, en el Consejo de Mujeres Católicas, con un una gran presencia internacional.

De esa movilización emanó un trabajo sobre las mujeres católicas en la Iglesia. ¿Ha movido algo ese informe?

Efectivamente, nos pusimos un objetivo en el horizonte, el Sínodo de los obispos que se prolonga hasta 2024. Queremos hacer llegar al Papa ese informe de la situación de las mujeres en la Iglesia, un trabajo que nos ha unido a mujeres de los cinco continentes. Este es el contexto, pero la revuelta, insisto, surge del cansancio; somos las manos y el corazón de la Iglesia, pero sin voz y sin voto.

"Somos las manos y el corazón de la Iglesia, pero sin voz y sin voto"

¿Qué datos maneja de la presencia de la mujer de forma activa en la Iglesia española?

En la Conferencia Episcopal Española obviamente no hay mujeres. En las secretarías técnicas, un 17%; en Cáritas, un 6%, habiendo 70 delegaciones en el país. En Manos Unidas, un 10% de mujeres; en los consejos pastorales hay un 15%; en Sevilla, y en el resto ese porcentaje es ínfimo: son los lugares donde se toman las decisiones en las diócesis. Es la realidad que se vive en todos los organismos de la Iglesia donde la mujer apenas tiene representación.

En pleno siglo XXI piden superar barreras e ir más allá de lo que la tradición siempre ha marcado en cuanto al papel de la mujer en la Iglesia.

Nuestra participación no está ni reconocida ni se visualiza. Estamos ausentes en la toma de decisiones. Las estructuras de poder tienen un sistema patriarcal y machista. La argumentación teológica para considerar a la mujer menos valida es anacrónica y además con una visión de incomplitud, que es  lo más retrógrado y bochornoso socialmente.

"Las estruturas de poder de la Iglesia tienen un sistema patriarcal y machista"

La tradición de la Iglesia es jerárquicamente masculina. ¿Es factible ese cambio que propugna?

No se entiende que siga así en el siglo XXI. Ni siquiera existe la esperanza de oír y ver que hay una apertura. Un dato, el informe que hemos elaborado estamos intentando entregarlo a los obispos; se han remitido pero está sucediendo que ocurre como el que entrega un folio en el registro de una oficina. En Sevilla tenemos cita con el arzobispo; en otras diócesis no tenemos noticias de que se hayan cerrado reuniones con prelados.

Mercedes López y ante ella el libro del que es autora.      CANDELA NUÑEZ
Mercedes López y, ante ella, el libro del que es autora.      CANDELA NUÑEZ 
¿Pone algún límite a esa integración de la mujer?

Tope ninguno. Entre las mujeres pueden haber las que tengan vocación sacerdotal o pastoral, igual que los hombres en ese sentido. Otra cosa es el modelo del sacerdocio actual que no encaja con el modelo que tenemos en nuestra cabeza. Esto tiene que ver con esa comunidad de iguales. Para nosotras no hay límites como no los hay en el Evangelio, ni como tampoco los hay en las palabras de Jesús. Somos cristianas, seguidoras de Cristo y bautizadas con los mismos derechos, otra cosas es que no nos los reconozcan pese a que la mujer somos mayoría, además del abuso de la que somos víctimas.

Son planteamientos que chocan contra los dictados de la Iglesia actual por lo que adivinamos que esa realidad que persiguen no será para mañana. ¿Hay resquicios en los que pueden incidir en este cambio?
Siempre hay pequeños oasis. La Iglesia no son los edificios ni las estructuras, son las personas entre las que hay distintas corrientes. Otra cosas es que mayoritariamente existe un conservadurismo y terror que tiene más que ver con el poder, con los egos y con interpretaciones anacrónicas que están fuera de contexto y desautorizadas bíblicamente por los grandes teólogos. Eso no quiere decir que dentro de la Iglesia no tengamos alianzas. Pero existe una estructura de poder que impide que se desarrolle la línea del Papa. Hablar de sinoladidad es hablar de mujeres, desde las primeras comunidades hasta hoy. ¿Quién tiene miedo? Pues son los que tienen sus pies bien puestos en el poder. Esas personas en los puestos clave impiden un desarrollo mayor.
"Existe un consevadurismo y terror que tiene que ver más con el poder" 
¿El Papa Francisco es uno de esos oasis?

Francisco es un Papa de Evangelio, de Iglesia pueblo de Dios. En ese sentido estamos en otro momento. Podemos decir que seguimos igual que siempre pero con matices: tenemos un Papa que es una ventana de oxígeno y que es otra historia. Ahora bien, la Iglesia va a paso de elefante, una lentitud desesperante, pero sobre todo es la ceguera de no querer ver lo que esta ocurriendo en la pastoral, en las misas cuya liturgia impide la participación de los fieles y del laicado. Estamos gritándolo desde todos los contextos por gente que estamos en la línea del Papa.

La conferenciante en un instante del debate en torno a su charla.      CANDELA NUÑEZ
La conferenciante en un instante del debate en torno a su charla.      CANDELA NUÑEZ 
¿La mujer puede ser un empujón para la Iglesia como se ha comprobando con una integración plena de esta en otros colectivos eclesiales tan tradicionales como las hermandades, por ejemplo?

Si realmente dejaran de tener miedo y abrieran los espacios de decisión y participación a las mujeres, que somos la gran mayoría que sostenemos a la Iglesia y el mundo desde la voluntariedad, salimos muy baratas, no estaríamos hablando de esto. Hay poca formación y demasiada ignorancia, ego… en personas que están en las estructuras de poder que llegan a asfixiar el evangelio y lo que están haciendo con el Papa Francisco, que quisieran arrinconarlo.

Suponemos que por su talante reivindicativo y hasta cierto punto con planteamientos anatematizados por Roma, ¿es marginada o ‘perseguida’?

En absoluto porque nunca he tenido ninguna responsabilidad eclesial. Siempre he estado acompañando a jóvenes desde los movimientos y creando grupos de reflexión teológica con mujeres. Pertenezco al movimiento Mujer y Teológica, presente en todas las provincia de España. Es un movimiento muy libre, respetuoso y sensible. Sin embargo hay compañeras que han sido expulsadas de sus trabajo de dar clases de religión.

¿Una Papisa?

Exactamente igual, solo se trata de preparación. Si está preparada, ¿por qué no? Lo han dicho los teólogos, no hay impedimento alguno. Lo que hay son intereses de mantener el poder y no dejar pasar el oxígeno para una Iglesia pueblo de Dios, como plantea Francisco; que esté con los pobres, con los que necesitan apoyo y sobre todo que el evangelio debe de aplicarse todos los días. Se avanza más en derechos sociales que en la Iglesia. Tenemos una sociedad muy enferma con carencia de valores como los cristianos que son universales y que en la Iglesia se han trabajado y profundizado. Laicos y laicas en la Iglesia somos millones. Y sí, podemos hacer un gran servicio si se nos permite, pero no hay modo.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído