Belén González, directora del centro cultural Luis Gonzalo: "Hoy en día falta creatividad"

La profesora y doctora en Ingeniería Mecánica y Diseño Industrial dirige el Centro Cultural Artístico y Científico Luis Gonzalo, de Cádiz, abierto en octubre de 2022

Belén González, en el centro cultural que lleva el nombre de su padre.
Belén González, en el centro cultural que lleva el nombre de su padre. REYNA

Legado y multidisciplinar

La pasión por el arte le viene a Belén González (Cartagena, Murcia, 1980) desde niña, una pasión que arrastró desde su infancia, cuando su padre le dejaba coquetear con los colores, con los que comenzó a pintar, a crear y dejar volar su imaginación.

Estudió Bellas Artes en la Universidad de Santa Isabel de Hungría, en Sevilla, especializándose en Restauración y Conservación de Bienes Culturales.

Su carrera comienza en el estudio de su padre, Luis Gonzalo, miembro activo de su equipo, donde ha participado en trabajos como la impermeabilización y estucado del repostero de la UCA, el estudio de la saya y manto de la Virgen del Rosario, de inspiración precolombina y que se encuentra en Barcelona, presentado en la Sagrada Familia de Gaudí, o la reintegración de tejidos naturales sobre cerámica que se encuentra en el Centro de Documentación y Museo Textil de Tarrasa. 

A día de hoy, compagina su labor docente y de artista. Responsable y Coordinación STEAM y Nuevas Tecnologías del Colegio Grazalema, con la gestión y coordinación, junto a su hermana, del Nuevo Centro Cultural Artístico-Científico Luis Gonzalo, donde se recoge y difunde el legado artístico y cultural de su padre, complementándolo siempre con su creación y labor artística.

Usted dirige el centro cultural que lleva el nombre de su padre, ¿cómo asume el cargo?

Pues es un reto. Es un reto que, nada más fallecer, tanto mi hermana como yo, teníamos claro. Era un proyecto que teníamos que sacar adelante, porque era el proyecto de mi padre, un proyecto de vida cultural en el que nos crio a las dos, y por el que nos inculcó unos valores importantes. A partir del arte y de la cultura somos lo que somos, tanto ella como yo. Para nosotras, y para mí, en este caso, es un gran reto, como digo.

Su padre era un hombre multidisciplinar, con una preparación altísima a todos los niveles. ¿Hay comparación con usted, habida cuenta del currículo que atesora?

El epicentro es el legado artístico que dejó mi padre. Desde que nací, desde muy pequeña, mi padre me ponía a dibujar, a trabajar con él en el estudio. Mi hermana y yo hemos ido a sus charlas, a sus conferencias, a sus premios. Hemos participado en sus libros. Hemos trabajado codo a codo con él. Lo mismo pasaba con las investigaciones, que él compartía porque era muy generoso, también como docente. Todo eso lo he vivido junto a mi hermana.

"El epicentro del espacio cultural es el legado que dejó mi padre"

Eso va entonces con el ideario del centro cultural.

Claro, a través de los valores y de la cultura que tenía mi padre. No queremos desmarcarlo. Lo que queremos es seguir creciendo y difundiendo su obra. Por eso también trabajamos mucho el concepto de arte terapia.

De eso quería preguntarle. Hay un extenso programa en el centro cultural relativo a ese apartado.

Es importantísimo a nivel social, psicológico, físico. Con temas oncológicos también en los que estamos trabajando. Creemos que la parte sensorial, emotiva, es lo último que se pierde en esta vida. Es lo que se engendra desde el alma.

Esa actividad, casi sin parangón, es algo que la ciudad de Cádiz tiene que tener en cuenta, ¿no?

Llevamos poquito tiempo, pero la gente empieza a conocernos, y desde luego, el que viene y nos conoce, se queda. Nosotros dejamos incluso realizar pruebas. Es decir, la gente puede venir a formarse un día, y si le gusta, pues se queda. Es vital. Es psicoterapéutico. El espacio además es muy bonito, está bien ubicado. Podíamos haberlo hecho en Puerta Tierra, que es una zona de Cádiz más moderna, no por desvincularnos del centro de la ciudad, sino porque Cádiz, de por sí, tiene un patrimonio muy importante. Creemos que tenemos que acercar las dos partes de la ciudad. Son oportunidades motivantes.

