El patrimonio de los pueblos de colonización: "Hay un desconocimiento y un rechazo ideológico"

La profesora Ricarda López González acumula años de investigación acerca de la herencia patrimonial de los ocho poblados colonos de Jerez

Ricarda López, autora de un libro sobre pueblos de colonización de Sevilla.
Ricarda López, autora de un libro sobre pueblos de colonización de Sevilla. MANU GARCÍA

"Nos han dado una buena parcela, una casa con un buen corral. Una yunta de vacas muy buenas que con la becerra la tengo pagá", canta la memoria oral de los pueblos de colonización de España. Durante la posguerra, a partir del año 1943 el régimen franquista decidió diseñar dos poblados en la campiña jerezana que iban a servir de modelo para toda España. Los pueblos pilotos para llevar a cabo esta evolución urbana fueron las localidades de El Torno y La Barca. El gobierno de Franco había intentado anteriormente, por una Ley del 39, ayudar a los terratenientes para que transformaran sus tierras en riego y así aumentar la producción. Pero los ciudadanos no hicieron caso y el régimen decidió tomar las riendas de dicha reestructuración agraria y acometió una colonización integral. El Estado realizó obras de infraestructuras hidráulicas creando pantanos y acequias. Además de erigir poblados de colonización para mejorar la calidad de vida de los campesinos.

Ricarda López González (Jerez, 1956), licenciada en Historia por la Universidad Hispalense, se ha empapado de todo este contexto para luego investigar y profundizar en un patrimonio artístico totalmente olvidado por los gobiernos y los ciudadanos. Ella guarda una conexión especial con el arte. Es una docente que siente lo que dice y que sabe transmitir su pasión a los alumnos. Se jubiló hace poco, concretamente el 1 de marzo de 2016, pero no ha perdido esa magia, esa habilidad que le brota, casi sin darse cuenta, a la hora de explicar qué es y qué hay detrás del arte. Dio sus últimas clases de Historia del Arte en el IES José Manuel Caballero Bonald, donde ha trabajado durante 30 años y donde también ha sido directora del centro. Sin embargo, aquellos que son profesores por vocación, nunca dejan de dar clases, ni de cultivar sus estudios. Es por ello que Ricarda López continúa con sus exploraciones sobre el patrimonio histórico de su ciudad natal. En su última publicación junto con Rosa María Toribio Ruiz, La arquitectura del siglo XX en Jerez. 85 obras singulares, se topó con unas estructuras eclesiásticas que llamaron mucho su atención. Lo que le llevó, finalmente, a iniciar una nueva investigación relacionada con los pueblos de colonización. 

En la primera mitad del siglo pasado, Franco intentó vender una imagen de renovación. "El franquismo vendió, por activa y por pasiva, todas las actuaciones que hicieron en los pueblos de colonización. Taparon todos los logros de la época republicana, y nada más que se vendían sus nuevos poblados", apunta López. Había una parte positiva y otra oscura, llena de sombras. Según la experta en Historia y en Arte, el régimen procuró mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del campo, pero también crear una sociedad campesina que no pusiera en cuestión la propiedad, cómo había ocurrido en la época de la República. "Y crear una población estable cerca de la zona de las tierras, que se van a transformar en regadío, y que por su puesto, sea mano de obra barata", expone.

Pero... ¿y por qué Jerez? "Jerez va a ser pionera porque el régimen franquista tenía que pagar, por decirlo de alguna manera, el apoyo de los terratenientes, de la clase dominante en Jerez, al gobierno de Franco. Y esta era la manera de hacerlo: transformarles sus tierras de secano en regadío y garantizarles una población que trabajara en buenas condiciones y las tuviera cercanas a sus tierras", explica López. "Pero no hay que ver solo ese regalo franquista, sino también la preocupación por el mundo rural y las condiciones en las que vivían. Es algo que fue general en toda Europa", agrega.

La profesora e investigadora jerezana sostiene que ocho son los poblados que el Instituto de Colonización del régimen franquista levantó en las proximidades de la ciudad de Jerez: El Torno, La Barca de la Florida, Torrecera, Revilla, Nueva Jarilla, Guadalcacín, Estella del Marqués y Majarromaque. "Los colonos eran personas que ya vivían en la zona, personal de la Sierra de Cádiz, de los pueblos cercanos y luego también venían sobre todo de Granada, especialistas y campesinos que estaban acostumbrados al regadío", indica. Pero resalta que no quiere hacer especial hincapié a dicha información, y que ella solo centra su investigación en el apartado artístico de estos poblados. 

Hasta el momento, como usted misma dice, se ha documentado sobre la economía y el modelo de vida de los pueblos de colonización. Pero ¿cuál es ese patrimonio desconocido que atesoran los pueblos de colonización?