Hay una disparidad muy llamativa en su actividad profesional y la que tuvo de formación en su momento. Por un lado, tenemos la parte plástica, con todo lo que engloba: pintura, cartelería, etcétera, y de otro lado, la parte de robótica e ingeniería industrial. Aparentemente, al menos, no parecen muy relacionadas.

Hoy está presente lo multidisciplinar, que es lo bonito. Hoy en día falta la creatividad. Hay que poner en el mundo elementos dispares, que no tengan nada que ver. Eso lo hace exclusivo. Yo estudié Bellas Artes y luego me doctoré en Ingeniería Mecánica y Diseño Industrial. Cuando leí mi tesis doctoral, la gente, los jueces, el tribunal, se sorprendieron mucho. Te hablo de hace 15 años. Una tesis doctoral de Ingeniería habiendo hecho Bellas Artes. Claro, sonaba muy dispar todo, pero yo creo que eso es enriquecimiento. Me encanta el concepto de diseño gráfico, de ingeniería. Pero creo que todo esto tiene que ver más bien con la habilidad del pensamiento. Todo puede ir más allá de un simple cromatismo o descifrar mecánicamente un objeto.

"Todo puede ir más allá de un simple cromatismo o de descifrar mecánicamente un objeto"

Hay partes de su trayectoria en la que Cataluña está presente. El estudio de la saya y manto de la Virgen del Rosario, de inspiración precolombina, que se encuentra en Barcelona, o la reintegración de tejidos naturales sobre cerámica del Centro de Documentación del Museo Textil de Tarrasa. ¿Esta vinculación con Cataluña es casual?

Realmente, en mi familia, mi padre, quiso unir las tendencias y ser un gran modernista. Quería ver esas tendencias y las novedades que existían en los estilos. De hecho, fue el proyecto que tuvo: llevar a la Virgen del Rosario con la saya y el manto precolombino hasta allí. La Virgen del Rosario sigue estando en Barcelona. Eso se hizo aquí, en el estudio de la calle Pereira. Fue un grupo de alumnos de investigación, entre los que me encontraba, participando con estuco y con el sistema Gomor, un sistema de bordado creado por mi padre. Como decía antes, eso, ser multidisciplinar, te permite compartir estilos. Es algo que destaca en nuestro estilo.

La programación del centro cultural Luis González está plagada de actividades. Me gustaría que me adelantara algunos de los contenidos.

Tenemos el martes, día 2, una masterclass en vivo con Enrique Cabanillas, que es un pintor de Cádiz que está exponiendo en nuestra galería. El día 6, sábado, tenemos un taller de lámparas impartido por María José López Baamonde, que está especializada en tipos de tejidos, en patronaje, costuras y, sobre todo, este tipo de talleres. Más adelante tendremos el taller de seda natural, que lo imparto yo, con pañuelos de flamenca. Intentamos que esté acorde con la época en que entramos: las ferias y las fiestas de primavera. También habrá un taller de ilustración con motivo del Día del Libro. Lo dará Sara Gabandé, que es ilustradora. Serán todos encuentros muy interesantes. Hay muchas cosas por delante. 

Sobre el autor:

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Juan Manuel Sainz Peña

Con más de 150 premios literarios nacionales e internacionales (Premio Iberoamericano de Novela, Verbum, 2019, finalista del Premio Juan Rulfo de novela en París, y ganador del Premio Internacional de Novela Bachiller Alonso López) es uno de los autores españoles más premiados de los últimos años. Ha dirigido programas en Onda Jerez Radio y colaborado con las emisiones locales de la Cadena SER. Del 2000 al 2004 escribió para Jerez Información. Desde 2003 hasta 2013, y de 2015 a 2019 fue colaborador y crítico teatral de Diario de Jerez.

 

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