Es en sí mismo el propio poblado. Son poblados que se diseñan por primera vez, entonces lo que hay es un diseño totalmente nuevo. Hay que preservar por un lado lo que es la estructura urbana, la planificación, los tipos de planos. Y por otro lado, las viviendas. Es verdad que ya es muy difícil porque las viviendas de los colonos normalmente tenían un gran patio detrás con dependencias agrícolas para el ganado, los almacenes… Eso hoy día no tiene sentido. Pero lo que es la fisionomía de las fachadas de las viviendas, eso se debería de preservar totalmente.

¿Cuál es, o era, el edificio más importante de estos poblados?

La iglesia. Yo ya hice un trabajo en 2009 donde traté la arquitectura del siglo XX y ya profundicé sobre estas iglesias desde el punto de vista arquitectónico. Y toqué solamente de pasada el tema artístico. Hay que decir que las iglesias son verdaderas joyas de la arquitectura del movimiento moderno. Y el arte sacro que hay en el interior de estas, se han convertido realmente en verdaderos museos porque allí trabajaron los jóvenes artistas del momento que luego fueron la vanguardia de la posguerra española y de la segunda mitad del siglo XX. Ya quedan muy pocos vivos, pero alguno queda, como José Luis Sánchez.    

¿Qué características artísticas guardan en común?

Es un arte por encargo, pero menos mal, es un arte que lo hace un arquitecto que estaba al frente del Instituto de Colonización, que se llama José Luis Fernández del Amo. Este señor era un amante del arte contemporáneo, él fue director del Museo de Arte Contemporáneo de España. Y ellos querían que él se rigiese por ese arte, un arte contemporáneo que además se adecuara a la nueva liturgia y a los nuevos aires de la espiritualidad del cristianismo del momento. Era una arquitectura de tipo racionalista, funcional, pero lo que ha conseguido hacer en la iglesia es abstraer, esquematizar lo que era la idea de una iglesia. Hacerla sencilla, adecuada y similar a las características de lo que era la edificación del poblado. Por ello son todas blancas, limpias y sencillas para que el habitante de estos poblados se sintiera especial. Era la casa de Dios, pero realmente era similar a su propia casa, con los mismos materiales, todo igual. Más monumental, pero la simplicidad, la austeridad del espacio, te llevaba justamente al encuentro con Dios. Eso era lo que se pretendía.
¿Por qué ese interés ahora, y no antes, por ese patrimonio?

Por el desconocimiento. Hay un desconocimiento muy grande, y sobre todo un rechazo ideológico. Reconozco que yo he sido la primera, claro. Todo lo que sonaba “pueblo de colonización”, “etapa del franquismo”… Entonces había como un rechazo ideológico a tratar y a empezar a trabajar sobre los pueblos de colonización. Pero admito que es sobre todo desconocimiento. Yo había vivido en Garrapilos, cercana a La Barca, y había visto estas iglesias siempre, pero no sabía ni lo que significaba ni lo que había detrás. Entonces lo que pretendemos ahora Rosa Toribio y yo es justamente eso, desvelar y valorar este patrimonio para que se preserve. Querer cambiarlo, querer pintar las paredes de rojo…

¿Qué pueblos han hecho modificaciones?

Hay algunos pueblos que han transformado las iglesias completamente, como por ejemplo Nueva Jarilla, que ha pintado la bóveda, el presbiterio, de dorado. Y lo que te pedían estas iglesias y justamente las normas de colonización, era solo tener tres imágenes. No que ahora tienen 10.000 vírgenes, recargadas, el barroquismo…

Pero es un patrimonio que no guarda simbologías franquistas, solo que se sitúa en dicha época.

No, no. Claro. Simplemente se realizó en aquella época.

Por lo que no habría que desmerecerlo.

No. Ni mucho menos. Por eso digo que tenemos que quitarnos esos velos que tenemos, esos miedos, esos prejuicios. Que yo reconozco que lo hemos tenido. Y acometer el estudio de la vivienda, como se hizo el estudio del barrio de La Plata, La Vid o La Asunción, pues igual con las viviendas de los poblados.

Durante sus investigaciones de campo, ¿qué le han comentado los vecinos de estas localidades?

Ellos no entienden muy bien que esto tenga valor. Y uno de los principales problemas que tuvieron los artistas estos fue la incomprensión ya, en la época de la creación, de los habitantes de esos poblados y de las autoridades eclesiásticas. Incluso durante algunos momentos, intentaron paralizar la construcción de estos edificios, de estas obras. 

Momentos antes de hacer una breve exposición de sus investigaciones en el Campus de Jerez, Ricarda López anuncia que tiene previsto publicar esta obra junto con las fotografías de Rosa María Toribio Ruiz, en marzo de 2018. "Y ya tengo hecha otra investigación: el estudio del arte sacro, pero no solamente de Jerez, sino de toda la provincia", desvela. 

Sobre el autor:

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Claudia González Romero

Periodista.

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